El gobierno títere colonial de Puerto Rico, en su afán anexionista, solo aspira a desmantelar la Nación. Para ello recurre a la venta de nuestro país a las manos de los gringos. Es una continuación de la política de “un Puerto Rico sin puertorriqueños(as)” del gobierno efímero de Ricky Rosello, al cual el pueblo, indignado y movilizado, logro sacar de la Fortaleza en el verano del 2019.
La junta de control fiscal, impuesta por Washington y Wall Street, en completo menosprecio a la identidad de nuestra Patria, y a su verdadera posibilidad de desarrollar sus fuerzas productivas, auspician esa entrega, pues sirven a esos intereses extranjeros y no al pueblo de Puerto Rico.