Dedicado a el violinísta prodigio puertorriqueño Fermín Andrés Segarra

La música es vida....Vuela con todo tu corazón, transporta lo bello, ama el cambio, perpetua la felicidad.

Aterrizando en la imagen del violinista sublime, de Chagall, le ví. Transitando la ciudad llegó contenido, a través de un momento vívido y lo pensé completo nuevamente.Observando la imagen... pensaba que andabas en tu mundo azul de parches celestes y círculos difuminados. Estarías sentado en tu silla de madera de colchón cuadrado tocando el barnizado violín. Con tu mano blancuzca, delicada sujetando el arco... barita mágica para producir la música.

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"Escribimos para saborear la vida dos veces,

en el momento y en la retrospección."

Anaïs Nin

Nos gusta saborear la vida y nos gusta respirarla gustativamente. Escribir...es como no tocar conscientemente ni cortar una flor para mañana;  es admirarla y ver su belleza viva.

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Dedicado a los músicos que interpretan
instrumentos de viento y nos hacen sonreír...

Somos aire... Somos éter. Sólo vinimos al mundo transparente para ver... Para aprender a ver los colores. Aprender de ellos, y construir con ellos, coloreando el presente.

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Dedicado a la memoria de Norma Salazar... incansable defensora jubilosa de la cultura. Porque te conocí de niña y te bese hace poco… gracias por defender el Folclor. Amante de Santurce.

La Calle Loíza ha sido desde tiempos remotos una ruta recta llena de espirales. Matizada por sus contrastes, sus inmigrantes, su población flotante y diversidad de etnias, que cohabitan pacíficamente, en este ecosistema ciudadano mágico. Imaginario de realidades en movimiento. El camino trae sorpresas en cada rincón singular caribeño. Conviviendo en tolerancia y una vibrante actividad que atesora su singularidad en su trayecto.

Imagino la Calle Loíza y sus caminantes ancestrales, andando hacía Loíza Aldea, llevando las historias folclóricas de las polleras, los verduleros, los cuentos de amores allí surgidos, de las ferreterías que ayudaron a construir edificios hermosos, y ahora deshabitados y vacíos. Llenos de murmullos pasados, que quieren reflorecer. El camino trae sorpresas. !Imaginando nueva vida! Camino peatonal amigable, el cual enlaza cada paso, lleno de gente diferente. Como el hombre del quiosco de la esquina, que vende frutas y luego de la lluvia, se seca el rostro con una toalla, viendo los mangoes esparcidos por el rocío.

Libertad y aceptación de razas, sinagoga, sonrisas griegas y dominicanas, argentinas, cafés budistas. Escuelas con energía fresca y cines abiertos al aire libre. Cultura compartida. Siempre algo nuevo. Aromas que se escapan y música refrescante. Energía y olores que se mezclan sensorialmente en libertad de espacio. Memorias del camino sabio que junta gente en momentos y así mismo se bifurcan y se desvanecen.

El camino también trae gente nueva con pasiones, sueños y construcciones. Las almas prevalecen, queriendo hablar desde los edificios abandonados con recuerdos de fotos viejas. Un suspiro por el capital social de enlace constructivo que desea en el presente fortalecerse. Albergando nuevas ideas y renacimiento.

Los espíritus viejos estarán sonriendo, en cada rincón especial. El camino singular que contiene historia la cual, desea ser compartida. Donde se aúnan energías sensacionales de seres en la magia del microcosmos isleño. Nada es igual, siempre hay sorpresas en el andar.

Quiero escuchar el silbido agudo del vendedor pregonero que grite sonriendo: "Azucenas". Y que celebren sus Fiestas de la Calle Loiza, las futuras… dedicadas a Norma. Imaginando Santurce en el hoy.

Azucenas para celebrar la vida.

Y llegó el día en que el riesgo de permanecer hermético,

en un capullo, era más doloroso que el riesgo que toma florecer.

Anaïs Nin.


El respirar nos ha hecho escribir. Escribir en tinta para plasmar y vociferar, el sentir del querer no abortar la Patria. Los héroes son los que se quedan.

La tinta, la cual se seca rápido, se ha curveado. Para ser escrita en el papel y el libro, y llevarlo lejos en el bolsillo, al partir. Los amores sanguíneos se han ido lejos. Es cuestión de tiempo...han partido hacia lo recóndito, a otras tierras diaspóricamente. Obsevando desde lejos. Cada cual con su misión, la cual es respetada.

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En muchos lugares en el mundo académico, todos los días son Día del Descubrimiento. De ahí, que muchos regresen a hacer la misma investigación sobre el mismo tema muy a pesar de que algunas de nosotras ya la hicimos hace muchos años. Ese es el caso de Pedro Juan Soto y su obra. Mientras asistía a Bryn Mawr College en Pennsylvania entre 1974 y 1978, mi profesor de aquella época, John Deredita, al oír que yo quería escribir sobre tres novelistas puertorriqueños y el tema del compromiso social, me sugirió que buscara las obras de Pedro Juan Soto. El Profesor Deredita había trabajado con Soto en SUNY Búfalo, Nueva York,  y le tenía gran admiración. Así comencé mi viaje a indagar en las obras de este maravilloso e incomprendido ser puertorriqueño.

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El Santo del Monte ha subido a la cima a ver si encuentra alguna jadeíta, que haya caído del espacio. Pero su cometa deseado no pasó, ni arrojó el material añorado. Será porque el Santo del Monte en su ego furioso, escaló al monte habíendo olvidado los rostros y los nombres de quienes están llenándole el bolsillo.  Cuando ya se le olvidó tu rostro y tu nombre,  tu vida es un dólar para su bocado insaciable. Territorios y revelaciones.

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"La tierra sonríe en las Flores" 

Ralph Waldo Emerson 


A Ivette Sala


Por si nos quedan  las dudas de la majestuosidad de una flor proveniente de la semilla, la cual se traduce en crecimiento, en tallos altos embatiendo el viento. Las flores.....las flores nos avivan el ser. Delicadas y fuertes embistiendo agua sol  y sereno. Contentas con el rocío, las silvestres, como las margaritas bailan en la tempestad. 

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