La clase dirigente boricua pro la relación con Estados Unidos, ya sean los miembros del Partido Popular Democrático (PPD) o el Partido Nuevo Progresista (PNP), está hoy en crisis. Ambos añoran la relación con el poder metropolitano, de forma paternal y protectora, la cual en el día de hoy no está. Puerto Rico atraviesa por una crisis financiera a nivel estatal, que tiene implicaciones en la calidad de vida de los boricuas y, sobre todo, que empieza a incidir en el futuro mismo de la nación caribeña. Puerto Rico está en crisis, pero no está solo. El hecho de que el Gobierno de Washington, el poder metropolitano, no esté mostrando ningún interés por producir un rescate financiero no quiere decir que el País esté convocado al colapso. El País aún cuenta con una identidad unitaria, a partir de la cual puede surgir una opción: en la nación puertorriqueña yace una posible solución.