Ángel M. Agosto (Puerto Rico, 1946) lleva tiempo escribiendo, demostrando que la palabra puede ser instrumento de acción y reivindicación política y laboral. Forjado en la vieja escuela del Movimiento Pro-Independencia (1959-1971) y el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP, 1971-1977), ha sobrevivido al tiempo muerto sin perder la compostura de sus convicciones ideológicas con el pasar de los años.
Agosto se ha destacado como cooperativista, cuentista, ensayista, editor y  periodista. Don Ángel me ha honrado con la cortesía de responder una vez más a mis preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.
1.1. Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – ¿Es hora de exigir el fin del colonialismo y comenzar una conversación sobre reparaciones económicas en Puerto Rico y Estados Unidos? ¿Por qué?
1.2 Ángel M. Agosto (AMA, en adelante) – Desde el primer momento en que Colón y sus camaradas de tripulación arribaron a nuestras tierras en 1493 (asumiendo que la fecha es correcta) para ocuparlas y cometer genocidio contra los originarios de aquí, ya era hora de comenzar la lucha contra la ocupación extranjera. Muchos de esos taínos y caribes no tardaron en entenderlo como necesario y dejaron testimonio de ello en las proezas de Urayoán, quién ahogó en el río al español Diego Salcedo y así comprobó que aquel colonialista no era inmortal.
Subsecuentemente se produjo el levantamiento de los indígenas convocados por Agueybaná, el Bravo. Los levantamientos de los esclavos negros, siguiendo el ejemplo de los independentistas revolucionarios de Haití a fines del siglo 18, y desde el establecimiento de esa primera república de América en La Española a principios del siglo diecinueve, son crudo testimonio de ese afán patriótico anticolonial.
Durante el Grito de Lares en 1868 y en la fundación misma del Partido Unión de Puerto Rico en 1904 por Luis Muñoz Rivera, José de Diego y Rosendo Matienzo Cintrón, entre otros, fuerza política poli clasista y poli ideológica, el planteamiento anticolonialista estuvo siempre presente, aunque no siempre bien entendido.
Aquella formación política tuvo sus avatares, y sus posturas antiobreras dieron al traste con ella, sellándose su suerte al abandonar su plataforma independentista. Como consecuencia, se fundó al 1922 el Partido Nacionalista que, con Albizu a partir de 1930, se convirtió en movimiento revolucionario, la principal fuerza anticolonialista del país.
La fundación del Partido Comunista (PC) en 1934 como secuela de tras décadas de luchas proletarias, y del Partido Popular Democrático (PPD) en 1938, con un programa social de avanzada y una base social fundamentalmente socialista e independentista , así como una fuerte influencia ideológica del PC, tuvo un propósito inicial anticolonialista, el cual el PPD terminó abandonando en 1944, aunque siguió una retórica que le permitió engañar al país con la “farsa del Estado Libre Asociado” (la frase es de uno de ellos mismos: Vicente Géigel Polanco) durante el primer lustro de la década del cincuenta.
Frente a esto, un grupo de patriotas, en su mayoría miembros desafectos del PPD, fundaron en 1946 el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), con un programa inequívocamente por la República de Puerto Rico, es decir, un programa anticolonialista. El Movimiento Pro-Independencia (MPI) fundado en 1959, su periódico Claridad, el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP, 1971), el MSP (luego MST), la Liga Socialista, el PSR y muchas otras organizaciones, son fuerzas políticas continuadoras del PIP en su lucha anticolonial. Sí, hace más de cinco siglos que los puertorriqueños y nuestros ancestros comprendimos que “es hora de poner fin al colonialismo” en Puerto Rico.
2.1 WRS – ¿Qué relación si alguna, ves entre la migración de los puertorriqueños a los Estados Unidos y las innumerables oportunidades desarrolladas por el Congreso de los Estados Unidos para que las corporaciones estadounidenses exploten a Puerto Rico?
2.2 AMA – El colonialismo moderno es un producto del imperialismo moderno. El fenómeno del imperialismo de nuestros días es uno fundamentalmente económico con graves consecuencias sociales y políticas para los pueblos víctimas de su vasallaje. Se ha señalado que el imperialismo nació en 1898 (resulta ser el año de la invasión de los Estados Unidos a Puerto Rico y Cuba). En esa fecha de fines del siglo 19, tras un proceso de más de un siglo de desarrollo del capitalismo en Inglaterra y los Estados Unidos, el capital industrial y el capital comercial, tras una continua y colosal acumulación y centralización del capitales y formación de los monopolios y oligopolios, se fundieron con el capital financiero y formaron el imperialismo. Los mercados nacionales metropolitanos ya no eran suficientes para allegarse las materias primas necesarias en sus procesos productivos, como tampoco lo eran los mercados nacionales para la distribución de las mercancías resultantes.
Había que abrirse paso en el mundo, en particular en países con economías en  escala menor y más atrasadas, y hacerlas dependientes suyas. Con el respaldo de sus fuerzas armadas, y mediante el soborno y control ideológico de las oligarquías gobernantes en esos países, asumieron control de las materias primas y mercados y, allí donde hubo oposición, bombardearon y masacraron a dichos pueblos. En nuestros días, fines del siglo veinte y principios del veintiuno, está ocurriendo en Irak, Afganistán, Libia y otros, para apoderarse del petróleo, lo que terminaron haciendo corporaciones de los Estados Unidos respaldadas por las fuerzas armadas de ese país.
Una de las consecuencias sociales de estas acciones imperiales y colonialistas lo han sido las emigraciones masivas y criminales de sectores sustanciales de los pueblos afectados. Puerto Rico no ha sido la excepción, y las emigraciones o exilio forzado por razones económicas datan de la misma época en que se produjo la invasión del país en 1898. Durante la década del diez del siglo veinte se produjeron grandes emigraciones hacia los Estados Unidos, en particular para realizar trabajos agrícolas a Hawái. Esta salida forzada y criminal de puertorriqueños se incrementó durante las décadas del cuarenta y cincuenta y era parte de los programas económicos impulsados por el PPD. Mientras esto ocurría, se incrementaba el control de nuestra economía por parte de las corporaciones de los Estados Unidos, en un saqueo económico que se llegó a calcular en unos treinta mil millones de dólares anuales.
Los colonialistas de los Estados Unidos, para cumplir con los requerimientos actuales de la comunidad internacional, tendría que resarcirnos por cerca de un trillón (la “t” no es error) de dólares, y dejar cubierta la supuesta deuda de setenta mil millones de dólares contraída en Puerto Rico por ellos mismos y que nos quieren hacer pagar.
3.1 WRS – ¿Cuál debería ser el rol de la academia y la sociedad civil puertorriqueña dentro de los Estados Unidos y Puerto Rico en la descolonización de Puerto Rico, si alguno? ¿Qué deberían hacer?
3.2 AMA – Entiendo que la llamada sociedad civil, integrada por sindicatos, asociaciones comunales, movimientos religiosos y múltiples entidades no partidistas, así como las demás organizaciones políticas progresistas tanto de los Estados Unidos como de la Isla tienen un rol cardinal en el proceso de descolonización.
En el caso de la academia en particular, profesores universitarios, profesionales, periodista, pienso que la educación de masas sobre el fenómeno del colonialismo y sus consecuencias sociales, es decir, el impacto directo sobre la gente es esencial. Un tema en particular es educar al pueblo en torno a las supuestas “ayudas federales” y otros paliativos del coloniaje, en el sentido de hacerles comprender, con números, con estadistas reales, que esas “ayudas” no son tales, sino que constituyen la devolución de una fracción mínima, casi insignificante, de lo que nos han robado en más de un siglo de coloniaje.
4.1 WRS – ¿Cómo la Comisionada Residente de Puerto Rico en el Congreso de los Estados Unidos y los congresistas de origen puertorriqueño podrían ayudar a resolver los problemas económico-sociales creados por la explotación de los Estados Unidos en Puerto Rico?
4.2 AMA – La Comisionada Residente es el hazmerreír del Congreso. También lo fueron otros puertorriqueños en esa posición, pero está en particular, así como el gobernador Pierluisi, se la pasan pidiendo dinero cada vez que hay un desastre natural aquí. El cargo de Comisionado Residente en Washington, por sí mismo, es una posición inútil. No tienen derecho al voto, y solo pueden participar con voz en
aquellas comisiones de la Cámara de Representantes que la mayoría del cuerpo acepte. Es muy poco lo que pueden hacer. Otros congresistas de origen puertorriqueño, miembros bona fide de Cámara o Senado, sí han aportado mucho a la Isla, aun cuando ésta no es parte de los distritos que los eligieron.
En un momento histórico en que en Puerto Rico se genera una fuerza revolucionaria capaz de poner en jaque los intereses del imperialismo de los Estados Unidos aquí, sin dudas esos congresistas electos podrían jugar un papel clave en las negociaciones entre las fuerzas revolucionarias puertorriqueñas y el poder imperial.
5.1 WRS – ¿Por qué los movimientos de estadidad no han sido capaces de confrontar al imperialismo estadounidense en Puerto Rico y los Estados Unidos?
¿Qué deberían hacer?
5.2 AMA – Los “estadistas” de hoy en Puerto Rico hace décadas, diría que, desde los tiempos de Carlos Romero Barceló, abandonaron su “ideal” estadoísta (anexar a Puerto Rico como estado de los Estados Unidos), ya convencidos de que ese país no admitiría a Puerto Rico como estado porque nuestra isla es una nación a la que solo le falta un ingrediente, constituirse en estado independiente para administrar políticamente sus propios asuntos. Y esto es debido a que los Estados Unidos no es un estado multinacional. Se trata de una realidad jurídica constitucional que ese país lo resolvió con su guerra civil de 1860-65, en que fue derrotada la idea de estados confederados.
Lo que los llamados estadistas hacen hoy es solo política partidista, y cada reclamo al Congreso de aquel país lo hacen mientras piden más dinero para la Isla. Hoy muchos congresistas le han puesto el mote al gobernador Pierluisi y a la Comisionada Jennifer González de “pordioseros”, por acercarse al Congreso sólo a pedir fondos.
¿Por qué no han confrontado al imperio? Sencillo, ellos se sienten parte de losEstados Unidos.
6.1 WRS – ¿Qué ha hecho, si algo, la presidencia de los Estados Unidos, y los dos partidos políticos dominantes dentro de los Estados Unidos, el demócrata y el republicano, para mitigar el desastre que ellos y los estadounidenses ayudaron a crear dentro de Puerto Rico?
6.2 AMA – A mi juicio, nada y peor: quieren hacer responsables a las víctimas, y obligarnos a pagar las deudas contraídas por ellos mismos en su gestión colonizadora sobre Puerto Rico. Por eso el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley PROMESA y constituyó una Junta federal compuesta por funcionarios nombrados por el presidente de ese país con el propósito de cobrarnos esa “deuda”. Esa Junta extranjera tiene poderes que van por encima del gobierno supuestamente electo por los puertorriqueños, y aún poderes por encima de los tribunales de nuestro país.
7.1 WRS – ¿Cuál sería la forma de que los puertorriqueños rompan con este ciclo de abuso del colonialismo estadounidense dentro de Puerto Rico? ¿Debería Puerto Rico y los puertorriqueños ser reparados económicamente por Estados Unidos?
7.2 AMA – Nos referimos antes a que la lucha anticolonial en Puerto Rico tiene varios siglos. Un esfuerzo articulado por la independencia nacional se dio en 1868 en lo que se llamó el Grito de Lares, Cerca de mil puertorriqueños se levantaron en armas contra el colonialismo español en septiembre de ese año. No se logró el objetivo central de la independencia y la constitución de la república, pero se alcanzó la abolición de un régimen de servidumbre prevaleciente hasta entonces, la abolición de la esclavitud y una cierta apertura democrática que permitió la formación de partidos políticos y formas incipientes de gremios de trabajadores.
Fueron formas de lucha de masas, a veces de acción armada, a veces de luchas parlamentarias y, eventualmente, huelgas y actividades de propaganda por parte de artesanos, obreros y trabajadores de diversos oficios.
La concienciación del pueblo a través de formas diversas de propaganda y educación política es esencial para que los oprimidos puedan identificar por ellos mismos las causas reales de su hambre y pobreza, desigual distribución de los bienes, acceso inadecuado a los servicios de salud, vivienda y educación pública y, sobre todo, puedan dirigir su indignación contra las verdaderas causas de esos males. De esa conciencia alcanzada se salta a la organización, es decir, la formación de instrumentos de lucha para que el pueblo mismo pueda alcanzar la verdadera descolonización del país. Se trata, pues, de una lucha de masas contra la estructura misma del sistema capitalista colonial de dominación en Puerto Rico.
A lo largo de nuestra historia el pueblo pudo desarrollar instrumentos de lucha, como los ya mencionados Partido Unión de Puerto Rico (1904), Partido Nacionalista (1972), PPD (1938), PIP (1946), MPI (1959), PSP (1971). Los hombres y mujeres que realmente construyen el país, los obreros y trabajadores, también desarrollaron instrumentos propios que dieron grandes batallas por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Tal es el caso de la Federación Libre de Trabajadores (1899), el Partido Socialista (1915), la Confederación General de Trabajadores (CGT, 1940), el Partido Comunista a partir de 1934, que sacudieron el país en distintos momentos de la primera mitad del siglo veinte logrando forzar al régimen colonial a establecer una legislación social que protegía de diversas formas los derechos de los trabajadores.
Pero la necesidad de la construcción de una vanguardia revolucionaria se hizo patente a fines de la década del sesenta, frente a un auge insólito pero desarticulado, de las luchas de los trabajadores. Se desató en octubre de 1968 una huelga de poco más de mil obreros en la General Eléctric del sector Palmer, de Río Grande, y esos obreros acudieron al MPI a pedir apoyo. Las movilizaciones masivas de trabajadores de diversas partes del país, de algunos sindicatos de entonces y de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, imprimieron gran fuerza a aquel movimiento huelguístico, al punto que se obtuvo un triunfo sindical, tras nueve meses de huelga. Ello fue estímulo para el incremento de las luchas obreras en la colonia industrial que era entonces Puerto Rico, el fortalecimiento de los sindicatos progresistas y la formación incipiente de un destacamento político de la clase obrera que se llamó Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), fundado en noviembre de 1971. Fueron armas nuevas para la lucha social en gran escala en el país, y Puerto Rico se encaminó en serio hacia su descolonización definitiva.
Entonces y ahora esa sería la forma en que Puerto Rico se encamine hacia un proceso serio de descolonización. Los esfuerzos unitarios que han manifestado recientemente los compañeros dirigentes del PIP y de Victoria Ciudadana sería un paso certero hacia la descolonización, y ambas fuerzas, si permiten el acceso al proceso a otros sectores activos de la sociedad civil, en particular el movimiento obrero, podría ser un paso de avance hacia la descolonización. No hay que olvidar que ambas organizaciones políticas obtuvieron más del 28 por ciento de la votación en las elecciones de 2020, y que el accionar conjunto de esas y otras fuerzas políticas anticolonialistas podría tener un efecto multiplicador en la votación futura. El partido que actualmente está en la administración de la colonia, el PNP, obtuvo en las pasadas elecciones apenas cinco puntos porcentuales por encima de la votación conjunta del PIP y Victoria Ciudadana.
Con un movimiento político inequívocamente anticolonialista en el gobierno de Puerto Rico a partir de 2024, como lo sería esa fuerza electoral PIP-VC-Sociedad Civil, te diré que Puerto Rico se encaminaría en definitiva hacia su descolonización. Y ese paso, mirado desde la perspectiva de los trabajadores y desde la perspectiva de la lucha de clases que es el verdadero motor que está detrás de todo esto, es un paso muy importante en el largo camino por la construcción de una sociedad nueva e igualitaria en Puerto Rico.
8.1 WRS – El economista francés Thomas Piketty considera que Francia debería reparar en más de 28 mil millones de dólares americanos a Haití. ¿En cuánto debería Estados Unidos reparar económicamente a Puerto Rico y a los puertorriqueños?
8.2 AMA – Los daños ocasionados a Puerto Rico por los Estados Unidos al aplicar aquí su política colonialista ascienden a cientos de miles de millones de dólares (Un trillón, mencioné antes).
El caso de Haití mencionado por Thomas Piketty, tiene unas particulares que no están presentes en nuestro caso. Al Haití arribar a su independencia en 1803 (la primera República de América Latina, mucho antes del inicio de la epopeya bolivariana) la nueva república fue forzada por el país colonizador, Francia, a pagar una deuda de 150 millones de francos-oro en 1825 (representaría hoy unos 21 mil millones de dólares), lo que se constituyó en la bancarrota futura de la nueva república. Fundado en esto, el reconocido economista marxista francés, Piketty, reclama para Haití el derecho al resarcimiento por parte de Francia.
En Puerto Rico, el daño material, económico, causado por la política colonial de los Estados Unidos a lo largo del siglo veinte es mucho mayor y haremos las reclamaciones pertinentes en su momento. La atención de hoy es encarrilar en serio el proceso de descolonización.
9.1 WRS – Muchos puertorriqueños viven en la diáspora, bien en Estados Unidos como fuera de los Estados Unidos. Otros puertorriqueños han sido y son partícipes del saqueo estadounidense dentro de Puerto Rico. Todos, los primeros y los segundos son estadounidenses. ¿Por qué deben ser o no ser recompensados? ¿Son todos los puertorriqueños sujetos coloniales a los que se les ha robado su futuro en su propia tierra? ¿Se les debe devolver su futuro estén donde estén, sean quienes sean?
9.2 AMA – Las respuestas a estas preguntas subyacen en las preguntas mismas. La frase “se les ha robado su futuro”, “saqueo estadounidense” indican cómo esa gran masa de puertorriqueños de más de cuatro millones (una población mayor que los residentes en la isla) fueron desterrados de su tierra por razones económicas (por lo tanto, políticas) y por ello debemos llamarles exiliados políticos. El daño a estos compatriotas no puede calcularse en términos económicos. Y sí, “se les debe devolver su futuro estén donde estén, sean quienes sean”. Es por ello por lo que siempre creímos necesaria su organización política en sintonía con las luchas sociales en la Isla, sin menoscabo de los asuntos particulares de sus ciudades y regiones allá: son parte de nuestra lucha revolucionaria.
10.1 WRS – Dos congresistas de origen puertorriqueño, Alexandría Ocasio-Cortez y Nydia Velázquez, presentaron un proyecto de ley para la descolonización de Puerto Rico. Por su parte, Jenniffer González representa a Puerto Rico dentro de los Estados Unidos. Tiene reconocido dentro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el poder de presentar legislación. Ha estado moviendo un proyecto de anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos junto con el congresista puertorriqueño Darren Soto, proyecto que al igual que el de las congresistas antedichas ha sido sustituido por uno alternativo y de consenso entre todos. ¿Qué le falta a ese proyecto de ley? ¿Qué defectos le ves a ese proyecto de ley? ¿Por qué Ocasio-Cortez y Velázquez merecen algo mejor? ¿Por qué González y Soto merecen algo mejor?
10.2 AMA – El proceso en la Cámara de los Estados Unidos al que te refieres terminó en diciembre de 2022 con su aprobación por mayoría, casi al pico del cierre de las sesiones legislativas de este año. Sólo un ocho por ciento de los republicanos de ese cuerpo le endosó. El proyecto no llegará al Senado, a pesar de las presiones de premura del propio presidente Biden. A lo largo de todo el año 2022 el Senado estuvo renuente a atender gestión alguna relacionada con el estatus de Puerto Rico. Mucho menos en el caso de medidas legislativas como esta, en que los dados están cargados a favor de la estadidad. Históricamente las derechas en Estados Unidos, por razones raciales y políticas, han estado renuentes a apoya la estadidad para Puerto Rico.
En enero se enfrentarán a un Congreso nuevo, con un dominio mayor de los republicanos, es decir, la extrema derecha antiestadista. Menos posibilidades le veo a estas gestiones, que para el PNP no pasan de ser partidista, más que un propósito real de lograr la estadidad para la Isla.
Lo que he querido puntualizar, y en ello pongo el énfasis, es que la descolonización de Puerto Rico no se va a dar en el Congreso de los Estados Unidos. Se obtendrá en las luchas sociales de nuestro pueblo en las calles y barrios, sea en Hato Puerco de Canóvanas, sea en el Barrio de Nueva York, En las calles de San Juan, Ponce, Mayagüez y Chicago. La lucha de unos seis millones de puertorriqueños habrá de forzar al imperio a reconocer nuestra independencia nacional, que es la verdadera descolonización de Puerto Rico.
Desde esa posición de fuerza obligaremos al Congreso a negociar con las fuerzas revolucionarias. Por ello, la educación y concienciación del pueblo es esencial. Es lo que hacen diariamente nuestros combativos maestros de escuelas primarias y secundarias, los profesores progresistas en las universidades, las organizaciones diversas de la sociedad civil. Y, como producto de ese esfuerzo educativo, la organización a diversos niveles de los trabajadores en Puerto Rico.
Un gran salto en ese proceso de concienciación lo pueden ser las acciones conjuntas de carácter electoral por parte de las organizaciones progresistas en su esfuerzo unitario, si cada ser abandona sus afanes de protagonismos inútiles y se empeña en serio a echar adelante este gran paso.

Ya vienen, Los Reyes
Ya vienen, Los Reyes
A ver el Mesías
Siguen a la Estrella
Que les sirve de guía.


(San Juan, 9:00 a.m.) Según la Biblia, los 3 Reyes Magos partieron de Oriente al enterarse del nacimiento del Niño Jesús y, guiados por la estrella en el cielo, llegaron al pesebre a entregarle sus regalos. Melchor, Gaspar y Baltasar, representan respectivamente la cultura occidental, asiática y africana, por lo que sus regalos fueron oro, incienso y mirra, haciendo así honor a su procedencia.


El oro fue obsequiado a Jesús como Rey, pues es un regalo destinado a los reyes. Por otro lado, en el caso del incienso, es un material que se quema delante de los dioses. Darle este presente a Jesús quería decir que es reconocido como una divinidad. Por último, la mirra es la humanización de Jesús.


En Puerto Rico, Baltasar es el rey mago más joven, Gaspar el más adulto y Melchor el de tez negra. En Europa, es diferente, pues Melchor es blanco y Baltasar negro.

No cabe duda de que de las Fiestas Navideñas la que más representa la identidad puertorriqueña es la Fiesta de los Reyes Magos. En 1899 Estados Unidos eliminó el día feriado de los Reyes Magos en Puerto Rico e impuso la asistencia a las escuelas públicas cada 6 de enero. Esto no fue por un mes o un año, sino por 32 años. 
Aunque en Puerto Rico normalizamos la tradición de celebrar los Reyes Magos hubo un tiempo que castigaban y humillaban a los niños por faltar a clases el 6 de enero, y multaban a sus padres por conmemorar la fecha. Se dice que hasta maestros fueron encarcelados por negarse a dar clases el Día de Reyes.


Por otra parte, enaltecemos a los Reyes Magos mediante la artesanía. Ejemplo de lo antes mencionado, los santos de palo estos son valiosos en nuestro legado artesanal puertorriqueño. Sin duda los Reyes Magos son la artesanía puertorriqueña más admirada y coleccionada. Cada tallador tiene un estilo particular con la cuchilla y con el pincel. Al finalizar la Navidad se guardan los adornos excepto la tallas dedicadas a los Reyes Magos. Tenemos grandes coleccionistas como Rosin Ayala que posee sobre 6 mil tallas de Reyes.

No podemos olvidar enaltecer La Caravana Nacional de los Reyes Magos de Juana Díaz la cual visita diversos pueblos acompañada de música jíbara puertorriqueña en vivo. Junto a los Reyes Magos un grupo de personas con vestimentas de pastores y pastoras los acompañan. En cada parroquia que asisten se celebra la Santa Misa o la Proclamación del Evangelio. Además, se realiza una hermosa y emotiva ceremonia en la que los personajes de Gaspar, Melchor y Baltasar muestran reverencia a una imagen del niño Jesús. Postrados ante este le ofrecen tres cofres que representan incienso, oro y mirra tal como se describe en la biblia el encuentro de unos sabios que adoraron a Jesús niño. Luego los niños y adultos tienen la oportunidad de retratarse con los tres Reyes. Así ha sido durante cuatro décadas.

Por otro lado, esta fiesta trae consigo unas tradiciones que año tras año se van arraigando en nuestro pueblo como las Promesas de Reyes, Velorios de Reyes y los Altares de Reyes.
​​
¡Vivan los Reyes Magos!

(San Juan, 1:00 p.m.) Era un invento secreto. Lo construyó para vengarse de todos sus detractores. Se decía que alguien lo había ayudado también y que estaba hecho con espíritus destinados al llanto contenido. Dentro de poco, el mundo conocería la peor de las plagas que era la irremediable tristeza del ser; pero algo les salió mal, y el rayo sombreó solo a los poetas y a los filósofos, seres incomprendidos, pero muy valientes.

Melanie A. Pérez Ortiz (Illinois, Estados Unidos) es docente e investigadora en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico. Tiene un Bachillerato en Artes con concentración en Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, y un doctorado en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Stanford (Ph.D., 1999). Es autora de, entre otros trabajos de investigación, Palabras encontradas: Antología personal de escritores puertorriqueños de los últimos veinte años (2008) y Los prosaicos dioses de hoy: Poesía puertorriqueña de lo que va de siglo (2014). A partir de su último trabajo de investigación publicado, Melanie ha contestado nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.
1.1 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente publicó La revolución de las apetencias. El tráfico de muertos en la literatura puertorriqueña contemporánea (2021). ¿De qué trató o tratas en dicho ensayo de investigación? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?
1.2 Melanie Pérez Ortiz (MPO, en adelante) – Las oportunidades de trabajar los temas surgen del inconsciente y las ganas, además de la curiosidad. Por ejemplo, este libro se escribió aun cuando yo continuaba tratando de posponerlo en una agenda de trabajo que en principio no lo tenía como primera prioridad. Te cuento. Yo llegué a Puerto Rico en el año dos mil con la idea de escribir una historia de la esfera pública en el siglo XIX en Puerto Rico. Durante los primeros años trabajé mucho hacia la escritura de ese proyecto, pero este otro, el de la escritura puertorriqueña contemporánea, se me seguía metiendo en el medio. De momento me cansé de pelear conmigo misma y acepté que aquel proyecto no saldría si no terminaba este primero. En la introducción a Palabras encontradas, un libro de entrevistas que publicó también Callejón en el 2008 y que entiendo como una primera etapa en la investigación de este mismo proyecto, explico que me interesaba poner al día la crítica, que todavía en el año dos mil, cuando empecé a investigar sobre el tema, hablaba de la literatura puertorriqueña como si terminara con lo que se llamó la generación del setenta. Para aquel libro entrevisté a Rafael Acevedo, Mayra Santos Febres, José Pepe Liboy Erba, Pedro Cabiya, Ángel Lozada, Juan López Bauzá, Áravind Adyanthaya, Carlos Roberto Gómez y el Che Meléndez para que me ayudara a historiar los años ochenta; no como poeta sino como crítico. En esas conversaciones encontré las coordenadas para estructurar el libro: Primero, propuse que se hablara de la generación inquieta para referirnos a escritores que ocupan por lo menos tres décadas: desde los años ochenta hasta la primera década de los dos mil. Cuando la crítica descarta organizar el análisis a partir de generaciones, yo defiendo el concepto por razones sicoanalíticas, pues el campo letrado puertorriqueño es tan pequeño que para poder hablar hay que matar al padre, que más allá de la metáfora muñocista, el sistema literario funciona como una familia. No me refiero a “la gran familia puertorriqueña” pero sí una comunidad de letras disfuncional como todos los clanes, en el sentido de que nos conocemos, nos peleamos, nos ignoramos, nos admiramos, colaboramos… Más importante que eso es que compartimos un momento histórico y ello crea un inconsciente político como dice el marxista estadounidense Frederic Jameson, o una estructura de sentimiento, como propone el teórico Raymond Williams. Sobre todo, por el momento particular que se comparte a partir del fin de la Guerra Fría del Siglo XX con la caída del bloque soviético, que dejó a los teóricos de la cultura perdidos, sin vocabulario o lenguaje para analizar el mundo, visto que el lenguaje del marxismo que es el que se utiliza en los estudios culturales a partir de la escuela de Frankfurt había fracasado. Entre las preguntas que circulaban a finales del siglo pasado estaba la de ¿quién tiene autoridad para hablar por otro? A esta pregunta se respondía que nadie, pues cada experiencia es inenarrable, privada, intransferible. Hubo una gran celebración del individuo, precisamente en el momento en el que el neoliberalismo entraba en la ofensiva que nos ha traído a la crisis que vivimos ahora. Tardé mucho en escribir el libro porque necesitaba encontrar el lenguaje para explicar lo que yo entendía desde el inconsciente, desde las entrañas, desde el vértigo. Leía literatura puertorriqueña joven y entendía que la facilidad de la errancia y los tránsitos abiertos que notaba la crítica no bastaban para explicar la búsqueda que estaban llevando a cabo estos escritores y escritoras. Al final encontré varias cosas. Que sin recurrir al “Padre” que ya se da por muerto y enterrado (el trabajo que hizo Edgardo Rodríguez Juliá fue, precisamente, enterrar a los padres a partir de los que se organizaban las narrativas puertorriqueñas hasta los años setenta), la literatura sí explora para encontrar formas de narrar lo comunitario. En un momento en que pierde autoridad una matriz mítica, tiene que surgir otra porque los seres humanos organizamos la vida a partir de narrativas, de historias. Ellas se construyen en diálogo con los ancestros, pero no los que habían organizado en universo narrativo hasta entonces. Entonces se activan narrativas olvidadas por el clan, precisamente porque el orden del padre descartado las silenciaba. Se construyen nuevas genealogías que llamo un nuevo panteón de ancestros a quienes se les rinde homenaje, cuyas palabras sirven mejor para la conversación a presente y futuro—por lo que fungen de nuevo canon, aunque no haya uno y el mismo para todos sino que el mundo de las letras está fragmentado en pequeñas comunidades, se crean alianzas en diálogo con distintos ancestros que se activan por razones coyunturales a veces, siempre de manera precaria y mediante homenajes que siempre evitan el servilismo. De la escritura puertorriqueña contemporánea sorprende su madurez. Las voces de escritores jóvenes son cultas, se conocen el instrumento de trabajo que es la palabra, lo estudian, lo practican a diario y además ocupan espacio sin pudor y sin disculpas, atentos a rescatar del pasado saberes propios ya olvidados e ideando un mundo donde haya cabida para el futuro. Lo que construyen para ellos mismos y las generaciones próximas es un mundo de palabras en el que quepamos en comunidad de esperanza. Así, cada capítulo de La revolución de las apetencias (2021) comienza con un escritor de la generación del setenta, que es un ancestro con el cual persiste la conversación. Ya mencioné a Edgardo, luego están en mi libro Joserramón (Che) Meléndez, cuya obra la academia nunca ha analizado, Ángela María Dávila y Pedro Pietri. Me planteé el libro como un ejercicio de lectura de un corpus a partir de ejemplos. Ello implica que no pretendo haber agotado el tema. Hay muchos escritores importantes cuya obra no trabajo y es porque una vez explicado el método de trabajo y los hallazgos (hablo de literatura urbana en el capítulo 2, de literatura fantástica en el 3, de la superación de Edipo con la construcción de otras genealogías, otros panteones en el capítulo 4 y de la relación de lo local con lo global, del diálogo entre el interior y el exterior de la isla en el capítulo 5.
2.1 WRS – ¿Qué relación tiene su trabajo creativo-investigativo previo a La revolución de las apetencias y vuestro trabajo creativo-investigativo posterior? ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueña y su memoria personal o no de/ con la literatura de Puerto Rico o fuera?
2.2 MPO – Creo que esa pregunta ya está respondida. Tanto Palabras encontradas como Los prosaicos dioses de hoy (2014) que es una antología de poesía joven son etapas anteriores, parte del proceso de La revolución. Sin embargo, puedo añadir que ahora tengo varios proyectos. Tan pronto pueda meterme de cabeza en la Colección Puertorriqueña de la Biblioteca Lázaro de la Universidad de Puerto Rico (UPR) voy a terminar ese libro sobre el Siglo XIX que abandoné por lo contemporáneo y que me debo a mí misma. Además, tengo otros: Una segunda parte del libro de entrevistas que ya comencé con una entrevista a Luis Negrón; una colección de ensayos que he escrito para distintos medios y otro más que no quiero anunciar todavía porque me gusta mucho y quiero esperar a que encuentre su forma para hablar de él públicamente. A ver, para intentar responder más precisamente… Como ya expliqué, en este momento histórico se reconstituye el panteón de ancestros con el que se conversa. Se prefiere la conversación con los poetas, que se miraron poco en su momento y hasta muy recientemente: los que colaboraban con Guajana, con Ventana y los que publicó Quease, dirigida por Joserramón Meléndez en su Antología de la sospecha. Los escritores hoy en día los desentierran, los leen, los estudian, y encuentran otros como Marigloria Palma. Y los escritores nuyoricans, sobre todo quienes colaboraron con el Nuyorican Poet’s Café y tienen una tradición fuerte de exploración de la poesía en la página, pero también el efecto de su voz y el cuerpo que la enuncia para la tribu, lo cual acerca nuevamente la poesía a su función ritual, que es algo que interesa mucho a las escritoras y los escritores contemporáneos, porque hay un interés en redescubrir la relación de la palabra con lo sagrado, con la magia.
3.1 WRS – Si compara vuestro crecimiento y madurez como persona, docente, investigadora y escritora con su época actual en Puerto Rico, ¿qué diferencias observas en vuestro trabajo creativo-investigativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo has madurado?
3.2 MPO – Me río porque pienso que yo no maduro, sino que inmaduro. Pero es un chiste, porque vengo de decir que me sorprende de las escritoras más jóvenes (a veces uso el femenino como genérico, fíjense que voy cambiando estrategia de inclusividad) la madurez con la que se asumen como profesionales de la palabra y escogen una vida dedicada a la exploración de sus recursos, a producir libros, al arte en distintas manifestaciones, a la didáctica, a la producción de eventos, a las colaboraciones. Encuentran maneras de sobrevivir con dignidad sin venderle el alma al mercado ni al capital. Esto que acabo de escribir no es una evaluación mía, sino que así es como se conciben ellas. Se forman en diálogo con la academia y por su cuenta, producen conocimiento propio, tienen contactos por toda América Latina con los que conversan y crean proyectos. Hay varios poetas en el país de quienes aprendo, cuyas investigaciones y conversaciones constituyen pequeñas universidades. Cuando llegué a Puerto Rico me costó mucho encontrar una comunidad de pares con quienes conversar. Me parecía que mi manera de ver las cosas no coincidía con lo que circulaba en debates intelectuales del momento. Ni aquí ni en los Estados Unidos. Por eso no me quise quedar por allá. No me veía conversando con una comunidad que no fuera de puertorriqueños residentes en la isla. Es cierto que el mundo ha cambiado y que el aquí y el allá son cada vez más porosos, pero la academia estadounidense sigue siendo narcisista y la de acá clasista, sobre todo. Tal vez quise quedarme con el mal más conocido, cerca de mis montañas y mis playas, mi familia. Yo tuve la suerte de estudiar con Mary Louise Pratt y Sylvia Winter, en la Universidad de Stanford en California. Cada una a su manera, Pratt, canadiense, desde la noción de la transculturación y Wynter, jamaiquina, hablando de la ecología de ontologías diversas que existen para explicar el mundo y la vida, sobre todo en territorios que han sido colonizados, proponían la mirada que hoy se llama decolonial. Esa mirada se confundía en la academia puertorriqueña con los análisis del marxismo patriarcal, por llamarlo de alguna manera. Entonces, pues ello provoca un juicio de valor. ¿Es que yo no sé o yo no entiendo? ¿Es que entiendo algo que tal vez otres no ven? Me he hecho la vida sumamente difícil, porque, por ejemplo, no me ha interesado publicar en revistas académicas arbitradas de los Estudios Unidos. Todo ello por no tener interés en que mi agenda de investigación estuviera de alguna manera determinada por lo que interesara por allá. Es una batalla vieja de los latinoamericanistas en los Estados Unidos. Lo que ha sucedido es que hoy en día hay bastantes puertorriqueños, chicanos, afroamericanas en la academia gringa como para que la mirada académica de allá estudie las opacidades y diferencias de ciertas otredades (con menos énfasis las de clase). Es decir, que la academia estadounidense de la que huí tal vez no sea la de hoy y muchos que fueron mis compañeros de estudios por allá han hecho carreras exitosas, mientras que en Puerto Rico la conversación abierta entre grupos o generaciones ha sido muy difícil. Pero las decisiones se toman en coyunturas particulares sin ver qué resultará de ellas. Lo que he construido de manera muy solopsista hoy en día es menos problemático. Encontré mi comunidad. Me siento en casa cuando converso con escritores más jóvenes que yo. Y creo que ellas encuentran el sentido en lo que yo he tratado de hacer, erráticamente, mientras buscaba salidas, temas, vocabulario, actitudes, análisis, por varios años. Pertenecer al clan de los más jóvenes hace que me sienta validada. Puedo mencionar a Nicole Cecilia Delgado, a Xavier Valcárcel, líderes cada cual a su manera; a Ángel Antonio Ruiz, quien se ofreció a publicar mi poesía y conversó conmigo para estructurar aquel libro que hoy pienso que necesitaba todavía bastante más edición que no tuvo debido al cariño que me tienen los colegas que me leyeron y criticaron entonces; converso con Luis Othoniel Rosa, por teléfono y por mensajes esporádicos, Sergio Gutiérrez fue mi estudiante, Mara Pastor fue mi estudiante, Juan Luis Ramos fue mi estudiante, Carlos Vázquez Cruz, Luis Negrón es mi amigo, con Alexandra Pagán estoy cocinando una camaradería de la que espero que salgan proyectos pronto y con todas ellas nos tenemos admiración mutua, cosa que les agradezco infinitamente porque llegó un momento en que pensé, mirándome en el espejo que es la mirada de ellas, que mi modo de mirar no era una aberración.
4.1 WRS – Melanie, ¿cómo visualizas vuestro trabajo creativo-investigativo con el de su núcleo generacional de docentes, investigadores y estudiantes con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera? ¿Cómo ha integrado vuestro trabajo creativo-investigativo a su quehacer de docente e investigadora y vuestro trabajo escrito de interés literario?
4.2 MPO – A ver, trabajo literario no tengo mucho. Publiqué una crónica sobre mis viajes a Cuba que se tituló Espejos (2014), porque mis viajes a esa isla se dieron en coyunturas importantes para ellos y nosotros. Fui en pleno periodo especial, en el 94, y veinte años después en el 2014, cuando Puerto Rico estaba por entrar en su proceso de quiebra. Fui más veces, pero esas dos fechas son el foco de la crónica que creo que mezcla viajes distintos que no están mencionados. La publiqué para la memoria. Pienso que en el futuro a alguien podría servir mirar por mis ojos esas dos coyunturas históricas mientras sucedían. Entonces en el aire circulaban preguntas sobre fracasos paralelos en dos islas hermanas que apostaron a caminos opuestos en la historia del Siglo XX y con esas preguntas me enfrento desde la anécdota. También publiqué el libro de poesía a que aludo arriba, Catálogo de desperdicios (2014). Te diré que cuando me encuentro con gente nueva y llega el momento de presentarse, ante la pregunta de quién soy, a qué me dedico, prefiero responder siempre que soy maestra. Adoro el salón de clase, a mis estudiantes y el proceso de construir conocimiento juntos. Luego me puedo pensar crítica literaria, aunque mi libro no es de crítica sino de teoría. Sobre la faceta creativa no hablo. Tal vez no la haya asumido con suficiente responsabilidad y prefiero seguir creciendo. Cuando madure, si algún día lo logro, pues la conversación vendrá de afuera, de los lectores.
5.1 WRS – Ha logrado mantener una línea de creación-investigación enfocada en la literatura en y desde Puerto Rico. ¿Cómo concibes la recepción a vuestro trabajo creativo-investigativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?
5.2 MPO – Con los medios electrónicos cada vez más la comunidad crítica y productiva de puertorriqueños dentro y fuera de la isla están muy al tanto de lo que se produce desde distintos lugares. Se produce crítica sobre la literatura puertorriqueña desde Australia y Argentina y sabemos por motores de búsqueda y por las redes quiénes están dónde y los temas de investigación que adelantan. Se producen libros creativos y críticos continuamente y cada vez más el adentro y afuera de la isla se difuminan. También porque docentes que comenzaron sus carreras aquí en la isla se han trasladado a concluirla en los Estados Unidos, como Rubén Ríos Ávila, Juan Duchesne Winter y Áurea María Sotomayor, quienes hoy trabajan desde Nueva York el primero y desde Pittsburgh las últimas. A pesar de ello, a mí me gustaría ver más conversación. A ver, sabemos quién es quién y qué se produce. Nos leemos mutuamente con curiosidad, pero los recursos para realizar el trabajo desde la isla son cada vez menos, aunque nuestra productividad se ha mantenido estable. Me refiero en concreto a la carga de 24 créditos docentes por año si se enseña en el sistema UPR, a la falta de sabáticas y la desaparición de fondos para la investigación por más de una década debido al ataque que sufre este sistema debido al neoliberalismo y a otras razones políticas. En el sistema UPR esta realidad ha creado un clima desolador. Ha habido retiros masivos de docentes con plaza; los docentes sin plaza que persisten no tienen esperanza de lograr un puesto con seguridad de empleo, que tiene consecuencias en otros aspectos como la salud física y mental de los individuos, debido a que el proceso de reclutamiento está congelado y esto afecta hasta la perspectiva que se tiene en cuanto al sentido de lo que se hace en el imaginario de los estudiantes graduados. Las distintas crisis han provocado que, sobre todo posteriormente a los huracanes Irma y María, se creen fondos para investigaciones relacionadas con la catástrofe que han beneficiado a los proyectos de quienes han accedido a dichos recursos tanto de adentro como de afuera. Colegas puertorriqueñas muy comprometidas con los estudios de la crisis y sus efectos como Marison LeBrón y Yarimar Bonilla, quien ahora dirige el Centro de Estudios Puertorriqueños de Nueva York han lanzado iniciativas como El Puerto Rico Syllabus; poetas como Urayoán Noel, quien se formó inicialmente en Río Piedras y ahora está en Nueva York tiene una presencia y un prestigio notable tanto adentro como afuera de la isla. Lo mismo se puede decir del poeta Raquel Salas, quien ahora dirige un proyecto de archivo y documentación de movimientos poéticos y poetas desde Houston, Texas con otras colegas, mientras reside en la isla. Hay que reconocer que quienes, como yo, tenemos plaza, podemos trabajar en nuestros proyectos en medio de la crisis manteniendo, por ahora, el salario que hace posible que atendamos la investigación paralelamente con las tareas administrativas y docentes. Por otra parte, hay que también mencionar que el estado de la cuestión hace ya veinte años es el entendimiento de que entre puertorriqueñistas, tanto los puertorriqueños que viven dentro de la isla como los que viven afuera, sean estos poetas o académicos, escriban en inglés o español, todas producen conocimiento, cultura y estrategias de resistencia que se influencian mutuamente. Me refiero a lo que se ha llamado, gracias a Juan Flores, remesas culturales para referirse a las aportaciones de las comunidades puertorriqueñas en los Estados Unidos en la comunidad académica local y en la comunidad puertorriqueña en general, que pasan también por los productos que circulan a través de los medios de comunicación en masa y las redes.
6.1 WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera una investigadora puertorriqueña o no? O, más bien, una investigadora, sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?
6.2 MPO – Boricua de las nacidas en la luna; específicamente en Chicago. Criada aquí desde los dos años. Bachillerato del Departamento de Estudios Hispánicos en Río Piedras y luego becada para hacer el doctorado en la Universidad de Stanford en California. Con plaza ganada desde el año 2000 en el mismo Departamento del que me fui en el año 94 del siglo pasado. Es lo que digo, el adentro y el afuera ya no están tan claros. Más allá de eso, está claro que los puertorriqueños no estamos obligados a hablar de Puerto Rico, que podemos investigar y aportar en cualquier campo de la cultura y el saber sin que nuestro foco sea la puertorriqueñidad, ni un enfoque en particular de ningún tipo. No estamos llamadas a definir la puertorriqueñidad ni a defenderla puesto que la definimos y la defendemos todas las puertorriqueñas de nacimiento, sangre u adopción, en palabras y acciones diarias. Es territorio ganado. Cuando regresé a la UPR luego de haber estudiado afuera había prejuicio entre los colegas sobre la formación que se obtiene como hispanistas cuando se estudia en “universidades americanas” abocadas a los estudios culturales y con prácticas ya no filológicas. No fue el caso siempre, visto que los colegas que veían una pureza contaminada en estos nuevos profesores contratados entre el 97 y el 2005, egresados de Harvard o Cornell, eran muchos de ellos egresados de instituciones estadounidenses. Tengo que admitir que mi formación en lo puertorriqueño fue algo autodidacta. Como dije antes, me formé como puertorriqueñista con dificultad, porque a pesar de que mis maestras Sylvia Wynter y Mary Pratt trabajaron siempre desde la perspectiva decolonial no son puertorriqueñistas. Para lograr el expertise necesario para intervenir en el campo me formé por mi cuenta, comprando y leyendo todo lo que se publicaba, metida en la biblioteca, y en debate con Richard Rosa, otro puertorriqueñista notable, quien trabajó al principio de su carrera en Stanford cuando yo era estudiante ya casi de salida y fue parte de mi comité de tesis. Yo me he centrado en estudiar la literatura puertorriqueña, más entiendo que mis ideas son aplicables a Latinoamérica en general. Se puede generalizar esta noción de que a partir de la muerte de los metarelatos se reconstituye el campo discursivo a partir de nuevas genealogías activando formas discursivas que en otra época se consideraba literatura menor o literatura de mercado, o light; desde la literatura fantástica, hasta distintas perspectivas anti-Edípicas que implican la experimentación textual y llega hasta el reavivamiento de la ciencia ficción. Se pueden aplicar estas ideas al estudio de escritores como Jorge Volpi, Edmundo Paz Soldán, Cristina Rivera Garza e incluso Mariana Enríquez, quien está en boga en la academia estadounidense. Si tuviera tiempo ese libro también lo escribiría. He mantenido mi formación latinoamericanista en la docencia, pues enseño a menudo el curso introductorio a la literatura latinoamericana con mucha alegría, pues se trata de un corpus de textos maravillosos que se pueden revisitar infinitas veces sin aburrimiento. Me mantengo al día en mis lecturas y produzco teorías. Tal vez debería escribir más, pero la vida ha sido tan complicada.
7.1 WRS – ¿Cómo integra vuestra identidad étnica y de género, y su ideología política con o en vuestro trabajo creativo-investigativo y su formación en Estados Unidos y Puerto Rico?
7.2 MPO – ¡Como ha evolucionado la mirada sobre el género! ¿Verdad? La perspectiva decolonial también toma en cuenta desde sus orígenes el asunto del género y la sexualidad. Repásese This Bridge Called my Back (1981), editado por las chicanas Cherrie Moraga y Gloria Anzaldúa que este año cumple cuarenta años de su primera publicación. Ese libro, junto a Borderlands/ La frontera de Gloria Anzaldúa, son imprescindibles para entender el trabajo para decolonizar el lenguaje y la cultura que se produce hace décadas. Allí hay ensayos de Audrie Lorde, bell hooks, afroamericanas, además de ensayos, poesía, crónica producidos por escritoras minoritarias en general. En la colección de ensayos se argumenta a favor del análisis interseccional, visto que las opresiones están interconectadas y no es posible resolver una sin la otra. Para decolonizar el pensamiento se inventan textualidades que mezclan los géneros más clásicos, como la crónica, el ensayo, la novela, la poesía, la autobiografía y redefinen los modos de producción del trabajo académico, en diálogo con intelectuales orgánicos, con organizaciones de base comunitaria, con el activismo en la esfera pública más amplia. Es la influencia de estas precursoras lo que ha provocado mi trabajo académico desde un afuera, digamos. Debido a la crisis, cada vez más en la academia se ha querido privilegiar la publicación en revistas arbitradas, por ejemplo, donde los pares validan las ideas y los argumentos. Pero la academia tiene sus reglas, sus procedimientos que pueden coartar los procesos creativos y de pensamiento, sobre todo cuando provienen de lugares relacionados con la práctica. Además, el mercado académico es siempre un mercado. Por ello me he visto más como una intelectual pública que como una académica. Me doy cuenta de esto mientras lo escribo. Es por ello que he preferido producir y co-animar en distintas coyunturas de mi vida dos programas de radio: En su tinta, con Mayra Santos Febres y Palabras encontradas con Lilliana Ramos Collado. Fueron momentos de una productividad muy alegre en mi vida. Un día también comencé a escoger mejor las conferencias académicas en las que participar, porque implican una inversión de tiempo y dinero que la institución aquí en Puerto Rico no financia y que, en mi experiencia, generan pocas conversaciones interesantes. Son eventos masivos donde la mayoría va a hablar, a mostrarse y no necesariamente a escuchar y crear conocimiento en conjunto. Se trata del comercio de valores académicos más que de ideas. Me cansé de ponerle energías a eso y decidí quedarme en el espacio de la conversación pequeña entre colegas y escritores con intereses afines. Todavía no sé si fue una buena decisión. Por otro lado, he organizado en tres o cuatro ocasiones congresos para hablar del género de la ciencia ficción y la escritura fantástica del Caribe, en colaboración con mi querido amigo Rafael Acevedo y esa experiencia me ha sorprendido porque, honestamente, no me esperaba la acogida al evento y luego me di cuenta de que la ciencia ficción es uno de los modos de la literatura para pensar lo absurdo del presente, para idear humanidades para después de la crisis. Tuvo como consecuencia la publicación de un número de la Revista La Torre adscrita a administración central de la UPR, a través de la editorial universitaria que ni sé si sigue viva.
9.1 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a vuestro trabajo creativo-investigativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?
9.2 MPO – Creo que ahora, en este momento histórico, incluso para mí, mi trabajo logra su mayor coherencia, visto que, como dije al inicio de esta entrevista, estaba algo perdida, pues la mirada decolonial que yo traía desde Stanford no conversaba bien con los debates que se estaban llevando a cabo en Puerto Rico en la primera década de este nuevo milenio. Era lo que se llamaba la mirada posmoderna. Me parecía y aún me parece, desde mi formación habermassiana, que el proyecto democratizante de la modernidad no se debe abandonar y menos en el momento en que las minorías están entrado a espacios de poder (esto visto desde los Estados Unidos) para contar sus versiones de las cosas. Sí, la nación es una narración impuesta por las clases en poder, en su mayoría blanquitos—adjetivo que implica raza, clase y género—y ello implica un lenguaje, unos procedimientos, unos géneros, unas jerarquías sociales. A partir del muñocismo y Manos a la Obra se creó una clase media que logró traer al país a los índices de consumo que sufrimos hoy en día, debido a que el acceso a dicho consumo no equivale a la redistribución de recursos. Ante la pregunta de quién será el autorizado a hablar por todos, a proponer el proyecto de redistribución de recursos, mi respuesta es “todas, todes, todos”, cada una habla por sí y por el colectivo. Y las generaciones más jóvenes lo tienen bastante claro, lo están haciendo. Desde volver a la tierra para recuperar la soberanía alimentaria, hasta proteger el medio ambiente del capital que todo lo devora y lo convierte en desecho. Implica resistir la noción de que es normal que existan desechos humanos, que la vida es para sacrificarla a la producción y la explotación de recursos para beneficio de unos cuantos. Si el viejo marxismo implicaba el culto a otro padre, digamos Marx, el Che o cualquier figura que lidere las huestes de cada país o región, las nuevas propuestas discursivas que provienen del activismo social y comunitario se acercan más a la noción de compartir la tierra y sus recursos, desde los saberes de nuestros ancestros, desde la certeza de que nuestras vidas son pasajeras, que las violencias del pasado no se borran y exigen reparaciones y que el mayor valor que tenemos es el planeta que estamos obligados a proteger, porque es nuestra casa común. Esos saberes son los que nos salvarán de la extinción como especie. En ese contexto, es importante notar que Puerto Rico es una isla privilegiada por el clima, por sus tierras fértiles, por su abundante agua, por lo que es posible redefinir las nociones de desarrollo que nos vendieron para que signifique sustentabilidad y equidad. Esa es una tarea para todes, sin que haga falta un líder barbudo que nos conduzca a la nueva vida.

Porque lo bueno se repite, el sábado 10 de febrero de 2024 a las 8:00 p.m. se presentará en el Centro de Bellas Artes, en Santurce, el concierto “Manny Manuel: Tributo al Divo de Juárez”, con la actuación central de Manny Manuel, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Puerto Rico.
En una producción de MEG Events, el artista se propone recrear en todos sus aspectos el concierto que Juan Gabriel presentó en el Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México, en 1989, que batió todos los récords de asistencia de la época.
“Estamos remozando todo lo que previamente presentamos con este concepto. Será un espectáculo esplendoroso, a la altura de lo que el público espera y recuerda del recordado Divo de Juárez”, explicó Manny Manuel.
A renglón seguido agregó que incluirá el repertorio que en su momento usó el artista mexicano en 1989. “No escatimaremos en este homenaje a un artista que dejó de ser mexicano para ser de todos los latinos”.
Los boletos para el espectáculo Manny Manuel: Tributo al Divo de Juárez ya están a la venta en Ticketera.com (https://ticketera.com/mannymanueltributoaldivodejuarez/).

(San Juan, 1:00 p.m.) Él se enamoró a primera vista.  – Mujer, ¿tienes nombre? -Soy Eva.  Y él quiso, pero ella, no. Decidió, pues añadir otra palabra a su estilo seductor. –Eva, mujer bonita. Ella lo miró de reojo con sus ojazos negros como la primera noche y siguió su camino. Angustiado, añadió otra palabra más propia de sus sentimientos. –Eva, te amo. Ella lo miró casi fijamente, pero no fue suficiente. Entonces, ya casi rendido, infló más su estilo seductor. –Te amo mucho, tanto, demasiado y locamente. Eva se le acercó sonriendo; lo abrazó fuertemente; y, la tierra comenzó a poblarse.

 

(San Juan, 9:00 a.m.) El Municipio de Cayey comienza el año 2024 al son de una gran fiesta de pueblo. Fueron miles las personas que llegaron hasta la Plaza de Recreo, Ramón Frade León para compartir en familia de la  rica gastronomía, observar las osamentas frente al templo parroquial , visitar la Casa Histórica de la Música Cayeyana y disfrutar de nuestros artesanos.

 Unido a las actividades cotidianas que se disfrutan en la Plaza de Recreo, Ramón Frade León la Administración Municipal de Cayey organizó una fiesta de pueblo para que todos  comenzaramos unidos en nuestro lugar de encuentro el nuevo año. Para no dejar de ir hasta la mascota del municipio asistió, Firulais. Estaban en un  lugar en donde tenía tremenda vista del espectáculo.

 Los actos artísticos comenzaron a las 5.00 p.m.  El primer artista que deleitó al publicó fue Andrés Jiménez Hernández, él es un gran   compositor y trovador puertorriqueño de música folclórica, vinculado al movimiento de la nueva canción. El público quedó fascinado con su participación en donde cantó canciones emblemáticas como, Coño Despierta Boricua. Con 76 años de edad es un cantante que el público respeta y admira por defender nuestras raíces mediante sus canciones.

Posterior, subió a la tarima Plena Libre el grupo fundado por el fenecido Gary Nuñez deleitó al pueblo al son de la Plena unida a su alegría contagiosa.

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(San Juan, 9:00 a.m.) El 28 de diciembre de 1895 fue el nacimiento del cine con la primera exhibición comercial de sus películas que hicieron los hermanos Louis y Auguste Lumière en el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos en París, donde existe un rincón con placas y recuerdos de aquel día histórico que me emociona cada vez que lo visito. Trece años después mi abuelo Daniel Ayala inauguró el primer cine de Guines, llamado entonces Salón Teatro de Guines, después Teatro Ayala y que ahora ocupa la Casa de la Décima Mayabeque que dirige el amigo Lázaro Palenzuela.

El 25 de diciembre de 1977, falleció en Suiza el que muchos consideran la mayor figura del cine en toda su historia, Charles Chaplin, cuyo museo en Vevey, Suiza, donde vivió muchos años y murió, visité el mismo año en que se inauguró y del que incluyo algunas fotos.

Este documentado artículo de José Manuel Estévez que incluyo, relata la historia del cine fundado por Daniel y sus socios.

Luego publicaré la columna que escribí en el diario El Reportero de Puerto Rico sobre el abuelo que no conocí, Daniel Ayala, así como fotos de Daniel, del cineteatro cuando se fundó en el 1908 y de la Casa de la Décima Mayabeque que hoy ocupa el edificio así como fotos de los hermanos Lumiere y el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos de aquella época en París y un artículo que escribí en Diálogo, periódico oficial de la Universidad de Puerto Rico, sobre los comienzos del cine.

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