Estas elecciones en Puerto Rico marcan un punto de cambio en la forma de gobernanza política que quiere el país como colectivo. El país busca gobernantes balanceados que más allá de politiquerías hagan política pública para el bienestar de todos los puertorriqueños y puertorriqueñas. En ese sentido, la inserción del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) al ruedo político insufló aires nuevos para llevar el mensaje claro de que, para lograr progresar en el país, hay acabar el bipartidismo. El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) hizo lo propio.
Sin duda tanto el MVC como el PIP hicieron unos trabajos muy acertados y positivos. MVC, me parecería a mí, es el partido que realmente más adelanto político tuvo en esta contienda. Desde esa mirada es un movimiento ganador. Con su discurso, MVC atrajo muchos votos de jóvenes primeros votantes, Centennials o generación Z, y de los Millenials o generación Y.
La mirada de estos votantes de las generaciones Centennials y Milenios tiende a ser menos conformista, más tecnológica, y una que espera resultados y transformaciones inmediatas. Sin embargo, esa mirada de esperar resultados o transformaciones políticas y sociales inmediatas ha provocado una discusión hostil y agresiva en las redes sociales, en contra de otras generaciones más adultas, particularmente la de los Baby Boomers.