Eduardo Bobren Bisbal: del amor y todos los horarios

Creativo

alt“El amor nos coloca a la misma estatura

Pensar otra cosa es

Negar la eficacia y el poder del amor.”

-Eduardo Bobren Bisbal

Tiempo de Amar

Casa de Los Poetas Editores

Es un tiempo de amar. Nada más, o solamente eso. Es como si el mismo tiempo que intenta numerarse en el amor, también se desprendiese y quedara todo bajo un nuevo acento de gravedad y muy lejos de la diatriba de Newton. Se ama sin tiempo, o desnudos del tiempo, el espacio, la misma totalidad se reduce a la obediencia de esta fuerza. Basta la historia, basta la mitología, así, pienso en Endimión el hermoso pastor hijo de Etlio y Cálice. Endimión hermosamente expuesto en los versos de Jonh Keats, poeta inmenso del Romanticismo. En su historia, Selene, la diosa de la luna, pidió a Zeus (o a Hipnos) que le concediese vida eterna para que nunca la dejase. Ese amor sin tiempo transmigró la realidad, la territorialidad, fantasía e incluso el sueño. Tal vez, debemos recordar a un Francesco Petrarca cuya poesía dio lugar a una corriente literaria que influyó en autores como Garcilaso de la Vega en España, o un William Shakespeare y Edmund Spenser en Inglaterra. Siempre he disfrutado su Canzoniere, publicado originariamente con el nombre de Rime in vita e Rime in morte de Madonna Laura. Laura, nombre familiar de poesía-José de Diego inmortalizó ese nombre en la nunca pertenencia de esa mujer de cuerpo y alma en fiebres, perdonada desde España, otra vez-hermosos sonetos que revelan la historia de su pasión por Laura y los avatares y estados espirituales y emocionales por que atravesó, incluso después de la muerte de su amada, cuando su recuerdo la transforma en un ángel a la que llama donna angelicata que intercede a Dios por él. Es infinita la historia en cualquier tiempo de amar, y siempre se recuerda, incluso la más silenciosa.

Eduardo Bobren Bisbal, poeta, educador, actor y productor teatral, nos ofrece un viaje personal en la voz de su primer libro Tiempo de Amar, bajo el sello editorial Casa de Los Poetas y el cual se presenta este sábado 1 de marzo a partir de las 7 PM en la Sala Principal del Ateneo Puertorriqueño en San Juan.. El poemario, dividido en 5 secciones donde el amor entra a su recinto, se silencia, vuelve, se maquilla con el nombre del amado, rodea su luz y su oscuridad, canta su soledad y se consagra; va manejándose en una poesía de lenguaje cautivo, a la vez sencillo, a la vez al tiempo de la pregunta insondable que el amor lleva a sus huestes, con respuesta o con lágrimas. Hay un encuentro una pausa que quiere llamarse paréntesis, una distancia donde las almas usan su mirador de espejos y otredades, un regreso donde las letras del poeta circundan la esfera mágica que va a la plenitud, el desenlace del libro: poema en universo.

El tema es el pleno amor, su tiempo de amar, su mensaje. Si Petrarca atrapaba en el soneto una plenitud en Laura capaz de reptarle, de plasmar los sentidos en una magnitud tan de su esencia y su agonía, Bobren Bisbal celebra los esplendores y estruendos de un amor caligrafiado con nitidez, contumacia, soltura y buen oficio de poeta. Ambos en su paralelo, son amantes, aliados, o desesperados, en fuga o en conquista, ambos dormitan la cotidianidad esperando el beso perfecto y el cuerpo rendido.

Bobren Bisbal habla del comienzo, la causa, el efecto y el sentido de todo; “Antes de escribir mi primera estrofa (cuarteta) ya había recibido el insumo de una escuela púbica que enfrentaba y alimentaba la sensibilidad de los estudiantes, desde la escuela elemental, con los poetas nacionales y con canciones infantiles que, de hecho, eran poemas.  Esto da un germen hacia la tarea de escribir.  Leíamos en voz alta y el proceso nos daba el sentido de musicalidad, de armonía intrínseca  en el idioma español.

Leíamos y declamábamos y ambos ejercicios nos acercaban al idioma.  Los versos blancos de Luis Palés Matos y Luis Llorens Torres eran mi preferencia. En la adolescencia, mientras las niñas leían a Corín Tellado, María  Teresa Sese y Carlos Santander, los varones  memorizábamos los poemas de Buesa, para decirlos en los oídos de las niñas mientras bailábamos. Yo trascendí. De Cuba llegaba una serie de Poetas del Mundo los cuales se vendían en una joyería de Guayama. Aquí se abrió el espectro: poesía española y latinoamericana. Entre otros, preferí a Amado Nervo, a Rubén Darío  y una antología de poetas puertorriqueños. La dueña de la joyería, doña Irma, me avisaba de la llegada de los libros y me guardaba una  copia de Bohemia, revista cubana que se distribuía en Puerto Rico.

La prosa… no fue de mi preferencia, exceptuando a Juan Ramón Jiménez, con su Platero, y nuestro autor nacional Abelardo Díaz Alfaro. Llenas, ambas obras, de una sensibilidad que me acercaban a la poesía. Me gustaba “pescar” metáforas y meterme en las imágenes visuales de ambos. Estoy seguro que en esa pesca adquirí el germen del teatro: hay mucha teatralidad, mucho dramatismo en estos dos autores. Ahora que saqué mis poemas a pasear, reconozco el poder y la motivación de la narrativa como recurso inspirador.

Mucha lectura, prosa y poesía, fue sobredosis en mis cursos universitarios de Estudios Hispánicos.  Época fructífera donde la poesía coexistía en los pasillos de la Facultad de Humanidades. Mucho reto poético, como respuesta a las  convulsiones existenciales de los años sesentas. Muchos poesía  clásica en los salones, muchos poetas germinando   por los pasillos. No participe de los grupos de poetas universitarios, pero eran compañeros con los cuales podías compartir de cerca o no tan cerca.

Sin querer exponer, comencé a escribir. La competencia me hacía descartar. Conocí a Neruda más allá de sus 20 Poemas, a García Lorca (poesía y teatro).  Más adelante, comencé a escribir con un sentido de mayor rigor, pero el teatro me arrancó de la poesía escrita para enfrentarme a la poesía visual, representativa. Encontré mi habilidad para el diseño teatral: iluminación y escenografía, a lo que dediqué muchos años junto a la labor de la enseñanza.

Ya después fija la razón de su camino nos habla de Tiempo de Amar y su proceso. “¿Cuándo la poesía se hace una realidad?  Hubo una etapa de “clandestinaje parcial” en la que escribía y descartaba.  El periodo de clandestinaje total comienza con mi relación de amor con mi esposa Maribel. Le escribía y me parecía que las pequeñas reflexiones eran una joya. Pretensiones del ego enamorado. Así,  fui haciendo acopio de los poemas de la relación, al punto que se me ocurrió “montar” un libro. Comencé a escribirlo hace 17 años. Trate el verso libre de formato variado y me arriesgué a escribir unos sonetos.  Nunca pensé publicarlo porque era algo privado. Sólo los presentaba en una página de poemas de España: insertabas un poema y tenías la reacción de los lectores. El poeta Antonio Pérez, creador de la página me alentó a seguir escribiendo y a publicar mis trabajos. Seguí, sin prisa, su consejo. Revisé los poemas y lo titulé Tiempo de Amar.   Escribí otros poemas, con otros temas.  Presente el manuscrito a Casa de los Poetas, Editores y recibí con alegría y susto, su  aceptación. Continué escribiendo”.

Como educador existe un mirador concluido. Nos da sus impresiones sobre la literatura como herramienta de educación. “Esta producción literaria de hoy debe estar insertada en nuestros procesos educativos para su fortaleza, en lo que se refiere a  su adquisición, su valoración  y su  incorporación  en nosotros, primero. Luego, fortalecida, al mundo.  Sé  de los esfuerzos que se hacen por exportar nuestra literatura. Esos esfuerzos deben estar fortalecidos por un pueblo que la conoce y que la defiende.

Mucho tiempo perdido en los sistemas de educación.  Pocos nutrientes para el logro de un “ciudadano sensibilizado”. Nuestros estudiantes pertenecen a una generación de los cambios tecnológicos y cada vez están más lejos del libro. Es por eso que una transformación curricular es mandatorio: que acerque al estudiante a la producción de la literatura puertorriqueña, histórica y presente,  por encima de otras consideraciones”.

El poeta es caminante en su tiempo de amar, por otras nuevas experiencias en la escritura; “Con la publicación del poemario Tiempo de Amar se abren nuevas expectativas, conozco otras personas que les importa la POESIA, sin clandestinaje. Me inserto en grupos de poetas que me dan refuerzo y retroalimentación. Mundo nuevo, pero no desconocido. La vuelta a los pasillos de la Facultad de Humanidades a escuchar expresión poética de altos retos. Compartir lo más hermoso de la poesía que es la expresión del alma del poeta.  Compartir, además, con escritores (cuentistas, novelistas, ensayistas)  que hoy son   base y permanencia a la literatura puertorriqueña”. A su vez, anuncia su nuevo libro, andante y brioso, “estoy en proceso de mi nuevo libro  Poemas: Carpeta Confidente en el cual recoge de un sinnúmero de poemas de diversa temática.

Y es que también la poesía es un tiempo de amar, sujetado al hombre y su tránsito impreciso por la tierra: obra prima sin fin ni comienzo.

Recomendamos este buen libro refugiado en un intimismo esencial y su paseo por la existencia.

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