Cartas de un(a) Antillano(a)
Un plagiador con doctorado
Plagiar, según el DRAE, es ‘copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias’. De las aventuras y adversidades que tienen algunos con este verbo, comentaré. Días atrás, tuve la oportunidad de leer la denuncia que hizo en su plataforma de Internet la publicista Janet Hernández. Ésta, se encargó de notificar en los medios cibernéticos que un profesor de la Universidad de Puerto Rico, el doctor Ríos Hernández, redactó distintos artículos copiando, sin dar crédito, parte de su tesis de licenciatura de la Universidad Central de Venezuela. Además de copiar párrafos completos, para cerrar la fiesta con broche de oro, tituló un artículo en un rotativo con el mismo título de la tesis antes mencionada.
Un Monstruo que se Alimenta de la Esperanza de un Pueblo
Estamos viviendo en tiempos difíciles, eso es un hecho innegable, pero también estamos viviendo en tiempos en que la esperanza y necesidad de un pueblo se han convertido en el elemento de abuso político numero uno. Nuestros políticos y funcionarios públicos, sin importar el color de su ideología, dicen tener como prioridad número uno la educación de nuestros niños y jóvenes, el desarrollo económico de Puerto Rico y la salud pública pero todo se queda en promesas vacías y sueños rotos. Dicen desear acabar con la criminalidad, pero no apoyan iniciativas comunitarias para proveer a los niños y jóvenes alternativas sanas para emplear su tiempo y mejorar académicamente, para así tener mayores posibilidades de un futuro exitoso. Dicen tener como prioridad la educación, pero no eligen funcionarios educativos por sus meritos y preparación en el campo educativo sino por afiliaciones políticas y amiguismos, error que como ya hemos visto innumerables veces termina en consecuencias desastrosas para estudiantes y maestros.