Adiós a la Asamblea de Estatus

Caribe Hoy

altComo sabemos, el PPD es un partido cuyo alto liderato está constituido por personas adeptas al ELA actual. Es decir, favorece la continuación del presente estatus político aunque este esté sometido a la Cláusula Territorial de la Constitución de Estados Unidos. En consecuencia, sostengo que ese liderato –es decir, el PPD como institución– buscará la forma de evitar cualquier plebiscito de estatus así como la Asamblea Constitucional de Estatus (ACE). Ninguna de las dos opciones procesales le conviene.

Los soberanistas dentro del PPD sí favorecen una ACE. Y van ganando fuerza, al extremo que lograron que en la reciente Asamblea del PPD se aprobara una resolución en la que dicho partido se compromete a impulsar dicho mecanismo procesal si no se logra un plebiscito como el propuesto por el presidente Barack Obama. Así que, luego de ese resultado la pregunta obvia era, ¿cómo podrían salirse de esta los líderes del PPD? ¿De qué manera podrían descarrilar la ACE sin que se les achacara renegar de su compromiso en su favor? Ahora sabemos cómo.

En un reciente artículo publicado en El Nuevo Día (¿Quién la convoca?, 12 de septiembre de 2013), José A. Hernández Mayoral nos indica que previo a aprobar la constitución de una ACE, hay que celebrar un referéndum preguntándole al pueblo si la quiere. En el contexto político actual, ese referéndum sólo tiene un posible resultado: no logrará el aval del pueblo. ¿Por qué no? Simplemente porque los estadistas están sólidamente en su contra. Ahí nada más hay un 45% de los votos. El otro grupo que votará para derrotar la propuesta por la ACE es el que quiere continuar con el ELA como está. Y aun entre los no colonialistas, como ALAS, hay quienes entendemos que EN ESTE MOMENTO el mecanismo mejor para generar una mayoría absoluta a favor de una alternativa no colonial para Puerto Rico es el plebiscito, no la ACE.

Conclusión: no habrá ACE, pero tampoco habrá plebiscito. Así, el PPD habrá logrado, una vez más, capear la confrontación ideológica interna sobre el estatus. Confrontación que pensábamos sería inevitable en esta ocasión. Hay que reconocerles que su capacidad para sobrevivir las crisis es asombrosa.

¿Mientras tanto? El pueblo seguirá sufriendo la agonía de un estatus político incapaz de producir soluciones para sus problemas económicos y sociales más apremiantes. La crisis se ahondará.