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“El intercambio con los escritores del país y del extranjero fue invaluable. El Festival de la Palabra es una gran celebración de las letras, su alcance, así como su potencial. Espero que tenga muchas ediciones más, que lo sigan apoyando. Antes del festival fui invitada a visitar dos escuelas en Toa Baja, una intermedia y una superior, en las que tuve la oportunidad de despertar la curiosidad, así como el amor por la literatura en los estudiantes. En adición, fue hermoso colaborar con los maestros. Hay tanto por hacer y hay gente trabajando por una mejor sociedad.” Comenta la poeta Karen Sevilla sobre su experiencia en el Festival de la Palabra 2012.
La bata, estilo albornoz, colgaba suelta alrededor de la mujer sentada en la butaca. Frente a ella brillaba el monitor de una ordenadora de palabras, en el que se podía leer: Las garras de los criminales ocultas bajo elegantes guantes…
Mambo Tequila era nuestro gordito maravilla. Diego era porque ya no es. Dejó de serlo. No, él fue, sí pasado, no lo va a ser más. Nos cansamos de él, sí, ya no lo queremos, se fue, se murió. Que por qué te digo todo esto, déjame que te cuente. Como ya verás estoy molesto, no me gustó para nada lo que nos hizo. Resulta que todos crecimos en el mismo barrio. Sí, allí entre la esquina y el vacilón; entre la cortadera de clases, la cervecita, el tabaquito, tú sabes como era, cosas de gente de barrio. Pero él cambió y se olvidó de nosotros.
Querida Elena:
Hace mucho deseaba escribirte. Tu partida, ten la seguridad, fue desgarradora. Los espacios que dejaste vacíos serán muy difíciles de llenar, y mi vida, sin tu presencia, carece de sentido.
Nuestra historia está inmersa en incertidumbre, en un cierto grado de desconcierto y eso impide que exista un desarrollo pleno en nuestra sociedad puertorriqueña.
Cuento de la colección El Caribe en el exilio (Ediciones Coa, 1990)
A Carla, María Isabel y Tatiana.