El 17 de julio de 2014, Elir Avivi, un joven israelí se mete en una manifestación antipalestina en Tel Aviv con la bandera palestina colgada al cuello y su kippah en la cabeza. Un reportero de Al-Jazeera lo entrevista.
—Me avergüenzo, —dice el joven de 22 años, ojos azules, piel blanca y cabello del sol, —de mi país. El judaísmo es todo lo opuesto al sionismo. ¡Estamos masacrando a nuestros hermanos y hermanas! Disiento de mi país. No estoy de acuerdo y lo llamaré siempre como lo que es: ¡genocidio!Creativo
Lecturas de verano
Aquelarre de palabras
El existencialista
Palpo
José Manuel Solá: de todas las páginas
“En el ojo humano, la intensidad de la presencia humana se concentra
de manera singular y se vuelve accesible. El universo encuentra su
reflejo y comunión más profundos en él. Puedo imaginar a las montañas
soñando con el advenimiento del ojo humano. Cuando se abre, es comoSanturce de Macoris
La arena estaba caliente a pesar de que la planta de mis pies está acostumbrada a estos trópicos. A lo lejos la laguna promete cangrejos. Más allá el mar con otras orillas. Recuerdo esas costas, las fiestas bajo la luna. Mis aretes, mis paños al viento, el sonido del tambor, el sudor, el baile, la brisa, la dicha.
Después el viaje, la sal, el sol, el mar infinito, la luna y esta orilla. Huir, hacerme invisible entre los mangles, correr hasta sangrar. Hoy todo me es familiar ya estoy aprendiendo su acento al hablar y al andar. Conozco esta tierra y sueno con la otra. En el día trabajo de sol a sol y en la noche, busco soñar con mi otra tierra. Busco soñar con mi gente y su amor. Mi madre, su olor, su sazón, sus guisos, sus ganas de vivir. Por las noches busco el sonido del tambor y el fuego para acurrucarme y descansar.
Testimonio de mujer
A Emilce Strucchi
Andar, andar ligero, seguir…
leer o no un diagnóstico, no altera sus colores:
El silencio blanquea la vida, la muerte
y me visto de negro limpio y prolijo
mientras Van Gogh revoluciona las siluetas
como yo mi destino.
Pregunto al manual de autoayuda:
si habrá distintas categorías de suicidas,
si esta avalancha de recuerdos ahuyenta el destino,
si tan sólo puedo evitar sentir hambre o la angustia de engordar,
tal vez encuentre el póker de ases que temo abrir.
Llevo un pesado cargamento de piel:
de memorias rescatadas, otras perdidas,
de ternuras necesarias,
de pérdidas, dolores;
para construirme y reconstruirme
parada tras parada asomada desde un vagón.
Podría bajarme, rendirme, dejar de andar,
pero huyo de la insignificante libertad del miedo
y respiro la libertad de las decisiones,
sobrevivir de cuerpo y alma.
2007
Crédito foto: Elodie Hunting Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons.