Se abre una discusión en torno a la elaboración de un reglamento interno en el Departamento de Santa Cruz, Bolivia, para implementar la Ley 45 de 8 de octubre de 2010 que dispone contra el racismo y toda forma de discriminación. La ley, asume las obligaciones que en el marco de la Conferencia contra Racismo, Discrimen y Xenofobia (Durban 2001) asumieron los estados a nivel internacional.
Ante este marco, en el día de ayer el Departamento de Santa Cruz, uno de los nueve departamentos en que la república de Bolivia se divide, convocó a una reunión de activistas de la sociedad civil, sectores afines del gobierno departamental, y al delegado del gobierno central, Leoncio Gutiérrez, para iniciar la implementación de la política pública nacional. Fue un evento rico en diversidad racial, tanto sectores indígenas como sectores afro-descendientes, dijeron presente. Lo interesante, para uno como un extranjero en la conversación, fue el hecho de la seriedad y compromiso que el gobierno departamental, otrora abierto opositor del gobierno de Hon. Excelentísimo Evo Morales, implementa la política pública que viene del gobierno central de la Paz.
Paola Parada, la secretaria departamental de la Secretaría de Educación y Cultural, nos indicó que la iniciativa responde a la necesidad de “transformar el racismo interno, ese que se manifiesta entre lo rural y lo urbano, entre el occidente y el oriente de Bolivia”.
De igual forma destacó la secretaria Paredes que la “Ley 45 habrá de generar cambios de conducta, modificará patrones culturalmente establecidos en la sociedad boliviana en general”. Ante esto ella puntualizó que “es necesario comenzar un proceso de educación que trabaje a nivel educativo escolar y en el seno de la familia, y donde las instancias públicas como de la sociedad civil se comprometan a transformar el racismo”.
Para los que venimos de Puerto Rico, esta actividad dista mucho de los procesos de reconocimiento y transformación de los racismos existentes en la isla. En particular y dado la ausencia de poderes soberanos, Puerto Rico no participó en Durban 2001. No obstante, y de forma paralela, el gobierno de la isla si podría asumir de forma responsable la obligación internacional de transformar toda forma de racismo y discriminación.