Partir y Quedarse...

Caribe Imaginado

alt“Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron su palabra y su pensamiento.” Popol Vuh, Las antiguas historias del Quiché.

Juntar la palabra y el pensamiento.

Ponernos de acuerdo.

Hacer las paces con la vida.

Abrir caminos, descalzos.

Mover las ramas del medio.

Sujetando el hacha por su barnizado astil.

Suavizar el terreno, humedecerlo.

Satifasgamos la curiosidad de muchos

Levantemos levemente la tapa de la caja azuleada, dorada.

Dejemos que ellos descubran su contenido, que nos revelen los destellos interiores.

Provoca.

Poco a poco se van enamorando de su propio potencial.

Déjales saber el corto camino que existe entre la realidad y los sueños.

Déjalos ser ellos.

Eso es lo que quieren.

Escúchalos.

Amadrina una ilusión.

Olvida el insípido bocado, que no vale la pena.

Golosea una quimera.

Mucho cuerpo, fronte ilusorio.

Fronte nada más.

Lo que quieren, es ser escuchados.

Ser.

Ser, más que tener.

Tienen algo que decir.

Nosotros a aprender.

¿Qué te pasa, se te olvido que fuiste joven una vez?

¿Donde está la magia?

¡Sacude, suda, solloza, solemniza, subsana!


Esta ahí, adentro.

Mírate al espejo.

Junta tu pensamiento y tu palabra.

Ponte de acuerdo.

Total, en algún encuentro, te espera el momento.


Amaina las velas del barco.

Anafrodita acuática, atomizada con el color de donde provienes.


Observar el mar desde la montaña.

Llevar los violines por dentro.

Para así oler la fragancia de la perene planta de tallo alto.


¿Dónde se unen el cielo y el mar?

¿Cuándo se supone que debas olvidar?


Llevo los violines adentro.


No hagas de la espera una forma pulverizada de pasar la vida.

Comienza, arranca,

Recrea el movimiento continuo.

Musaraña comprometida contigo misma.

Como si tu lugar especial fuese uno

donde uno pueda al mismo tiempo partir y quedarse.

Crear tu propia leyenda.

Anda, ve, descubre tu sueño, no está lejos.


Los años convulsos han terminado.

Lo mejor de la vida es recomenzar a cada instante.

Las mañanas son bondadosas con quienes hacen las paces durante sus horas.

Mi padre siempre me animó a fortalecer los pininos de mi carrera, de mi pasión.

El, cambio. Cambió a otro lugar latente. Esperamos vernos otra vez. Lo sé.

Cambió a otro lugar. Uno de esos, donde uno puede partir y quedarse.

Hoy veo con mis propios ojos, lo que debiera haber visto él.

Entonces, le invento un aplauso a la vida y doy gracias.


Mi padre, elegante despistado que observaba todo. Posaba sus ojos en todo. Y de manera sutil, absorvía la sabiduría de las cosas. Cerraba los puños mientras hablaba de manera altruista.

! Como dialogaba!

Balbuceaba como un joven universitario más,

De esa Universidad Inglesa donde fue.

Su ropa exquisitamente planchada revelaba su disposición de estar siempre listo para la vida, la acción y el compromiso.

Siempre acarició la libertad.


Me dijo que “la vida siempre esquiva la línea recta.”

Por eso amo el espiral.

Y continuo, cambiando de planos siguiendo el espiral, en cada vuelta, en cada ciclo. Girando, ascendiendo el espiral.

No al Parnaso sino, intentando acercarme más a mi escencia silvestre.

Partir y quedarse, también es otra forma de pasar la vida.

Queda cerquita del camino corto que existe entre la realidad y los sueños.