M o l d e a b l e M a d e r a

Caribe Imaginado

altDedicado al motivo del cambio y al haber abrazado las luciérnagas brotando del agua.


Del robusto árbol de raíces profundas y saludables, crece la preciada madera.

Moldeable madera la cual parte y la quiebran. ¿Cuéntame tú por qué la gente parte o se queda?

El partir siempre esta latente y presente en nosotros. El quedarse es una elección. Partir a lugares lejanos o a cercanos lugares, solo son diferentes espacios geográficos.

El quedarse en el mismo espacio, pero no estando, es otra manera de existir.

El quedarse armoniosamente, es ser, y puede también brindar suave brisa e iluminada quietud.

La veloz y ágil hacha del leñador quiebra, partiendo y dividiendo la clara madera por el preciso centro, cayendo gravitacionalmente al suelo. El suelo húmedo la recibirá y sostendrá por unos momentos hasta que tome su nuevo destino y rumbo.

Los leños independientes recién cortados, blancuzcos y tiernos en su interior serán transportados. Las diminutas astillas se quedarán en la superficie de la tierra, esperando que alguna lluvia torrencial las desplace, hundiéndolas y penetrándolas a través de las grietas del mineralaesco barro.

Los leños serán transportados con fines distintos a distintos confines, por manos trabajadoras ásperas protegidas por plausiblemente guantes.

Los pedazos de madera tendrán distintos propósitos, en lugares lejanos o cercanos con misiones diversas y especificas.

Algunos para construir una casa que se trasforme en un calido hogar. Contenida por mesas, sillas, sillones y camas fragantes de la barnizada oscura y ebanisticamente moldeable.

Otros para construir un pacifico barco pesquero, el cual navegue muy lejos por prístinas aguas y sea un oasis estable para algún pajarillo azul extraviado y exhausto.

Otros pedazos serán destinados para confeccionar una chiringa colorida con alas de mariposa que surque los despejados cielos en las mañanas ansiadas de domingo.

Algunos de ellos, se convertirán en un amarillo lápiz, con el cual una niña haitiana aprenderá a trazar el abecedario romano, para en el futuro escribir literatura y ordenar la percepción de nuestra caótica realidad global post mortem. Serán niños índigos, cristal, o delfines?

O tal vez el sólido y macizo leño, sea destinado a convertirse en un simple fósforo de cajita pequeña, para encender un cigarrillo y apagar el desconsuelo de una oración en proceso de contestación.

El partir siempre es relativo, partimos para volver.

Partir para encontrarnos y para reencontrarnos debajo de aquel frondoso árbol. El cual hace mucho tiempo fue sembrado diasporica y accidentalmente.

Donde cerca de su tronco de raíces profundas, se encuentra enterrada la caja azuleada de madera, cuidada por la tierra. La cual protege los infinitos y sublimes secretos escritos. Y promete revelarnos las exquisitas añoranzas colosales realizadas, habiendo admirado armoniosamente la luna descalzos.