El Post Antillano (EPA) le hizo esta semana una entrevista al joven escritor puertorriqueño, que reside en los Estados Unidos, Jonathan Marcantoni. Las opiniones de Jon son útiles para mejor entender la realidad puertorriqueña del siglo XXI, ya que cubren importantes temas de actualidad para todos los boricuas, los que residen en la Isla y más significantemente en su obra los de la diáspora. En esta íntima entrevista, se descubren asuntos pendientes de resolver en la política y sociología de un pueblo dispersado entre el Caribe y Norteamérica, que aún lucha por su identidad y reconocimiento. Jonathan reside actualmente en San Antonio, Texas, es un joven escritor con estudios universitarios en literatura hispánica y que actualmente cursa estudios graduados en literatura Hispanoamericana. Además de haber publicado 3 libros está envuelto en la dirección de la editorial Aignos. Sus libros están disponibles en varias librerías en el Internet y en los Estados Unidos, prontamente se presentarán en Puerto Rico y en España.
Creativo
Reunidos en el Nido
Reunidos en el nido, en el reino del recuerdo. Ruinas restauradas, por el recuerdo recurrente. La piel habitada, recuerda el hábito del olvido. El mundo se achica y la sombra se va...tras el cuerpo. Desenhebrando, así, la concupiscencia del aprendizaje colectivo. Mojado en la profundidad. Acogiendo con gracia, las cosas buenas de la vida....Como todas las películas generosas...que terminan con un beso.
El mar gritará tu nombre
A Julia de Burgos
The sea is never rhetorical
and asks about your nakedness.
La Hija del Dueño
No soy la dueña del mundo, pero soy la hija del dueño. El dueño invisible, que pone orden y da curso al todo. El cual abre las puertas del camino e imparte luz a lo que toca. No soy la dueña del mundo, pero soy la hija del dueño. El cual termina con la semilla suicida, para darle vida a las multitudes.
Nuestra cultura
La cultura es sentimiento,
por el lugar en que nacimos.
Son las raíces de un pueblo
negro, español y taíno.
Mercader de Sueños
Se para frente al podio
con la confianza acumulada
por la conversión de ilusos en adeptos,
de aspirantes en compinches,
de conspiraciones en cofradías.
Saudades
A Priscilla y Gabriela
Hice todo lo que pude en la vida, viviéndomela debajo de la mesa, soñándomela entre cielos añejos, espesos, construidos por arquitectos embriagados de milenios. Pude amar tantas veces a una misma mujer multiplicada por 30, de todos colores; estructuras de sombra. Amé a mi madre mil veces cada minuto, ahora la amo 1 minuto mil veces cada silencio. Amé lo que no existe, como adoré los besos que me dio la oscuridad cuando ella desvestía mi piel y me arropaba con las saudades del niño que jugaba dentro de mí y recolectaba flores para regalárselas a los peluches que vendía el abismo que crecía por segundo entre la materia fichada del futuro.
Los vencedores
“Hoy también sigue siendo ayer.”
- Ruth Vega Puñal