Puerto Rico atraviesa una severa crisis económica, por la cual ha demostrado que no tiene capacidad de honrar sus obligaciones para con sus acreedores. A estos, en el formato financiero de los EE. UU., el poder colonial metropolitano les llama bonitas. Es decir, las personas que pagaron dinero en calidad de préstamo por bonos emitidos por el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, y que esperan un pago anual por los intereses que devenguen y luego que en unos años de maduración le devuelvan el principal del dinero prestado. Es un negocio para el prestamista, pues su dinero está asegurado y será devuelto ¿Cuándo ha visto usted a un estado defraudar a sus acreedores? En el caso de Puerto Rico, al día de hoy, nunca.

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Señora alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, aún no hemos terminado de preguntar. Ahora vamos a las preguntas más difíciles. ¿A quién beneficiaron económicamente estas fiestas? Es sencillo responder que beneficiaron a todo el pueblo de Puerto Rico. Aunque creo que es mucho más complejo lo siguiente: las fiestas de forma piramidal van resolviendo económicamente a sectores corporativos, empresariales, luego a sectores medios de comerciantes, luego a sectores artesanales y finalmente a ciertos sectores populares. Pero realmente hablando, ¿dónde se hizo la inversión pública, la que cuesta millones de dólares y se vieron reflejados en estas fiestas?

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Me pregunto cómo le va a los contratistas del gobierno, a estos que en particular viven de cuatrienio en cuatrienio, recibiendo contratos para poder capitalizar a través de la gestión pública, y que ven, a manera de ejemplo, las Fiestas de San Sebastián como un guiso, es decir beneficio, afortunado para sus arcas.

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