Un día sin los americanos

Cultura


alt

Parece mentira que el gobierno federal cierre y nos deje a todos y todas con los compromisos económicos que dependen de ellos sin poder ser honrados.  Entonces, ¿Es  esto una calamidad o una oportunidad?

En el año 2004 se presentó en los EE.UU el interesante documental A day without a Mexican (Dir. Sergio Arau, USA, 2004). La película versa en torno a qué pasaría si en un día común, los inmigrantes indocumentados de los EE.UU de origen mexicano, desaparecieran.  ¿Podría funcionar de forma ordinaria los EE.UU? La contestación era en negativo – la codependencia del pueblo blanco de los EE.UU por los indocumentados es total, por ende necesita regularizarlos.

Así las cosas, ¿cómo nos va en estas primeras 24 horas sin el gobierno federal estar trabajando a toda capacidad? Pues seamos honestos, nos va como siempre nos va.  Los cheques de pagos federales, salvo el seguro social, no llegan a tiempo.  Las agencias federales, como cualquier burocracia, funcionan a su propio ritmo.  Las oficinas administrativas del Seguro Social hoy, siguen resolviendo con la misma eficiencia que resuelven en tiempos fuera de crisis.  Y las agencias de seguridad federal no han sido afectadas por lo cual siguen trabajando.  Entonces, el gobierno federal puede cerrar parcialmente y nosotros seguimos viviendo.  No es una calamidad la situación. Por el contrario es realmente hablando una oportunidad.

¿Oportunidad para qué?  De mi parte para que los economistas del país, los soberanistas e independentistas, y aquellos que les molesta tanto la sobre dependencia de los fondos federales, salgan a la calle a explicar por todos los medios radiales que la crisis no es tan compleja para nosotros, que para bien o mal, nosotros seguimos operando porque no dependemos de ellos en todo.

Exploremos cuantas de nuestras instancias diarias dependen sólo de nosotros, y nos daremos cuenta que nuestra tasa de intercambios comerciales con República Dominicana, Guatemala y Costa Rica, por decir tres de los países fuera de la órbita de los EE.UU con los cuales realizamos más transacciones comerciales, nos permiten vivir y continuar viviendo. Más aún, exploremos cuanto capital aportamos nosotros al país por vía de las transferencias interpersonales (las llamadas remesas) EE.UU a Puerto Rico,  de Latinoamérica a Puerto Rico y del Caribe a Puerto Rico.  Exploremos cuanto aportan nuestros artistas urbanos, cuyo mercado es América Latina, en cada viaje y gira que realizan en la región.

Dicho lo anterior, entonces la invitación de esta oportunidad única en el contexto del 2013, es a examinar cuanto en sí dependemos de los EE.UU y cuanto ya no dependemos de ellos.  Que hablen los economistas distinguidos del país, y que nos expliquen algo nuevo.  Sin lugar a duda, luego de un día sin los americanos, aún seguimos aquí, viviendo, pagando deudas, comiendo y sobre todo, yendo a la playa.