Transparencia y objetividad, inclusividad, unidad y paz, pero no lucha, no justicia. Individualismo y narcisismo, sadismo, masoquismo, chiste barato... Obama no tiene excusa para mantener preso a Oscar López Rivera. 
La apabullante victoria de la oposición en Venezuela ha provocado una ola de euforia en la derecha y una normal depresión en la izquierda. ¿Se acaban así, de golpe, sin más, sin anestesia, los procesos de cambio revolucionarios? Fácil es afirmar que sí, como si se tratara de una repetición mecánica del suicidio de la URSS, pero la respuesta es no.
Sobre las razones de la invasión norteamericana contra Panamá, el 20 de Diciembre de 1989, al igual que sobre otras coyunturas políticas importantes, como la separación de Colombia en 1903, empiezan a tejerse una serie de falacias históricas mediante las cuales algunos sectores políticos quieren falsear su pasado dándole una envoltura heroica que no tuvieron. Las fuentes de esas falacias provienen de dos sectores contrapuestos: la oligarquía proimperialista y sus medios de comunicación, para quienes la invasión fue la "restauración de la democracia" perdida en 1968; la otra la constituyen sectores del Partido Revolucionario Democrático y el régimen militar, que intentan adornar la era del “noriegato” con unas luces antiimperialistas que no tuvo. 
El magnífico preámbulo al inspirador discurso presentado por el gran Martín Luther King, Jr. nos manifiesta fervorosamente:
Comenzar cada año con nuevas fuerzas es casi una obligación impuesta, por lo menos yo lo veo así. Luego de 365 días de camino recorrido, luchas, puertas abiertas y otras cerradas, esa noche número 365 se nos hace un nudo en el pecho, que no podemos negar nos causa un poco de dolor. Es que a los seres humanos se nos hace tan difícil el cambio, que hasta algo tan normal como le comenzar un año es aterrador, por más celebración que hagamos al recibirlo, la incertidumbre nos abraza. 
El ideario político se desploma, cierto es. Pero no seamos ilusos. Se derrumba en todos los sectores ideológicos.
Que los que promueven la unión permanente vía el territorio no incorporado y anexionistas intenten recomponer sus ideas, parece que hacen intentos. La columna de José Alfredo Hernández Mayoral en días reciente, lo refleja.
Escucho como se va quemando la hoja entre sus dedos. sus rizos grises se enredan con el humo ahora. recuerdo cuando sus rizos se enredaban con los hombres. se anudaban en espirales sin principios. como luna de agujeros negros . han pasado los años como pasan las horas. 
Beatriz Navia, escritora boliviana residente en Puerto Rico, acaba de publicar un nuevo texto literario (des) Amores (Ponce: A propósito, 2015) atractivo y sugerente desde el título mismo y su formato. El libro está compuesto de siete relatos impresos en Bolivia con materiales y papel reciclado. Los siete cuadernos, artesanales, vienen dentro de una hermosa caja de madera de pino en la que están entrelazadas las distintas ciudades en la que transcurre la acción narrativa de los relatos: La Paz, Cumaná, Ciudad de México, Praga, Paris y Tokyo. 
