La palabra se compromete: un diálogo de escritores

Cultura

altAnte una casa llena en la Librería AC en Santurce, en una actividad organizada por El Post Antillano y la librería, los escritores Eduardo Lalo, José Muratti, Gean Carlos Villegas y Marie Ramos, se dieron cita para conversar en torno al imaginario de la escritura, como un acto de creación, y el compromiso si alguno que el escritor o escritora debe tener con el cambio social.

Aunque el término de cambio social viene de la década de 1950, luego de la Segunda Guerra Mundial, el mismo se acuñó en Puerto Rico en la década de 1960 y 1970, gracias al trabajo de intelectuales como Luis Nieves Falcón el país asumió el concepto de cambio social para transformar su condición de pobreza y dependencia.

Este dialogo en torno al país, fue eventualmente asumido en las artes creativas, en particular en la literatura, donde muchos escritores de la talla de Luis Rafael Sánchez, Isabelo Zenón, Pedro Juan Rua, Ana Lydia Vega, Carmen Lugo Filippi, entre otros y otras, asumieron en la década de 1970 y 1980, una vos crítica ante el colonialismo, la dependencia económica, la violencia y sobre todo las relaciones interpersonales en la isla.

Ahora bien, ¿Debemos en plena segunda década del Siglo 21, hacernos una pregunta del Siglo 19? ¿Debemos apostar al cambio social? Lo fantástico del diálogo es que los escritores presentes se dividieron en aquellos que expresaron que su arte era la primera razón de escribir, y esto se hace sin pensar en el cambio social, sino en el arte como tal. El otro grupo de escritores respondieron bajo la premisa que se reconoce que el arte como expresión es libre, pero en el contexto que se dicen las cosas, se profundiza o no en asistir a la transformación de un orden social que puede ser perjudicial al bienestar de las personas.

Sin lugar a dudas en un choque de generaciones y de postulados narrativos, los cuatro escritores no necesariamente coincidieron en un relato único. Por el contrario, reinó la diversidad en las ideas, y esto hizo de la velada una más dinámica y ágil.

Nos parece que el momento cumbre de la noche fue cuando se abrió la discusión en torno a las relaciones raciales y la escritura. En un panel donde todos eran negros y mulatos, salvo el escritor Eduardo Lalo, la discusión del tema demostró ser una rica en diversidad. Los escritores José Muratti y Marie Ramos, asumieron una línea más común en cuanto al manejo de la negritud y el discrimen en Puerto Rico. Razón para ambos escritores de buscar experiencias en concreto que se puedan documentar en la literatura para dar fe de la situación discriminatoria. A la voz de estos escritores se sumó la postura del moderador, Daniel Nina, quien también supo debatir a favor de esta posición. Por otro lado Gean Carlo Villegas, mulato de una generación más joven de escritores, asumió una posición un tanto distinta, al indicar que el racismo no es una condición que le afecta a él en su vida. Por ende, no es un tema que él ve con necesidad de trabajar en su literatura.

No sin contradicciones, la velada fue una rica en debates y en el intercambio de ideas. En esta medida, la reflexión debe llevarnos a pensar que este tipo de diálogo es importante para ir desarrollando una sociedad más plural y democrática.