El desarrollo de la visión geopolítica de Venezuela (2003-2013)

Historia

altEn términos geopolíticos, el crecimiento de la demanda global y de los precios del petróleo en el periodo 2000-2008 coincidió con el despegue de diversos proyectos de Venezuela de alcance internacional como el subsidio de petróleo por CITGO a comunidades pobres de EEUU, la UNASUR, la CELAC, ALBA y Petrocaribe. De allí que se consolidara el reclamo venezolano de ejercer liderazgo hemisférico en momentos que se continuaba la llamada ‘Diplomacia Petrolera’ que ha contribuido a la proyección de Venezuela como actor internacional sobretodo priorizando su presencia dentro del Cono Sur .

En la actualidad, la política exterior del Estado Venezolano se ha proyectado como parte de un proceso político nacional que ha sido avalado por amplias fuerzas sociales por medio de la movilización electoral y comunitaria, articulando en el proceso un proyecto de país y de región que la presidencia y la cancillería venezolana promueven en esferas regionales, globales e instituciones internacionales. La proyección del liderazgo venezolano y su promoción de una visión y una agenda particular respecto a la geopolítica hemisférica y global ha sido posible gracias a la utilización de unos recursos materiales e ideológicos que abordaremos a continuación.

Recursos materiales y recursos ideológicos

Algunos indicadores sobre Venezuela podrían facilitar su ubicación en la clasificación del balance de poder del sistema internacional y regional. Entre los datos cuantitativos, o los relacionados a los recursos materiales, se ubican aspectos relacionados con la exportación de recursos naturales, renglón en el que Venezuela se posiciona como séptimo a nivel global en la producción de petróleo crudo, noveno a nivel global en la producción energía hidroeléctrica, sexto en la producción de productos derivados del petróleo y quinto a nivel mundial en capacidad de refinación de petróleo . PDVSA es la empresa numero 35 entre las 500 empresa petroleras más grandes del mundo según la revista Fortune, Venezuela tiene las mayores reservas de crudo certificado en el mundo en la Franja del Orinoco y es el mayor exportador de crudo de la región latinoamericana y caribeña . Es a su vez el segundo mayor exportador en la región del mineral de hierro y numero trece a nivel global.

Tiene una población de 28,9 millones de habitantes o el quinto país de más población en Suramérica con una tasa de alfabetización del 95%, y está en posición 71 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) dos puestos por debajo de Chile y Argentina . Las Fuerzas Armadas Bolivarianas es la tercera castrense más grande del Cono Sur con 1,143,577 efectivos, solo superadas por Colombia y Brasil. Según datos del Consejo de Defensa Suramericano, Venezuela es el tercer país suramericano con más gasto militar dentro de la totalidad del gasto de defensa a nivel suramericano, solo superado por Colombia y Brasil .

En el ámbito de la UNASUR, Venezuela ha promovido la unión energética concretando desde el 2000, más activamente desde la I Cumbre de Isla Margarita en 2007, un total de 122 convenios petroleros con todos los países miembros de la UNASUR . Una de las propuestas estratégicas de la cancillería venezolana es el Tratado Energético Suramericano, que pretende integrar los recursos de la región para hacer de la UNASUR una potencia energética sobre la base de la complementariedad, iniciativa que ya cuenta con su Plan de Acción y su Tratado Constitutivo a la espera de ser ratificado. En el ámbito del ALBA desde el 2005, Venezuela ha establecido empresas mixtas de refinamiento, almacenamiento y distribución de petróleo con Belice, Costa Rica, Cuba, Dominica, Granada, Jamaica, Nicaragua, Republica Dominicana, San Cristóbal y Nieves y San Vicente y las Granadinas. Según el presidente costarricense Oscar Arias la cooperación venezolana en America Latina es “cuatro o cinco veces” mayor a la de Estados Unidos .

La orientación continental y global del Gobierno Bolivariano , justificada según el Plan Socialista de la Nación en la “diversificación de las relaciones políticas, económicas, culturales, con la idea de construir un mundo multipolar que quebrante la hegemonía del imperio norteamericano” , expande su ámbito de acción haciendo de Venezuela un referente productivo y energético regional debido a su conexión global por medio de sus vastas reservas de petróleo. La diplomacia venezolana ha utilizado de forma estratégica el poderío energético global del país para proyectarse ideológicamente y promover su agenda de politización de los espacios regionales que encause la construcción de America del Sur como un polo de poder global.

La figura de Hugo Chávez se abre paso en la política venezolana en el contexto de una incipiente política regional post-hegemónica propuesta por Brasil con el Área de Libre Comercio Suramericana de 1993 en el contexto de la crisis financieras en Argentina y Brasil y el activismo suramericano y antillano en contra del Área de Libre Comercio para las Américas. Posterior al intento de golpe de estado de 2002 y al Paro Petrolero de 2002-2003, el discurso de Chávez se radicaliza en medio de un alza histórica de los precios del petróleo, unido a nuevas propuestas de integración regional y energética que catapultan a Venezuela como el líder en proyectos alternativos de integración basados en la cooperación Sur-Sur, en una política antiimperialista y en una alianza regional para la construcción de la llamada “Patria Grande”. Tales fueron los casos de Petrocaribe, PetroAmerica, la UNASUR, el ALBA, y últimamente la CELAC que fue posible gracias a un activismo compartido entre Venezuela, México y Brasil. El objetivo multipolar y post-hegemónico de iniciativas como el ALBA y la visión venezolana de lo que debe ser UNASUR tuvo su momento cumbre cuando la CSN acordó en la I Cumbre Energética de Isla Margarita de 2007 cambiar su nombre a UNASUR, validando en bloque la propuesta venezolana de comprometerse a una unión política que comenzara a considerar el carácter estratégico, tanto de la unión regional como de los recursos energéticos regionales.

De esta manera, el liderazgo de Venezuela logró retar el liderazgo brasileño y su Comunidad de Naciones Suramericanas de la década del 90 en cuanto a sus objetivos y normas, que desde ese momento comenzó a tomar un rumbo institucional estratégico con su conversión en la Unión de Naciones Suramericanas a partir de la Cumbre Energética de Isla Margarita de 2007. El relanzamiento del regionalismo suramericano a través del espacio de la UNASUR y la construcción de un área de influencia en el marco del ALBA (que incluye estados centroamericanos, suramericanos y caribeños) consolidó a Venezuela como una potencia regional que prioriza sus dinámicas globales y regionales como un asunto de seguridad, principios y de defensa de unos valores. Desde este momento la diplomacia venezolana tuvo como objetivo traducir en resultados concretos unos valores, objetivos y normas especificas mediante la promoción de posiciones de bloque en temas neurálgicos como la seguridad humana, la energética y la financiera (Banco del Sur, 2007) . El liderazgo venezolano constituye una realidad tangible con sus socios subregionales de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y el Caribe Insular en el marco de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) y Petrocaribe.

Las relaciones exteriores y regionales de Venezuela en el siglo XXI

En la segunda mitad del siglo XX, específicamente a partir de la vuelta a la democracia con el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, la constitución ya priorizaba la integración latinoamericana como eje central de la política exterior del estado venezolano. Aspecto que comparte con la Constitución Bolivariana de 1999. En el periodo 1958-1998 la postura del estado venezolano era de proyectar a Venezuela en el escenario internacional como un agente de los intereses petroleros y comerciales, unido a la primacía en su acción exterior al apego al Derecho Internacional y los tratados y convenios internacionales. Durante los primeros años del mandato de Chávez se mantuvo gran parte de estos objetivos en la política exterior venezolana, incluso la profundización de las relaciones con la Cuenca del Caribe y Brasil. Otra continuidad palpable de la política exterior venezolana en el siglo XXI es el peso definitorio del presidente en la elaboración de las estrategias y objetivos de la acción de la cancillería venezolana.

A lo largo de la presidencia de Hugo Chávez Frías (1998-2012) la política exterior venezolana experimentó tres etapas fundamentales que responden directamente a la evolución ideológica y material del estado como al desarrollo de los acontecimientos políticos, sociales y económicos al interior de la sociedad venezolana y a nivel internacional. La primera etapa se inició en 1999 y se extendió hasta el 2004 y se sustentó conceptualmente en las Líneas Generales del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2007, en el cual se establecieron los objetivos del ideario bolivariano de “Equilibrio Internacional” . La segunda etapa comenzó en noviembre de 2004 hasta el 2013 y empezó con las conclusiones y los documentos del Taller de Alto Nivel realizado en Caracas el 12 y 13 de noviembre, etapa en la que se inauguró una nueva etapa o el “nuevo mapa estratégico de la Revolución Bolivariana” . Segunda etapa que se consolida con el Proyecto Nacional Simon Bolívar, Primer Plan Socialista de la Nación 2007-2012. La tercera etapa comienza con la inscripción de Hugo Chávez como candidato presidencial el 11 de junio de 2012 y su propuesta de ‘los 5 objetivos históricos’ que sirvió de base para la elaboración del Segundo Plan Socialista de la Nación Simon Bolívar 2013-2019 y la proyección oficial de Venezuela como ‘País Potencia’.

Las Líneas Generales del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2007

En las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social 2001-2007 se definió que las estrategias venezolanas deberán impulsar la democratización de la sociedad internacional, la promoción de la integración latinoamericana, el fortalecimiento de Venezuela como actor en la economía internacional, la consolidación y profundización de la interacción entre los distintos procesos de integración, consolidar y diversificar las relaciones internacionales de Venezuela y promover un régimen de cooperación e integración militar regional . Interesantemente, el documento prioriza las relaciones de Venezuela con el Caribe y en especial menciona a Puerto Rico. Las capacidades de refinamiento de petróleo de Puerto Rico cobran un cariz de importancia estratégica por ser la limitada capacidad de PDVSA para aumentar la producción petrolera la mayor amenaza a la expansión del mercado de exportación venezolano que lacera de forma directa la viabilidad de las capacidades del Estado Venezolano y de las Misiones Sociales.

El Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social 2007-2013

En el Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social 2007-2013 denominado Proyecto Nacional Simon Bolívar, se articula la proyección internacional de Venezuela como potencia energética mundial sobre la base de su acervo energético nacional como un aspecto garante de las estrategias de desarrollo nacional, fundamentado en el uso soberano de las materias primas por parte del Estado Venezolano. El objetivo de la estrategia es consolidar el Nuevo Modelo Productivo, con lo cual ubica las estrategias de integración energética regional y mundial como pilar del desarrollo económico y social nacional. En el contexto de la demanda creciente de petróleo por países como China e India y los continentes asiático y suramericano, se prioriza la posición central de Venezuela como actor en la economía del petróleo mundial como un asunto de seguridad nacional. El Plan llama a revisar la estructura del mercado petrolero venezolano, asegurando el carácter irreversible del aumento global en los precios del petróleo. En función de la estrategia de ascensión de Venezuela como potencia energética global, se recomienda la diversificación de la exportación petrolera de PDVSA para desplazar el mayor importador de crudo venezolano, los EEUU.

Dentro de la proyección regional y global de la nueva política internacional venezolana, con el Plan 2007-20013 se incorpora el concepto de Plena Soberanía Petrolera en el contexto de la promoción del Estado Venezolano de un mundo multipolar. La Plena Soberanía Petrolera impone un mandato al Estado Venezolano de utilizar la renta petrolera para ampliar el complejo de refinación y de petroquímicas como estrategia geopolítica dirigida a “aquellos países que insisten en desarrollarse como naciones, y no aceptan marginarse en un mundo supuestamente globalizado”. De esta manera se reconstituyó la estrategia internacional para una nueva economía de los hidrocarburos como herramienta de la política exterior, con el fin de fortalecer las relaciones multipolares globales, sobretodo en el espectro de la política de integración latinoamericana y caribeña. El objetivo de las estrategias de internacionalización energética, según el primer Plan Socialista nacional es convertir a Venezuela en una potencia energética regional y fortalecer la integración latinoamericana y caribeña . Desde este momento se estableció como eje de estas estrategias la consolidación de las alianzas con estados en áreas de interés estratégico.

El Segundo Plan Socialista de la Nación Simón Bolívar 2013-2019: Programa de la Patria

El Segundo Plan Socialista de la Nación gira en torno a 5 objetivos históricos que son los siguientes: la defensa, expansión y consolidación de la Independencia Nacional; continuar la construcción del socialismo bolivariano del siglo XXI como alternativa al “sistema destructivo salvaje del capitalismo” como un asunto de “seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad”; convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, económico y lo político dentro de la “Gran Potencia Naciente de America Latina y el Caribe para garantizar una Zona de Paz de Nuestra America”; contribuir al desarrollo de una nueva Geopolítica Internacional en la cual tome cuerpo un “mundo multicéntrico y pluripolar” en pos del “equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria”; y preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana.

Entre las metas con resonancia regional y global resaltan las metas de la irreversibilidad de la soberanía nacional mediante la consolidación del modelo económico, político y social, el pilar de este objetivo es la Soberanía Petrolera y control de los recursos naturales estratégicos que redundaría en control de los recursos del estado y potenciando el sector agroproductivo. En esta consolidación de la independencia retoma vigencia la unidad cívico-militar como garante de la expansión de la soberanía nacional de Venezuela.

Una meta del II Plan Socialista que reconfiguraría la política exterior de Venezuela en la segunda década del siglo XXI es el convertir el país en un “País Potencia” en lo social, lo económico y lo político. Esto dentro de la “Gran Potencia Naciente de America Latina y Caribe” como garante de una “Zona de Paz de Nuestra America” orientada al poderío político, económico y social. La meta de convertir a Venezuela en un país potencia también comprende el compromiso de seguir desempeñando un papel “protagónico” en el proceso de construcción de la unidad latinoamericana y caribeña al impulsar desde los rasgos bolivarianos el ALBA, la UNASUR y la CELAC.

El objetivo de construir y consolidar el país potencia de Venezuela también implica continuar encausando un mundo multicéntrico y pluripolar “sin dominación imperial” y con respeto irrestricto a la autodeterminación de los pueblos. Por ultimo, llama igualmente a alcanzar la meta de “desmontar el sistema neocolonial de dominación imperial” llevando al máximo el objetivo de reducir la intensidad de relaciones comerciales con EEUU “eliminando o reduciendo a niveles no vitales el relacionamiento económico y tecnológico de nuestro país con los centros imperiales de dominación”. En su proyecto global, el Estado Venezolano “convoca a sumar esfuerzos para el impulso de un movimiento de carácter mundial para contener las causas y revertir los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador”.

La visión del orden regional e internacional de la Republica Bolivariana de Venezuela

Según señalado, el liderazgo y con ello la promoción de una visión bolivariana del orden regional e internacional ha sido posible gracias a una articulación paulatina de sus recursos ideológicos y a una expansión de sus recursos materiales que fueron apuntalados a nivel regional por el dominio en el orden domestico de una hegemonía política, o en términos gramscianos, de un bloque histórico. En este proceso se cambió el orden de relaciones políticas, diplomáticas y cívico-militares, permitiendo la promoción por parte de Venezuela de una visión alternativa y revisionista del orden regional e internacional .

En el espectro internacional el proyecto bolivariano tiene como objetivo priorizar la integración latinoamericana y caribeña dentro de la promoción de la visión del Estado Bolivariano de un mundo pluricéntrico y multipolar. Esta visión del sistema internacional propone un nuevo multilateralismo fuera de los limites de las lógicas del libre comercio en el cual prime de forma absoluta las normas jus cogens sobre autodeterminación y descolonización, la no-intervención y la resolución pacifica de los conflictos . Esta visión particular del orden regional e internacional se ha promovido en parte gracias a la rearticulación del uso de la energía como recurso estratégico del proyecto político de la Republica Bolivariana que le ha dado al Estado Venezolano una creciente autonomía en materia de política exterior.

La proyección de Venezuela como potencia energética se justificó como soporte para la viabilidad del desarrollo humano y productivo nacional y herramienta indispensable para asegurar el prestigio regional e internacional del país como potencia energética. Proceso que tuvo como pilares estratégicos los Planes Socialistas de la Nación y las iniciativas de Siembra Petrolera y el Nuevo Modelo Productivo. Los ejes de la estrategia de proyección material e ideológica de Venezuela son por un lado, en el plano internacional la OPEP y Petrocaribe, y en el plano regional las iniciativas de Petroamerica, Petrocaribe y el Gasoducto del Sur junto a la incidencia de Venezuela en el Consejo Energético y en los actuales esfuerzos de PDVSA de encausar la Empresa Grannacional de Energía en el ámbito de la UNASUR. Igualmente importante para la internacionalización del proyecto político han sido las alianzas energéticas con China, Irán, Rusia, Bielorrusia y países como Ecuador, Cuba y Bolivia estados miembros del ALBA.

Aunque las adhesiones de los estados a Petrocaribe no se tradujeron en adhesiones simultaneas al ALBA , Venezuela ha logrado posicionar su visión del orden regional y del sistema internacional mediante el establecimiento de normas en la forma de esquemas de integración particulares (en los cuales ejerce un liderazgo tanto material como ideológico) en los cuales la Republica Bolivariana es el eje de múltiples esquemas de integración y cooperación tales como el ALBA, Petrocaribe, el Consejo Energético y el Banco del Sur.