Después de acceder a la médula ontológica, abrimos otro ciclo en el umbral de tu voz, como si fuera la antesala de la casa del silencio para volver al principio. Y esto aún cuando hoy se hacen invisibles tanto la ecuación de causa y efecto que lleva todos los días a Papo Impala a gritar desde los espacios de color cerrado en la esquina de siempre: “¡Ya vienen a buscarme!”, delirando después de ver en Reyerta TV una de las temporadas de crímenes domésticos y cuentos traidores, entretejidos en violencias cotidianas de malasangre vislumbradas por una muñeca menor, con pasión y libertad, con eso de no me quieras y autopsias de exquisito cadáver, que entre el delirio y la esperanza, cual si fueran piropazos tienen como valor añadido las peores intenciones transmutadas en anzuelos y carnadas que lanzadas al mar atraparon un pez de vidrio de la extinta especie que en felices días tío Sergio describía como peces emplumados en el más profundo hemisferio de la sombra.
Creativo
Entre cuervos, escuchaba la melodía
Entre ruidos, escuchaba con claridad las melodías que el violinista a ritmo de jazz le impartía a la música en el Club Katerina, al norte de la ciudad de Chicago. El ritmo musical se entremezclaba con un ruido que no dejaba de molestar. Se trataba de una pareja de cuervos, los cuales interferían con la claridad de las notas musicales. Se volteó en su cama, cuando recordó que la luz del pasillo siempre estaba prendida. El ruido de las llaves cesó. El carcelero había llegado hasta su puerta junto al que repartía la bandeja de comida.
El demonismo en el Caribe del Siglo XVII: entrevista a Pablo Crespo
Filiberto
Hay gentes
que juran que murió
sobre un charco de sangre,
que las balas
le quebraron
los huesos,Canasta de colectivos literarios: Las Musas Descalzas
Bajo la cama
I.Temblor de sombras
La cama tiembla sombras. No me atrevo a mirar el reloj. Miro al techo y el silencio besa mi frente, mientras me hundo en la almohada. Siento una caricia en los pies, pero no veo a nadie. La cama vuelve a temblar. Faltan algunas horas para amanecer. Cierro los ojos. La caricia regresa ahora a mis piernas, suave sigue hacia las rodillas, llega a mi pubis y jugamos un rato a los manantiales. Abro los ojos no hay nadie. El deseo inconcluso puede más que el miedo y me toco despacio en pequeños círculos. La cama tiembla de nuevo y me asomo debajo de esta.Cenáculos: La literatura de corte social
Uno de esos movimientos que coexiste o se une a los otros es la literatura de sesgo social, cuyos cultivadores muchas veces tocan el misticismo o lo fantástico; nuestras letras se visten entonces de espirales prodigiosas. Siendo nuestra situación política irresoluta, viviendo quizás en la que se podría denominar como la edad más violenta, nuestra poesía erige un contundente testimonio de autenticidad, realidad, denuncia y trascendencia. Al enfrentarse el escritor puertorriqueño con las guerras: la guerra de Vietnam y el surgimiento de La Guerra Fría, surgió en nuestra literatura una conciencia de lo social y de la problemática mundial. El colectivo literario Guajana, fundado por el poeta nacional Vicente Rodríguez Nietzche, sirve de lanzamiento precisamente a ese convertir la literatura en agente de lucha, de provocación, cambio y manifiesto. No es de extrañar que poetas que han estado cerca de los miembros aún activos de este colectivo dieran a luz el proyecto literario Poetas en marcha.