Nacimos en racimo con todo el honor y respeto, de la familia de sangre que nos ha traído al mundo. Dedicación a la deuda de gratitud. Nacimos en racimo como guineos verdes y comenzamos a madurar. La naturaleza impone las reglas de su juego. Destapa su velo. De verde a amarillo. Así, fuimos madurando y aprendiendo.
El viento sopló. Y nos maduró un poquito más. Cambiamos de color y el olor manchó con pintitas color café. Y nos caímos del racimo del árbol como de repente, y cambiamos más de color a marrón, al proceso de putrefacción natural para ser composta, de trasformación real y de muerte aparente. Lo genuino es que la vida continúa. Para convertirse en energía nueva, vitamina y traer relucientes parientes, nuevos hijos de la mata cortada diametralmente en el centro por manos diestras, ásperas, por el buen trabajo. Así, frescamente cortada la mata, la savia salió del tallo. Brindó su propósito, para alimentar nuevos hijos, y los huérfanos vivieron nutridos por la tierra y la glucosa de una mujer extraña sabia de la tierra, llena de compasión. Los hijos, crecerán alrededor, como círculos concéntricos. Alrededor del corazón de la vida y huele a ella... humedad, transparente, pegajosa. Blanca, amarilla, verde, marrón. El color del amor se diferencia por el aroma y la luz. Besos en la frente suavemente. Entonces, Aprendimos a ampliarnos. Conociendo al lado, otras plantas, frutas y vegetales que también son familia de la vida. Sino nos hubiéramos caído del árbol por orden natural, jamás nos enteramos. . Pero, el viento sopló y el tiempo maduró, para que nos diéramos cuenta, que hay muchas forma de vivir. Agua dulce, tierra, mar y aire. !Sin obviar y apreciar lo sanguíneo! Y nos dio alas para saber que el mundo es vasto! Y la familia se hace con quien uno ama al caminar. Besos en los pasos. Y crecemos juntos en los senderos, con nuevas plantas, hierbas, ejemplificando los círculos concéntricos coloridos. El amor va por dentro. El color va por fuera. La música nos une. La tierra nos sostiene. Las nubes se abren. El sol es el dios. La familia está en todas partes. Y los árboles esperan a ser sembrados. La sonrisa es la sorpresa de lo desconocido. !Aplauso de la mariposa!