“El alma que pecare…esa morirá”
Se irguió cuán largo era ante la mirada de admiración de sus hermanos. Le gustaba crear reacciones de asombro y estupor entre los suyos. El primer punto a su favor era su altura.
“El alma que pecare…esa morirá”
Se irguió cuán largo era ante la mirada de admiración de sus hermanos. Le gustaba crear reacciones de asombro y estupor entre los suyos. El primer punto a su favor era su altura.
Mirarte inquieta mi ser,
Tu voz excita al corazón.
Sentirte es renacer,
Tu aroma insinúa pasión.
Una historia que pudo haber sucedido…
Se estrujó los ojos por undécima vez. ¿Era aquello un espejismo o una visitación misma de los dioses? Miró a sus espaldas buscando a su compañera de viaje. Magua no aparecía por ninguna parte. Veía sin embargo, las marcas de sus huellas en la arena mojada.
“Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, razonaba como niño;
pero cuando llegué a ser hombre,
dejé las cosas de niño.”
Pablo, 1 Corintios 13:11
"El sueño... es un desencuentro infinito"
- Giselle Duchesne
Observé cada gota de sudor rosado sobre mi vientre. Dudé que fuesen mías. Tampoco pensé que eran de ella. Es frustrante, por más que me esmero a ella le parece mi tendencia a erotizar mis sentimientos. ¿Y los de ella? Se dedicaba a ser complaciente, solo reía y lloraba cuando también yo lo hacía. No siempre fue así. Esta obsesión por ella, así como mi fogosa actividad sexual, se iniciaron desde que me encontré aquel gran espejo en un basurero tras el Hotel Miramar y lo coloqué como dosel sobre la cama. Uno siempre puede ser su mejor amante, le dije y ambas nos reímos. Mis locuras la divertían.
Recibimos del poeta, amigo: Carlos Roberto Gómez, dos poemas. Estos poemas son un adelanto de lo que se escuchará anoche en la librería AC. Allí se presentará el poemario: Mapa al corazón del hombre. Gracias Carlos Roberto, por compartir con nuestros lectores parte de esta obra: