En mis años de juventud, hace bululún de años, Antonio Pantojas fue mi alter-ego. Lo conocí personalmente cuando se presentaba en Bocaccio, la barra gay donde trabajé de bartender. Porque yo he hecho de todo en esta vida que me ha tocado vivir. Yo miraba a Pantojas revoloteando en la pista con ojos de asombro y de envidia. Yo quería danzar y revolotear como Pantojas. Pero no me atrevía…

Hoy quiero hacerle un homenaje a este gran actor que me marcó para siempre en las palabra de Roberto Ramos Peréa…

“MI PANTOJAS

La actual discusión del natimuerto proyecto en contra del transformismo, me ha provocado la nostalgia.

Es una pena que FB esté condenado a la insulsa brevedad, pero desde que salió el tema, no he dejado de pensar en un hombre al que admiré, amé y con quien compartí largas y productivas horas de mutuo aprendizaje y de un entrañable cariño fraternal sin fronteras. Ese hombre se llamaba ANTONIO PANTOJAS, el más importante, notable y talentoso transformista de toda nuestra historia teatral, todo un señor actor.

Saquemos de en medio lo obvio. No fuimos pareja, aunque a veces en broma nos tratábamos como tales: “si yo fuera chica, me casaba contigo”, me decía; a lo que yo contestaba apretándole la cintura: “y si yo fuera gay, yo me casaría contigo”. Respetaba mi heterosexualidad con la misma pasión que yo respetaba su homosexualidad y desde que estrenó con sonorísimos aplausos mi personaje de Raúl en mi obra MODULO 104, no pasaba una noche en la que me pidiera que lo acompañara a “Bachelor” y las otras discotecas en las que actuaba, para que le diera consejos para mejorar su actuación.

Éramos de la misma edad, por lo que mis largas conversaciones con él trataban de la vida social y cultural, hablábamos de arte, de poesía, de cine, de teatro, -era un hombre cultísimo- , de las conductas sexuales de nuestra generación, de la represión religiosa, de las persecuciones, de los hombres que habían abusado de él y sobre todo de la felicidad de sus éxitos en su arte en un momento en que lo que él y todos sus colegas hacían, eran satánicas maldiciones morales.

Luego, recostado sobre mi hombro, compartiendo una cerveza, me tomaba de la mano, allí en alguna esquina de aquel “Bachelor” oscuro y escandaloso, y me decía:

–Escribe para mí. Escríbeme cosas que tengan sentido, algunos monólogos que hablen del alma, de dolor de lo que es ser como soy yo. Dirígeme. Ya me cansa hacer chistes de sexo y hablar pendejadas con tanta loquita borracha que no quiere salir del closet.”

–“Pero yo no soy gay, hay cosas que no podré saber nunca”, le decía para no engañarle.

-“Pero eres un ser humano, con eso tengo suficiente”, me contestaba.

Entonces me llevaba del brazo a su camerino, y me hacía mirarlo largo rato en su esplendorosa transformación. Verlo maquillarse con tanta delicadeza y precisión, verlo ajustarse su peluca, ponerse sus perlados trajes, sus prendas, sus tacones que lo elevaban a la altura de una platinada diva y yo revivía mi inspiración maravillado, disfrutando como un niño que mira un sol sin quemarse, aquella luz celestial que emanaba de aquel ser mítico con quien horas antes compartía una cerveza como el más fiel de los amigos. Entonces me sonreía murmurándome “¿Qué tal?”

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Hoy me uno a las palabras de mi amigo Jaime Sanabria…“A la hora de exteriorizar nuestras ideas, nuestra intimidad, nuestra personalidad, siempre estamosconstreñidos por el lenguaje.

El lenguaje como límite de nuestra ideología; cuanto más preciso, cuanto más profundo, más podemos entendernos comunicativamente. La breve introducción se debe al Proyecto de Ley presentado por la representante Lisie Burgos Muñiz, del partido político Proyecto Dignidad, para enmendar el artículo 137 del Código Penal de Puerto Rico y que tiene como objeto troncal la protección, en el sentido más absoluto del término, de los niños frente a laobscenidad.

Pese al detalle en la descripción de lo que resulta “obsceno”, la propuesta legislativa no precisa hasta quéedad se entiende la condición de niño, o si la misma se equipara a las tipificadas por ese mismo Código Penal para otros delitos, omisión que podría generar más conflicto del que trata de resolver.

Pero al margen de concreciones cronológicas, cabe destacar que, según el proyecto, la “obscenidad” pareceinfinita. Cualquier alusión a la sexualidad aplicada sobre la infancia parece, según la Exposición de Motivos, generadora de traumas insolubles en la edad adulta. Catastrofizar lo macro, tomar el todo en lugar de lo particular, a mi juicio, no resulta la mejor forma de aportar solvencia al Código Penal en este tema.

En su propuesta, la representante detalla, literalmente, que entre los temas que son regulados se encuentran: la indecencia, la obscenidad y el contenido comercial en la programación de televisión para niños.

Conceptos los de la “indecencia” y los de la “obscenidad” que solo dependen de la mirada de quien los define, porque la realidad no existe, solo toma forma en la consciencia de cada individuo. Resulta peligroso, pues, de entrada, proponer reformas de calado en el Código Penal (y en cualquier otro Código) amparándose en la interpretación particular y subjetiva de determinados conceptos.

Pero lejos de arredrarse en la exposición de motivos para sustanciar la ampliación del 137, el Proyecto veobscenidad por doquier y lo lleva, incluso, sin nombrarlas expresamente, al territorio de las drag queens y sus drag shows con una literalidad que no deja lugar a interpretaciones: removerse la vestimenta con fines de crear un interés erótico y despertar las pasiones sexuales, personificar al sexo masculino o femenino con vestimenta alusiva al sexo masculino o femenino, sin limitarse a la utilización de pelucas, máscaras o maquillaje grotesco en un establecimiento, facilidad abierta o cerrada, pública o privada, restaurante, teatro, vía pública o toda propiedad donde se realicen actividades artísticas o que brinden entretenimiento infantil o familiar.

Lo que realmente me preocupa es que se puede comenzar por censurar a una drag queen y se puedeterminar por quemar los libros que no se ajusten al ideario de quien controla la cultura, las ideas, el poder. Y me refiero a algo que puede ocurrir en ambos bandos del espectro ideológico.

Conviene distinguir el contenido sexual sensible capaz de insertarse en la inocencia sin criterio de los niños de lo que es una manifestación artística que no pretende adoctrinar, ni influenciar, ni someter el pensamiento de quienes consumen sus espectáculos, adultos o niños. (Y aprovecho y aclaro que no estoy defendiendo la lectura de cuentos habida hace unos meses, en donde varias dragas acompañadas de funcionarios, hicieron una lectura de cuentos que contenían explícitamente ciertas ideas sobre la sexualidad humana. Esto último estuvo mal y fue altamente impropio).

Pero, en esta tesitura, me parece que la propuesta legislativa escrita se extralimita al desplegar la totalidadde su arsenal nuclear en favor de la defensa de su concepto de “obscenidad” porque aplica su lente particular y lo deflagra todo, lo obvio y lo interpretable, lo incontestable y lo obsesivo.

No se debe censurar, ni menos sancionar, contextos culturales asentados en la sociedad desde mucho tiempo atrás, máxime, como los de los transformistas, cuando sus espectáculos no parecen haber causado traumas a niños de cualquier edad.

Si promueve prohibir el transformismo como arte, como sentimiento de algunas personas que gustan modificar sus atuendos y sus capas exteriores para igualmente modificar circunstancialmente su sexo con fines artísticos, ¿se deberían también prohibir las múltiples letras del reguetón que se pueden manifestar obscenas a juicio de algún legislador? ¿Se deberían prohibir las escenas eróticas en las películas? ¿los escotes que no dejan nada a la imaginación? ¿Se debería, incluso, prohibir la puesta en cartelera de Barbie por supuesta promoción de la homosexualidad como ha ocurrido en algún país árabe?

¿Quién determina los lindes de lo obsceno y lo consustancial de la especie a la que pertenecemos,musculada evolutivamente y con millones de casuísticas distintas en función de individuos, nacionalidades,asociacionismos, determinismos, culturas y regímenes políticos?

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[Nota Editorial: el curador de la sección Zona Ambiente, Egidio Colon Archilla, nos comparte esta reseña, por su valor histórico.]

Hoy les quiero compartir una reseña crítica escrita por Max Chárriez de Dos centímetros de mar de Carlos Vázquez Cruz, Editorial Tiempo Nuevo, 2008. Publicada originalmente en Gay Concierge Magazine el viernes, 26 de febrero de 2010. Puerto Rico es una isla, sería una redundancia decir “que rodeada de mar”, pero así lo decimos.

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Hoy me gustaría profundizar en el mundo de la educación sexual, un tema que, aunque suene medio controversial, debemos explorar. Yo personalmente sostengo que la educación sexual inclusiva es el camino a seguir.

Antes de entrar en materia, primero definamos que entendemos por educación sexual inclusiva.

La educación sexual inclusiva es un enfoque integral para enseñar a los jóvenes sobre el sexo y la sexualidad que incluye todas las identidades, orientaciones y experiencias. Esto significa crear un entorno seguro y de apoyo que reconozca y respete la diversidad.

Entonces, ¿por qué es tan importante la educación sexual inclusiva? Bueno, la realidad es que muchos jóvenes hoy en día todavía enfrentan el estigma y la discriminación en función de su orientación sexual, identidad de género u otros factores. Esto puede generar sentimientos de vergüenza, aislamiento y confusión cuando se trata de la sexualidad.

Al brindar educación sexual inclusiva, podemos brindarles a los jóvenes el conocimiento y las habilidades que necesitan para tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y relaciones. También puede ayudar a reducir el estigma y promover la aceptación de todas las identidades, lo que lleva a una sociedad más abierta e inclusiva.

Es hora de hablar sobre el estado actual de la educación sexual en nuestras escuelas y comunidades: ¿dónde estamos parados?

Desafortunadamente, la realidad es que muchas políticas de educación sexual son obsoletas e inadecuadas. El resultado es que muchos jóvenes no reciben la educación que necesitan para tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y relaciones.

Pero no es solo una cuestión de falta de educación, también se trata de falta de inclusión. Muchos programas de educación sexual aún no abordan las necesidades de los estudiantes LGBTQ+, estudiantes con discapacidades o estudiantes de diversos orígenes culturales. Esto puede hacer que estos estudiantes se sientan excluidos y marginados.

Y los efectos negativos de esta exclusión son claros. Las investigaciones han demostrado que los estudiantes que reciben educación sexual limitada o nula tienen un mayor riesgo de embarazo no deseado, infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia sexual. Además, la falta de inclusión puede generar sentimientos de vergüenza, culpa y confusión para los estudiantes que no se ven representados en el plan de estudios.

Ahora que hemos discutido el estado actual de la educación sexual y por qué la inclusión es importante, hablemos de los beneficios de brindar educación sexual inclusiva a los jóvenes.

En primer lugar, la educación sexual inclusiva puede conducir a mejores resultados de salud. Al brindar una educación integral que cubra una variedad de temas, incluidos el consentimiento, la anticoncepción y las ITS, los jóvenes están mejor equipados para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y prevenir embarazos no deseados e ITS.

Pero eso no es todo. La educación sexual inclusiva también puede aumentar la comprensión y la aceptación de diversas orientaciones sexuales, identidades de género y expresiones. Esto puede conducir a una reducción del estigma y la discriminación, creando un entorno más inclusivo y acogedor para todos los estudiantes.

Además, la educación sexual inclusiva puede mejorar las habilidades de comunicación y relación. Al enseñar a los jóvenes sobre la comunicación saludable, los límites y el respeto, estarán mejor equipados para formar relaciones saludables y evitar experiencias negativas como la violencia sexual o la coerción.

Entonces, los beneficios de la educación sexual inclusiva son claros. Es hora de priorizar la inclusión y brindar a los jóvenes la educación y las habilidades que necesitan para tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y relaciones. Creemos un mundo donde todos los jóvenes se sientan vistos, escuchados y apoyados.

Ahora, hablemos de los desafíos que se interponen en el camino de brindar educación sexual inclusiva a los jóvenes.

Un obstáculo importante es la resistencia de los padres y miembros de la comunidad que pueden no sentirse cómodos con ciertos temas que se enseñan en las escuelas. Sin embargo, es importante reconocer que la educación sexual inclusiva no se trata de promover ningún comportamiento en particular, sino de brindar a los jóvenes información precisa y completa sobre sus cuerpos, relaciones y salud sexual.

Otro desafío es la capacitación y los recursos docentes inadecuados. Es posible que muchos maestros no hayan recibido la capacitación adecuada sobre cómo brindar educación sexual inclusiva o que no tengan acceso a los recursos que necesitan para enseñar el plan de estudios de manera efectiva.

Y no olvidemos la oposición política y religiosa. Desafortunadamente, algunos políticos y grupos religiosos se oponen activamente a la educación sexual inclusiva y pueden presionar por una educación de abstinencia exclusiva u otras formas de educación limitada. Sin embargo, la investigación ha demostrado que la educación basada únicamente en la abstinencia no es efectiva para prevenir embarazos no deseados o ITS, y en realidad puede dañar a los jóvenes al negarles información importante sobre sus cuerpos y relaciones.

Por lo tanto, aunque ciertamente existen desafíos para brindar una educación sexual inclusiva, es importante que sigamos defendiendo su importancia y trabajando para superar estos obstáculos. Todos los jóvenes merecen acceso a información precisa y completa sobre sus cuerpos y relaciones.

Un ejemplo de educación sexual inclusiva es la educación sexual integral, que brinda a los jóvenes información precisa y completa sobre sus cuerpos, relaciones y salud sexual. Este enfoque va más allá de la simple enseñanza sobre la abstinencia o la prevención de las ITS y, en cambio, cubre una variedad de temas, que incluyen el consentimiento, las relaciones saludables y la diversidad sexual y de género.

Otro ejemplo es la educación sexual inclusiva LGBTQ+. Este tipo de educación reconoce que los jóvenes que se identifican como LGBTQ+ pueden enfrentar desafíos únicos relacionados con su salud sexual y sus relaciones, y les brinda información y recursos adaptados a sus necesidades. Esto puede incluir discutir temas como la identidad y expresión de género, así como abordar temas como la discriminación y el estigma.

Finalmente, la educación sexual culturalmente sensible reconoce que los jóvenes de diferentes orígenes culturales pueden tener diferentes actitudes hacia el sexo y la sexualidad, y brinda una educación que es respetuosa y sensible a sus valores culturales. Esto puede incluir abordar temas como la familia y las relaciones, así como brindar información sobre anticoncepción y prevención de ITS.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos tipos de programas de educación sexual inclusiva que existen. Al brindarles a los jóvenes una educación que se adapte a sus necesidades y experiencias, podemos ayudarlos a tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y relaciones, y crear una sociedad más inclusiva y solidaria para todos.

Si queremos ver una educación sexual más inclusiva en nuestras escuelas y comunidades, debemos actuar y abogar por ella. Aquí hay algunas estrategias para hacer que eso suceda.

En primer lugar, podemos comprometernos con los encargados de formular políticas y los funcionarios de educación para asegurarnos de que comprendan la importancia de la educación sexual inclusiva.

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Mucho se ha "lengüeteado" sobre el transformismo en estos días.  Como diría nuestra Myrta Silva: "y mi lengua que no es tan buena lo repite": mucha paja al viento.

Lo que no es paja es un trabajo del escritor, dramaturgo y actor Roberto Ramos Perea, quien hace una análisis concienzudo y sagaz sobre este asunto:

"El transformismo es un arte que se practica en Puerto Rico desde finales del Siglo XIX. 

Dos famosos transformistas lograron llenar los teatros de San Juan en varias temporadas. Europeos los dos, tenían la habilidad de cantar, bailar, cambiarse de ropas en segundos e interpretar numerosos personajes de ambos sexos frente a un público maravillado por su talento. 

Estos fueron LA PRESA, quien en 1905 realizó una exitosa temporada por todos los teatros del país, y FREGOLINI, quien en 1915 abarrotó La Perla y El Bizcochón, así como el Coliseo Municipal con un espectáculo en el que se cambiaba de personajes y vestuarios una veintena de veces frente al público y sin ayuda, a una velocidad que dejaba atónitos a los críticos. Estos espectáculos no tenían restricciones de edad para ser vistos. Ni tampoco se asoció la orientación sexual de estos actores al espectáculo que realizaban. De hecho, no tenemos maneras de saber su orientación sexual. 

Para esas mismas fechas, o quizá desde antes, varios actores puertorriqueños lo intentaron con poco éxito. Con el tiempo, el hecho de que un hombre se vistiese de mujer en un escenario comenzó a molestar a los sectores religiosos quienes lanzaron todo tipo de comentarios sobre este arte.

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Hoy me siento “cuentero” como mi adorada y recordada amiga Picci Alonso y les quiero compartir un cuento, que más que cuento es la realidad de muchos de ustedes…

“Todos conocemos la expresión "salir del armario”, pero ¿sabes cuál es su origen y cuándo fue empleada por primera vez en la historia?

El primer valiente que la usó fue un alemán del siglo XIX cuya historia merece ser contada...

El origen de esta expresión proviene de la traducción de la frase inglesa "coming out of the closet", de donde se origina el concepto y que a su vez deriva de "to have a skeleton in the closet" (tener un esqueleto en el armario), que significa tener algo vergonzoso u oculto que no se quería hacer público.

Karl Heinrich Ulrichs fue un alemán nacido en 1825 que, desde muy joven, se dio cuenta de que le gustaban los hombres, pero la sociedad en aquel momento no aceptaría esa postura, así que se calló y prosiguió con su vida. Se graduó en la universidad en Historia y Teología, y también realizó estudios de Derecho.

Pero a los 37 años tomó la valiente y difícil decisión de decirle a su familia y amigos que era homosexual. En aquella época esa palabra ni siquiera existía, así que inventó una: "urning", una palabra basada en la mitología griega que creó para designar a lo que él llamaba el tercer sexo, hombres que se sienten atraídos por otros hombres.

Así pues, en 1867, el primer hombre gay de la historia moderna anunciaba públicamente su orientación sexual con la frase "tengo un esqueleto en el armario" y lo hizo nada más y nada menos que en el Congreso de Juristas de Múnich que se celebraba el 29 de agosto de 1867. Desde el estrado pidió a sus colegas que apoyasen una moción para derogar del código penal la ley que criminalizaba las relaciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, fue abucheado y apartado a la fuerza del estrado.

Pero Karl no cejó en su empeño y tres años más tarde publicó un texto legal que fue una revolución, ya que desmontaba la idea que existía en su época de que la homosexualidad estaba asociada al vicio, a la perversión y al pecado, afirmando que realmente era algo totalmente natural y que no debía ser perseguido.

Su revolucionario texto, 153 años después, está plenamente vigente.

A pesar de sus esfuerzos, aún tendrían que pasar décadas para que se legalizase la homosexualidad, castigada en gran parte de Europa hasta pasada la mitad del siglo XX.

Por ello es necesario conocer historias como las de Karl, un valiente que hace 153 años tuvo el coraje para salir a la luz pública y exigir su derecho a ser tratado como los demás.”

!Yo salí del armario!

Me he quedado patidufuso con las declaraciones el papa Francisco quien asegura que la Iglesia católica “está abierta a todos, también a los homosexuales”. Indicó que “no se puede decir que a los homosexuales no” y a otros sí porque “el Señor es claro, no se distingue entre enfermos y sanos, viejos y jóvenes o guapos y feos”.

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No se puede hablar de Literatura LGBTQIA+ en Puerto Rico sin mencionar el suplemento En Rojo Queer 2012 del Periódico Claridad.

Comencemos por el principio…y en el principio estaba Yoryie Irizarry, el editor y compilador del EnRojo Queer, quien ha escrito: “Cuando el Suplemento En Rojo, se me acercó con la idea de un En Rojo Queer para celebrar el mes de orgullo gay, no pude anticipar el cariño, apoyo y entusiasmo con que el mismo sería recibido. 

Estos 3 años los colaboradores se esmeran para compartir trabajo de calidad, talento y trabajo sin reservas. El número no tiene un tema coherente, no he podido lograrlo, es tanta la diversidad de nuestras contribuciones a la cultura y a la sociedad en Puerto Rico, que escoger un tema sería ponerle una camisa de fuerza a esa realidad. Sí hay una hebra que une el número; así sea desde nuestros empleos, nuestra poesía y nuestra literatura, desde las cortes defendiendo nuestros derechos ciudadanos o como activistas individuales u organizados, comprobamos que no somos las víctimas que los medios corporativos quieren presentar, ni las caricaturas que los medios televisivos quisieran manipular. 

Somos gente, somos pueblo, multidimensionales y visibles. Nos integramos a nuestras comunidades de muchas maneras y no se nos puede negar. Y tenemos aliadas y aliados que trabajan con nosotr@s, hombro con hombro. Aliad@s que tampoco han dudado un segundo, en responder al pedido del Suplemento. Este número incluye nuevos aliados, que con sus anuncios*, no sólo han expresado su apoyo a nuestras comunidades, sino que hacen posible la continuación de este esfuerzo que en su tercer año todavía no ha sido replicado por ninguna otra publicación, impresa o digital. Debemos trabajar y presionar para que eso cambie. 

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