Política

La Historia ha querido que Escocia y Catalunya celebren (o pretendan celebrar) un referéndum para decidir si se hacen independientes cuando se cumplen 300 años de su incorporación a los reinos de los que ahora forman parte. Pareciera que las historias de ambos países tendrían que ser similares, pero podemos encontrar tantos parecidos como diferencias. En 1707, el Parlamento escocés decide la incorporación al Reino Unido y la propia disolución. En 1714, las tropas franco-castellanas entran en Barcelona y, al poco tiempo, se suprimen todas las instituciones propias de carácter representativo, así como muchas de las instituciones pluriseculares, para someterlo todo a la Ley y la administración de matriz castellana.

No nos llamemos a engaño. El mundo frente a nosotros, ese que en esta semana tendrá eventos cruciales, afectará el destino nuestro, aquí en Puerto Rico, en el Caribe. Como bien hemos apuntado en este diario, El Post Antillano, algo ha pasado que las relaciones de diálogo y fuerza con la metrópoli, Washington, han cambiado. El pasado no es como el presente. Pero de igual forma habrán de cambiar y, tal vez, de forma aún más radical si no le prestamos atención a los eventos internacionales de esta semana.

Nuevamente, como ha sucedido a lo largo del presente año, la prensa comercial de los EE. UU. publica un anuncio en el cual describe que Puerto Rico, bajo la presente administración de Alejandro García Padilla, ha sucumbido en convertir a la Isla en un nido de políticos corruptos, en la tradición de lugares perversos, según ellos, como América Latina y, en particular, como Venezuela. Deploramos y repudiamos dicho anuncio. Nos parece que el mismo, en adición a representar una cosmovisión racista y prejuiciada en torno al otro u otra latinoamericano, es además un asalto contra la dignidad colectiva e individual de los puertorriqueños. 

El talibán boricua es el nombre que le han asignado los medios de comunicación a José Padilla, un puertorriqueño de Chicago que fue acusado de conspirar para realizar actos terroristas. Ayer, un juez federal de Florida sentenció a este boricua a 21 años de prisión luego de que un tribunal apelativo indicara que la sentencia original de 17 años fue muy leniente. Este caso ha llamado la atención del mundo entero, pues cuando Padilla fue detenido en el 2002 el presidente George W. Bush lo designó como un combatiente enemigo. Dicha clasificación, bajo el derecho internacional, tenía el efecto de colocarle en un limbo jurídico. El combatiente enemigo es la máxima expresión de esa otredad tan temida por un pueblo como el de los Estados Unidos.

Santo Domingo- A año y medio de las presidenciales aumenta la actividad política en República Dominicana donde hoy (ayer) una nueva encuesta habla de un virtual empate técnico entre dos figuras que no han sido declaradas oficialmente candidatas.

Si alguna vez en los Estados Unidos hubo cautela en el mundo mediático publicitario para no mostrar hostilidad hacia grupos étnicos tales como los latinos, entienda usted que esta cautela se la llevó el viento. El viernes un oscuro grupo de cabildeo llamado el American Future Fund pautó un anuncio de página entera en el prestigioso (y muy republicano) periódico The Wall Street Journal. El infame anuncio acusó al Gobierno de Puerto Rico de ser un gobierno corrupto que a través de acciones ilegales rehusa pagar su deuda externa.

Por 30 años y a veces de forma silenciosa, el Departamento de Inglés de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico ha estado publicando la revista Sargasso. Se trata de una revista arbitrada por pares, es decir, formalmente académica, fundada entre otras personas por el distinguido crítico de arte y dramaturgo, Lowell Fiet. Hoy, tres décadas después y contra viento y marea, la revista continúa siendo publicada.

Toda actividad performática que genere una figura política, por su deber de ser sujeto representativo del pueblo, construye un caleidoscopio ya no solo por la inevitable producción de opinión pública que como causa y efecto edifica un ensamblaje completo de reacciones sino que se comienzan a asumir posiciones sobre cuán cerca o no está de uno ese símbolo performático. Pasó con el reto del cubo de hielo, ha sucedido con las propuestas de ayunos municipales por parte de alcaldes, pasa con el “performance” del representante Manuel Natal de vivir “al mínimo” para concienciar sobre la desigualdad social en la Isla y seguirá ocurriendo mientras la persona pública se mantenga como hacedor de acciones alegóricas.