2013, un año sin precedentes en la literatura puertorriqueña.

Historia

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Resulta increíble, y también paradójico, que en el momento cuando la economía puertorriqueña atraviesa por una de sus peores crisis, la literatura isleña haya resurgido de una forma impresionante. Podemos identificar, desde mi punto de vista, varias situaciones que nos pueden ayudar a entender este fenómeno. Una de ellas es el hecho de que la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón ya cumple una década impulsando la formación de escritores, correctores, críticos literarios y editores. Los egresados siguen coleccionando premios y reconocimientos. Estos escritores se unen al gremio de estudiosos y estudiantes de la Facultad de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, y de las facultades de español de otras universidades, para formar un ejército que se consagra al oficio de escribir.

Pero este grupo de creyentes necesitaba una gran reunión para poder evocar a Calíope como es debido y, sin haberse concertado, surge el Festival de la Palabra. Esta magna actividad se ha convertido en el lugar de encuentro de escritores, aspirantes a escritores y fanáticos de la buena lectura. También es un prolífico trueque cultural con escritores extranjeros. Una de estas escritoras invitadas, Midori Moromisato Miasato, después de haber venido en dos ocasiones a la Isla, propició, a través de la Cámara del Libro de Perú (organización que preside), que Puerto Rico fuera el país invitado en la 18va Feria del Libro de Perú. Con todos los escollos posibles que sufrió la delegación, Puerto Rico levantó bandera en el mismo centro de Lima dentro de una hermosa actividad donde los nuestros mostraron que somos algo más que cantantes de salsa, reinas de belleza y boxeadores.

Es importante resaltar que el premio Rómulo Gallegos otorgado a Eduardo Lalo nos ha puesto bajo el lente de muchos fuera de la isla. Lalo se ha convertido en el mejor embajador que ha podido tener este país. Para cerrar el año, el querido Juan López Bauzá se irguió con el Premio las Américas con su novela Barataria.

Ante un panorama tan inspirador, y un mercado repleto de herramientas tecnológicas que propician publicar, ha surgido una oleada, casi incontenible, de esfuerzos editoriales y publicaciones de autor. Este movimiento se avala por las oportunidades que brinda la impresión digital, los libros electrónicos y la publicación a petición. Por otra parte, la creatividad se ha puesto sus galas con los escritores que se han dedicado a redactar y crear libros artesanales.

Algunos de los nuevos proyectos editoriales se han establecido por derecho propio por su calidad, cuidado de la edición, selección de escritores y conceptos creativos. Uno de los ejemplos más elocuentes es el de Editorial Erizo, capitaneado por el joven entusiasta Ángel Antonio Ruiz Laboy, quien en estos momentos se desempeña como director de publicaciones del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). Erizo ha presentado más de quince excelentes libros de algunos escritores nuevos y talentosos como Carmen Marín, Ricardo Santana y Cindy Jiménez Vera; escritores conocidos como David Caleb Acevedo y Carlos Vázquez, y escritores internacionales y galardonados como José Ovejero, Ana Lidia Vega Serova. La actual directora del ICP, Lilliana Ramos Collado, también publicó con Editorial Erizo.

La escritora, ensayista, poeta y narradora Zoé Jiménez Corretjer ha solidificado a Casa de los Poetas con la publicación de cerca de veinticinco libros de todos los géneros. Jiménez Corretjer también cuida de la edición de los libros entre los que sobresalen los textos de Nelly Jo Carmona, Lulu Collazo, Miguel Ángel Torres Aponte, Miguel Ángel Zayas y Luis Francisco Cintrón. Un trabajo igualmente encomiable hace el amigo Reinaldo Marcos Padua con Iguana Editores, un grupo sin fines de lucro que este año publicó una de las más ambiciosas antologías de cuento puertorriqueño en la que se compilan el trabajo de cincuenta escritores contemporáneos del patio. Marcos Padua también nos brindó los  poemas recientes de Iris Miranda.

Un nuevo proyecto ha llamado la atención de todos. Me refiero a Gato Malo Editores. Este grupo capitaneado por los entusiastas Daniel Márquez y Miguel Pruné, ha creado un hermoso diseño editorial. Entre sus propuestas se encuentran los libros de Jonatán Medusa, John Torres y Daniel Pommers.

Muy activos también se han mantenido los presidentes de Editorial Maravilla, Terranova Editores, Editorial La Tuerca (gestora de la antología Pingazos, la nueva novela de Max Chárriez Huesos secos y  la novela Ombligo de luna, de Julio A. García Rosado), Ediciones Doble Cruz, Ediciones Callejón, Letra2, Mariana Editores, Divinas Letras, Pasadizo, Isla Invisible y La Secta de los Perros. Por otra parte, Yolanda Arroyo Pizarro, sin tener propiamente una editorial, ha impulsado, además de sus excelentes textos, las publicaciones de varios escritores, entre los que se encuentran Blanca Miranda y Jesús Manuel Santiago. Posiblemente, es la Editorial Isla Negra una de las editoriales más sólidas en el mercado. Los escritores de esta editorial se han mantenido fieles a su director Carlos Roberto Gómez. Entre estos recordamos a la insomne Ana María Fuster, José Rabelo, José Murrati, Yvonne Denis, Ana María Rúa, Tere Dávila, Irma Rivera y Jaime Marzán. A esta lista se suma el nuevo trabajo de Daniel Nina.

Una veintena de escritores se han lanzado a la proeza de publicar por su cuenta. Algunos de ellos son: Lis Lugo, Ivette Rivera Morales, Ginna Salamán, Lynette Mabel Pérez, Waleska Victoria Castillo Crespo, Anuchka Ramos, Josué Santiago, Ángel Centeno, Javier Febo, Xavier Valcárcel, Nicole Delgado, Michelle R. O., Isabel Batería, Mayda Colón, Arlene Carballo, los colectivos Cómplices en la palabra y Los cinco, Dinorah Marzán, Juan Carlos Rueda, José Luis Sierra, Sarah Ileana, Elfren Ríos, Zulma Quiñones, Santos Martínez, A. G. Burgos, Antonia Maestre, Ruth Ana López Calderón,  Benito Massó, Jean Victoriá , José Popí Laracuente, José Martínez Gomilla, María Zamparelli, Stefan Antonmattei y José Borges.

Awilda Cáez regresa a las tablas con un libro que de inmediato la ha colocado en la mirilla de muchos seguidores de la literatura: Manchas de tinta en los dedos. Por su parte, Carlos Esteban Cana nos ha dejado un Testamento en el que ofrece un panorama de su trayectoria como poeta. Ángela López Borrero sacó a la luz su novela La iluminada. Daniel Torres regresó a las letras (de las que nunca se aparta) con una antología de sus poemas En (el) imperio de (los) sentidos. Larry La Fountain nos contagió su visión de mundo con su nuevo y atrevido libro La abolición del pato. Guillermo Rebollo Gil compiló algunos de sus estatus en las redes sociales en un libro de intrincada sensibilidad. Por otra parte, Marta Aponte Alsina apuesta a su novela corta Sobre mi cadáver. Beatriz Santiago Ibarra se aventuró a publicar (con éxito) Cuentos para no atreverse a contarlos…, también Mairym Cruz Bernal añadió Cielo pájaro nuestro a su lista de producciones y pudo ver como su retoño Victorino Bernal publicó su primer libro. Ana María Fuster presentó la primera novela gótica del Caribe, (In)somnio. Yolanda Arroyo  trae de la mano otra novela corta titulada Violeta.

Dos de los Libros AC ha cargado con los galardones de Barataria (Premio Las Américas) y El proceso traductor (Premio Certamen de Poesía de El Nuevo Día) de Juan López Bauzá y Alejandro Álvarez Nieves respectivamente. También ha publicado Días, por Rosaura Rodríguez y Omar Banuchi, la primera novela gráfica del país, que, en mi particular opinión, es uno de las grandes sorpresas del año. Precisamente, en la categoría de cómics y web cómics hemos tenido un movimiento sostenido de trabajos novedosos que solidifican el género. Soda Pop Comics presentó Cupcake Graffiti, antología de la serie impresa en soporte de libro, y Paracosm, considerado por amantes del género como uno de los mejores cómics de las últimas décadas. Cándido culto es el trabajo de Christian Guzmán quien optó por hacer una tirada limitada. Jíbaro Algaro Comics lanzó Samurai vs Drácula. Mientras que Luis Jefté Lacourt nos divirtió con Yo, Comodín. Lo interesante de este género es que muchas de las publicaciones fueron precedidas por versiones en la red (webcomic).

La literatura infantil ha tenido maravillosos exponentes con los libros de Tere Marichal, Georgina Lázaro, Tina Casanova (quien también publicó la novela para adultos Bugarach), Orlando Planchart, José Rabelo (este querido escritor ganó el premio Barco de Vapor de la Fundación SM) y Edwin Figueroa (director de la revista Inopia). En el campo de las revistas, las de corte académico han mantenido el sitial de calidad que las caracterizan. Dos de estas son Academia (EDP University) y Cuadrivium (Universidad de Puerto Rico en Humacao). De las que tienen un enfoque creativo tenemos Inopia, los números especiales de Boreales, que, en el caso de Palenque, se convirtió en una antología, Guácara, de la Casa de la Cultura Pepiniana y la deslumbrante Corpus Litterarum.

El PEN Club de Puerto Rico, aunque con varias bajas en su directiva, se ha mantenido muy activo promoviendo la cultura y efectuando su premiación anual. Y aun con los problemas de presupuesto, tanto el Ateneo Puertorriqueño como la editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña, lograron gestar varias publicaciones. Sin haber publicado, La Cofradía de Escritores de la Universidad del Sagrado Corazón se ha dedicado, al igual que el grupo Tejedoras de Palabras, a la promoción de la cultura y la literatura del país. Por otro lado, desde la Ciudad de los Rascacielos, la periodista Zenn Ramos ha mantenido informada sobre el quehacer literario de Puerto Rico, a la comunidad latina de Nueva York.

Cada día nuestros escritores se profesionalizan más. Un gran número de ellos se ha cobijado entre las paredes antiguas del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Esta universidad se ha convertido en un lugar primoroso en donde los estudiantes se enamoran de la literatura puertorriqueña, al mismo tiempo que encuentran modelos narrativos que sirvan de inspiración a sus escritos.

Pero no todo ha sido novela, poesía y cuento; hemos tenido un año en el que hemos visto libros de superación como Sinapsis Creativa, del doctor Ariel Orama, libros de anécdotas sobre la maternidad como Soltera con compromiso de Consuelo Mar Justiniano, libros de empresarismo como la nueva edición de Conquistando tu grandeza de Martiña Reyes, libros sobre política como Banquete total de Jay Fonseca, la biografía de la jueza Sonia Sotomayor Mi mundo adorado y Douglas Candelario con su libro El ABC del huerto.

También se ha leído a través de la pantalla de la computadora el excelente y visitado blog del profesor Luis Felipe Díaz (Postmodernidad Puertorriqueña) con más de 60,000 lectores, la revista Letras Salvajes de Alberto Martínez Márquez, el blog de Maité Flores, el ya clásico Boreales de Yolanda Arroyo, Borinquen Literario y Bocetos de una ciudad silente de Ana María Fuster, el blog de Lilliana Ramos Collado, el de Rafael Acevedo y el blog de Mario Cancel. Importante, por demás, han sido las plataformas que nos ofrecen El Post Antillano, 80 Grados y Diálogo Digital.

El pasado resumen solo incluye algunos de los protagonistas de esta gran gesta. En conclusión, hierve el arte en momentos en los que se nos congela la esperanza. Somos los escritores los que levantamos la tea para traer un halo de claridad en el ánimo de un país. Somos los creativos los que hemos dado un año único de producciones literarias variadas. Ante el éxito del 2013, tenemos la esperanza de un 2014 todavía más prolífero.