Tamara Rojo personifica recuerdo de Isadora Duncan en Argentina

Cultura

altBuenos Aires- La imagen de Tamara Rojo en la piel de Isadora Duncan vuela hoy más allá de lo real porque los seres de su estirpe conquistan la ligereza de lo efímero e irrepetible que perfila lo sublime.

La actuación de la primera bailarina y directora del English National Ballet (ENB) aportó un hálito de distinción a una gala internacional celebrada la víspera en el Teatro Colón de esta capital que reunió a talentos del Bolshoi, el New York City, el San Francisco y el Ballet Estable de este propio teatro.

Rojo confirmó su admirable versatilidad al interpretar en una noche dos piezas diametralmente opuestas y transitar del academicismo más puro y exigente del ballet, impreso en el pas de deux "Raymonda", a la ausencia de técnica, en un plano donde según ella priman las emociones y la musicalidad.

Yo desde niña tuve una fascinación por la figura de Isadora, y además el haber trabajado este rol con Lynn Seymour, que es otra de las grandes figuras de la danza de nuestro tiempo, hace que sea un papel muy especial para mí, reveló la artista en declaraciones exclusivas a Prensa Latina.

Como tentativa de aferrarse al encanto que esparce la Rojo desdoblada en ese espíritu revolucionario del arte, le solicitan a menudo la interpretación de Cinco valses de Brahms a la manera de Isadora Duncan, pequeña joya coreográfica de Sir Frederick Ashton.

Entre odios y pasiones, Duncan fue considerada en su época una americana excéntrica que con los pies desnudos y una liviana túnica griega evocaba bailes antiguos, pero su criticada manera de bailar "sin técnica" causó una revolución en el mundo de la danza aún en florecimiento.

A la Rojo le encantaría quedarse más tiempo por Buenos Aires, donde disfruta particularmente de sus librerías, "aquí aún se encuentran libreros de profesión con gran conocimiento que son capaces de dar recomendaciones y descubrir nuevos talentos", advirtió.

Sin embargo, el deber le llama en Gran Bretaña, pues el venidero 17 de octubre el ENB estrena El Corsario, una obra que a pesar de estar inspirada en un poema del poeta inglés Lord Byron, nunca había sido montada por una compañía inglesa.

Espero que el público pueda descubrir un clásico que no se conoce en el país y que es sobre todo una puesta donde se disfruta la danza masculina en su máximo esplendor, aseguró la artista entusiasmada por el reto de incorporar niños en las funciones previstas para Milton Keynes y Londres.

De acuerdo con la directora, el ENB presentará también El Corsario en las ciudades de Southampton, Oxford y Manchester, luego retomará Cascanueces y se propone innovar con un programa titulado Lest We Forget (Para que no olvidemos), en conmemoración del centenario de la I Guerra Mundial.

La bailarina clásica española más exitosa viaja ahora hacia nuevos desafíos con su maleta repleta de zapatillas y libros de literatura latinoamericana, según confesó.