Cine Caribe

Es una película por la cual un actor casi del montón, se ganó el Oscar para la mejor actuación masculina. Nada, un dato.  Un dato que motiva a cualquiera a ver la película, la cual, uno sin saberlo o ya en conocimiento, se la tiene que vivir, desde el dolor y la agonía.

The whale (Dir. Darren Aronofsky, EE.UU., 2022), versa sobre la historia de un hombre con obesidad mórbida, Charlie (Brendan Fraser), un profesor universitario quien toma control de su vida profesional a partir de ofrecer curos a distancia, en los cuales sus estudiantes prenden la cámara, no así él.  No la prende, pues no desea que sus  estudiantes conozcan su condición física.

Hay que ver esta película, 31 años después, por el actor principal. Nacimos el mismo año, nuestras vidas han sido un poco distintas.  Pero él y yo coincidimos en algo: somos patriotas. Es uno de los actores que con un cine de gran diversidad, le ha dedicado más tiempo a honrar a su ejercito nacional.  Yo mientras, hasta el sol de hoy, le he dedicado mi vida a luchar por la independencia nacional. Es una pena, que él y yo no nos comprendamos.

Mientras siga actuando, lo seguiré viendo. Es el actor que más influenció mi generación, por su capacidad en todo momento de deslumbrarnos con actuaciones a veces similares, pero en muchos casos en cambio de paradigma.  Su genialidad ha sido su consistencia.  Su genialidad ha sido, que en muchas cosas es un tipo normal. Su genialidad ha sido, que se comporta como un neoyorquino,  pensando siempre y actuando a partir de su propia vida en proyectos de vida multicultural.

Es una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. Es un filme, sumamente sencillo. Simplemente es un hermoso filme de la sencillez de la vida: ¿debemos de ser amigos? La respuesta es este hermoso filme, galardonado con múltiples premios, que nos afirma que sí, pero a partir del respeto de la dignidad.

Que nadie se llame al engaño. Se trata de una película más, muy sencilla, que busca entretenernos. Algo sencillo, que es importante verla, sobre todo en un vuelo trasatlántico, y que busca pasarlo bien mientras el avión confronta turbulencias, y más que nada, luego de ver una película que entristece, ver esta película es un oasis. A bailar, to´el mundo a bailar.

He sido seguidor de ellos. Desde que tengo uso de razón, “oigo una voz que me dice”, y también participo del “jala jala”.  Pero más que nadie, escucho a “Juan…” por que se sé que “el papá le dijo, al verlo llegar”. Entonces, pienso en  “mi mayoral”, y me distanció, pero pienso nuevamente en “en el sonido bestial… y viene Ritchie tocando como bestia”. Nada, que a lo largo de mi vida, fue la primera orquesta de Salsa que conocí, cuando en el 1974 se presentaron en la Iglesia/Academia Discípulos de Cristo en la calle Comerío de Bayamón, y yo, un niño tenía que ir a escucharlos como parte de mis deberes académicos. Allí se convirtieron por primera vez en Puerto Rico al cristianismo. Y nosotros pensando en el sonido bestial…

La vi porque no había nada más que ver en la casa de hospedaje donde pernoctaba cuando me encontraba fuera del país. La ví doblada, como se hace con toda película en el país anfitrión donde me encontraba.  Sin mucha esperanza, me pareció curiosa. El final me recordó que era tan solo un filme. Tan solo un filme

Where the crawdads sing (Dir. Olivia Newman, EE.UU., 2022), es una película dirigida, escrita y producida por mujeres.  Es más, es un narrativa femenina, donde el eje de la película también es una mujer. Es casi toda perfecta, si uno cree en la justicia de género. Ahora bien, al final tiene un guiño que te hace repensar la cosa.