Caribe Hoy
“House of Cards” Edición Boricua
“House of Cards” o lo que llamaremos Casa de Barajas es una serie de intriga política donde se desarrollan todo tipo de tramas con vericuetos dirigidos a obtener o mantener el poder. Partiendo de ahí y de nuestras vivencias se me ocurre un episodio para la serie, pero a lo boricua.
La escena comienza con un truhán saliendo de prisión. Próxima escena. El truhán se reúne con un intermediario en un cafetín cualquiera de esos que hay por la ruta del chinchorreo. No se escucha lo que dicen, pero el intermediario le entrega un sobre al truhán y ambos sellan su pacto brindando con un palito de pitorro. El intermediario camina rápidamente hacia un carro donde lo espera otra persona que no se ve y su chofer. Entra al carro y se van del área. La tablilla del carro lo identifica como vehículo oficial del senado.¿En serio que van a seguir con el […..] viernes negro?
Crónica de una obra llamada Hamilton [anunciada]
Ayer a las 9:00 a.m. abrió la venta de los boletos para Hamilton el musical de Lin-Manuel Miranda, en Puerto Rico. En 40 minutos las ventas a través del portal electrónico estaban agotadas.
En el Teatro de la Universidad de Puerto Rico había gente haciendo fila desde antes de las 7:30 a.m. Esto solo hablando de la fila de los llamados seniors. En la fila regular hubo personas que acamparon desde horas de la madrugada. Volviendo a la fila senior, las personas que la componían estaban en sus 60's, 70's y 80's largos. La organización de la venta al público y las reglas establecidas para ello, no fueron necesariamente las más lógicas o sensatas. Dentro del Teatro habían alrededor de 8 personas vendiendo los boletos. Sin embargo, las filas para comprar eran de varios miles de personas por lo que el proceso fue sumamente lento.El gallo pelón
Encender la Navidad
ARNALDO ROCHE RABELL Y SU LEGADO INMORTAL
Ayer amanecimos con la triste noticia de la partida física del pintor Arnaldo Roche Rabell. La noticia de su padecimiento de cáncer de pulmón nos tomó a muchos por sorpresa. Siempre lo llamé por su apellido, Roche. Así lo conocí allá para 1979. En esa época llevaba a penas un año en la universidad. Por cosas del destino comencé a “janguear” con un grupo de locos creativos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico. Arnaldo Roche Rabell era parte de ese grupo.