Batalla de Puebla; pintura al óleo y lienzo de 1870, de autor desconocido. Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de las Intervenciones en ciudad de México

El 5 de mayo de 1862, ya pasada las once de la mañana, las defensas mexicanas en Puebla, viendo el avance de las columnas francesas hacia su posición, emprenden el fuego de artillería sobre sus enemigos. Los franceses, confiados en una fácil victoria y desacatando las recomendaciones de los mexicanos conservadores —sus aliados— de que se atacara directamente la ciudad y no a las fortalezas, se lanzaron hacia los dos fuertes que defendían una de las entradas de esta: Loreto y Guadalupe. Los dos fortines contaban con buena parte de las piezas de artillería con las que disponía el general Ignacio Zaragoza, líder de los mexicanos. Los franceses intentaron al menos tres ataques frontales, todos rechazados, y dieron espacio para que la caballería mexicana, en parte dirigida por Porfirio Díaz, y las milicias locales, llenadas con una gran cantidad de indígenas, quienes combatían con machetes y lanzas, hicieron que las tropas francesas retrocedieran. Al final del día, el Imperio francés había sido derrotado por los mexicanos. Sus bajas —muertos, heridos y prisioneros—sobrepasaron los 500 efectivos; los mexicanos solo 200.

Para los mexicanos fue su primera gran victoria como país independiente. Esta ocurrió en contra de una de las principales potencias del planeta en ese momento. La expedición francesa contaba con sobre seis mil soldados y era apoyada por los militares conservadores mexicanos, que buscaban reestablecer su régimen. Los liberales en Puebla tenían unos cinco mil efectivos y el apoyo de la población local.

Esta victoria repercutió a tal grado que hoy se conmemora y celebra en muchos lugares, especialmente en los Estados Unidos y sus territorios. De hecho, es sorprendente porque en México se celebra con menos ahínco que en su vecino del norte. La efervescencia de esta celebración llevó a muchos estadounidenses y puertorriqueños incluidos— a pensar que los mexicanos celebran su independencia el 5 de mayo. En realidad, esta se conmemora el 16 de septiembre, fecha en que el padre Miguel Hidalgo, en 1810, llamó a las armas a los feligreses de la parroquia de Dolores, en México, para enfrentarse al mal gobierno del Virreinato de Nueva España; acción que es considerada como el inicio de la guerra por la independencia. La misma se consolidó el 27 de septiembre de 1821, cuando las fuerzas independentistas ocuparon la ciudad de México.

Regresando a la batalla de Puebla, aunque esta fue un triunfo impresionante, solo fue uno de los primerosenfrentamientos en el conflicto. Los franceses se replegaron y esperaron refuerzos, unos treinta milsoldados enviados por el emperador francés, Napoleón III. Los franceses, quienes justificaron su invasión a la deuda que los mexicanos adquirieron con ellos para iniciar la intervención, apoyaban la creación de un estado conservador y monárquico que representara sus intereses. Para lograrlo, la nueva expedición regresó a Puebla, luego de capturar algunas localidades, y la ciudad fue sitiada durante dos meses. En esta segunda ocasión, los franceses y conservadores mexicanos prevalecieron, tomando la ciudad entre el 17 al 19 de mayo de 1863. De allí se pasa a ocupar la ciudad de México, la cual había sido abandonada por el régimen republicano. Con la toma de México y el establecimiento de un estado conservador se establece lo que hoy conocemos como el Segundo Imperio Mexicano, teniendo de monarca a Maximiliano de Habsburgo. Su reinado fue del 10 de abril de 1864 al 15 de mayo de 1867, cuando fue derrotado y capturado por las fuerzas republicanas del presidente Benito Juárez. El 19 de junio de 1867, Maximiliano fue fusilado.

Luego de entrar a la ciudad de México, las fuerzas de intervención francesas se consolidaron en el centro de México y continuaron combatiendo a los liberales en el resto del país en una guerra de desgaste que fue desfavorable para la opinión general de los ciudadanos en Francia. La incapacidad para obtener una victoria contundente y rápida que favoreciera los intereses de Francia, el que la Guerra de Secesión estadounidense finalizara y Washington presionara con su Doctrina de Monroe en contra de la intervención extranjera en México,y los reveces de la política internacional de Napoleón III, quién vio como surgía el imperialismo alemán —bajo el liderato del reino de Prusia a expensas de los aliados franceses promovieron la retirada de las tropas de ocupación, las cuales comenzaron a replegarse en noviembre de 1866 y finalizaron su retirada en marzo del 1867. Esto dejó a las fuerzas del presidente Juárez la oportunidad de derrocar a los conservadores y al imperio de Maximiliano.

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Ciudadano, ciudadana, compañeros y compañeras gremialistas y sindicalistas, asalariados y desempleados: ¡Cuidado! ¡El 5 de mayo se deciden muchas cosas que te afectarán directamente! En esas elecciones se decide quién gobernará el país, quién tomará las decisiones en política económica y social. Se decide quién, qué clase social pagará la crisis que deja el gobierno de Cortizo-PRD-Molirena.

O vuelve a gobernar un lacayo de la oligarquía financiera, o un gobierno salido de las luchas populares

El sufragio decidirá si vuelve a dirigir la nación un presidente al servicio de los grandes capitalistas, de los banqueros y comerciantes, de las empresas extranjeras que nos saquean; o si, por el contrario, dirigirá por primera vez en la historia de Panamá un gobierno salido de las entrañas del movimiento popular, de las grandes gestas de julio de 2022, y de octubre y noviembre de 2023.

El pueblo debe decidir si repite el error de elegir un candidato de los partidos políticos de la burguesía, que gobierne contra el pueblo y a favor de los ricos; o si elige un gobierno de los sectores populares que siempre han luchado en las calles, como lo hicieron en julio de 2022, cuando pelearon contra los altos precios de la comida, el combustible y las medicinas; un gobierno de quienes lucharon en las calles contra el contrato minero inconstitucional y vendepatria, en octubre-noviembre de 2023, y que siguen luchando por mejores condiciones de vida para el pueblo panameño.

La votación, el 5 de mayo, va a dirimir si se elige a un gobierno que en el Diálogo de Penonomé representó las voces de las dos alianzas populares y el movimiento indígena; voces que demostraron quiénes eran los beneficiarios de las alzas de precios y cómo funcionaban los monopolios y la oligarquía que controlan la comida y las medicinas; un gobierno que por salir de las luchas y las entrañas del movimiento popular,  dirija teniendo como prioridad una vida digna para el pueblo, que necesita empleo, salarios dignos, agua, seguridad, transporte público, recolección eficiente de la basura y respeto a los derechos humanos de todos y todas.

La otra opción es elegir a un representante de los monopolios del combustible, de la comida y de las medicinas, por lo cual gobernará para que ellos sigan ganando a costa del sufrimiento del pueblo panameño.

El dilema electoral: o se elige a un agente de Minera Panamá, o a quienes lucharon contra el contrato minero

El 5 de mayo se decide si siguen gobernando los vendepatrias al servicio de la minería metálica que amenaza nuestra naturaleza: como “Gabi” Carrizo (abogado de Petaquilla Gold); como Rómulo Roux (abogado de Minera Panamá); como J. R. Mulino (que con Martinelli disparó a los indígenas que se oponían a la venta de Cerro Colorado, en 2011); como Ricardo Lombana (cuyo vicepresidente Michael Chen apoyó el contrato inconstitucional); como Martín Torrijos (que aprobó el contrato minero original en 1997 siendo viceministro de Gobierno de Pérez Balladares y luego como presidente de la república mantuvo el contrato sin cambios); como Melitón Arrocha (que apoya la continuidad de la mina de Donoso).

Tu voto decide, por el contrario, si gobiernan Maribel Gordón y Richard Morales, a los que viste luchando en las calles consecuentemente contra el contrato minero, desde el primero hasta el último día, y que, por ello, serán consecuentes en hacer respetar la voz del pueblo que gritó: ¡El oro de Panamá es verde!

¿Quién debe pagar la crisis? ¿El pueblo como siempre, o los millonarios?

Compañero, compañera, usted sabe el estado desastroso en que Laurentino Cortizo y el PRD-Molirena dejan la economía panameña: un altísimo endeudamiento público (más de 50 mil millones de dólares) pero que nadie sabe en qué se lo han gastado, pues la basura no se recoge, gran parte de las ciudades no tienen agua, los metrobuses están dañados, las calles están rotas, no hay medicinas, las jubilaciones se tambalean, no hay empleos, las escuelas están destartaladas.

La crisis es de tal nivel que las instituciones al servicio del capital financiero internacional dan voces de alarma y quitan el “grado de inversión” a Panamá, lo cual habitualmente no nos debe preocupar a los asalariados, pues es un criterio que solo beneficia a los banqueros. Pero el problema es que esos pronunciamientos vienen acompañados de una palabreja que es una amenaza contra la clase trabajadora y los pobres: “austeridad”.

No nos engañemos, la “austeridad” no va a ser para los ricos, la austeridad no va a ser para parar la corrupción, la austeridad no va a ser para detener los negociados entre políticos y empresarios si gobierna un presidente al servicio de los capitalistas, la austeridad va a ser contra los y las trabajadores, contra los empleados públicos, contra los educadores, contra los servicios públicos (agua, basura, transporte), contra la salud y la educación.

Si gobiernan los Carrizo, los Mulino, los Torrijos, los Roux, los Lombana, los Arrocha, el sufrimiento para el pueblo panameño va a ser peor de lo que ya es con Cortizo, pues el plan de austeridad va a ser hecho contra los de abajo, los explotados. Van a ser despedidos miles de empleados públicos, se va a atacar a los gremios y sindicatos, no va a haber dinero para educación y salud, pues se lo van a gastar en pagar deuda a los bancos a costa de los derechos sociales.

¡Qué la crisis la paguen los ricos y las empresas exoneradas!

Hay una sola propuesta que puede evitar que los platos rotos de 35 años de pésimos gobiernos neoliberales los pague el pueblo panameño: la nómina Gordón-Morales, porque es la única que propone resolver los problemas sociales haciendo que los recursos salgan de los bolsillos de los que más tienen, mediante una reforma fiscal: que encarcele a los evasores que se roban los impuestos; que haga pagar impuestos al montón de grandes empresas nacionales y extranjeras que lucran de la posición geográfica y están “exoneradas” de impuestos (como los puertos, Zona Libre de Colón, las Zonas Especiales, etc.); y que paguen más impuesto sobre la renta quienes más ganan.

Esa es la disyuntiva que se decide el 5 de mayo: o la crisis la paga el pueblo, como siempre; o la crisis la pagan las grandes empresas transnacionales y nacionales, así como los millonarios. Sólo hay una opción capaz de luchar por la segunda posibilidad: la nómina de Maribel Gordón y Richard Morales. Los demás hace promesas bonitas, pero terminarán engañando a sus votantes, como siempre.

Cuidado con la trampa de Lombana

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El año 1867 fue uno de turbulencias políticas que afectaron grandemente la situación política de Puerto Rico. El 7 de julio de ese año, estalla un motín entre las fuerzas de artillería que defendían la ciudad capital; el motivo, su exclusión de beneficios a los que otros componentes de esta rama tenían derecho en la Península. El gobernado de turno, el general José María Marchesi, quién mantenía un estado de alerta por la posibilidad de una revuelta, ya tenía planes preparados para la eventualidad de que se produjera algún tipo de alzamiento. Unos años antes, en 1865, España había sido expulsado de Santo Domingo, luego de dos años de guerra.

Al darse el motín de las fuerzas españolas en San Juan, se dio la excusa necesaria al gobierno colonial de comenzar a perseguir a los separatistas y liberales, que pretendían conseguir mayores libertades para la Isla. El gobernador Marchesi tenía preparado un listado de reformistas y posibles separatistas que debían presentarse a las autoridades coloniales y ser desterrados. Dentro de ese grupo se encontraban Ramón Emeterio Betances y Segundo Ruiz Belvis. Otras órdenes de destierro fueron dirigidas a Pedro Gerónimo Goyco, Julián Blanco Sosa, Carlos Eliot Lacroix, Vicente María Quiñonez, Luis de Leiras, José Aguileras, Vicente Rufino Goenaga y Félix del Monte, entre otros. En el caso de Betances y Ruiz Belvis, estos decidieron escapar antes de entregarse a las autoridades. Su plan inicial era lograr llegar a la isla de San Tomás en Islas Vírgenes, que en ese momento pertenecía al Reino de Dinamarca.

Con la ayuda de varios puertorriqueños afiliados a la causa liberal, Betances y Ruiz Belvis logran partir en una pequeña embarcación desde Guánica. Durante el viaje tuvieron problemas con la embarcación que los llevó a detenerse en el islote de Caja de Muertos. Desde allí y con la ayuda de otros liberales ponceños logran llegar hasta el hogar de Fernando y Francisco Calder, cerca de la costa de Lajas. Allí se refugian durante tres días, recibiendo colaboración de Francisco Vélez Pagán, Liborio Pagán y Buenaventura Quiñonez.

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En 1885, Joseph-Anténor Firmin, miembro de la delegación diplomática de Haití en París, publicó una obra titulada De l'Égalité des Races Humaines (Sobre la igualdad de las razas humanas). La obra fue una reacción a las ideas y teorías racistas que estaban dominando el ambiente antropológico y científico de la época y que establecían la superioridad de la raza aria sobre la raza negra y las demás existentes según se tenían establecidas. El planteamiento de Anténor Firmin era uno contrario a esta idea. Para Firmin ninguna raza estaba por encima de otra. Cada una de ellas estaba dotada de cualidades y defectos, pero no existían factores que determinaran el fracaso o el dominio de unas sobre otras. Su teoría, muy controversial en ese momento, fue dejada a un lado por los estudiosos de la época, aunque Firmin la podía sustentar con datos empíricos e históricos. Su obra quedó invisibilizada y no fue hasta casi 100 años luego que vino a resurgir y ser expuesta al mundo entero.

Firmin nació el 18 de octubre de 1850 en Cabo Haitiano, una ciudad y puerto en la costa atlántica de Haití. Su educación formal la realizó en su país natal. Allí tuvo la oportunidad de tener una educación de altura que incluyó la lectura de los clásicos, así como acceso a la literatura científica contemporánea. Su desempeño en las letras lo llevaron a ejercer de maestro a los 17 años, aunque continuó estudios en contabilidad y leyes. Laboró como empleado de la Aduana y en la empresa privada. Su capacidad humanística lo llevó a enseñar griego, latín y francés. En Cabo Haitiano, dado a su interés en la política y como miembro del Partido Liberal, fundó el periódico Le Messager du Nord. En 1879, Firmin aspiró a una posición en el parlamento nacional, pero no es elegido. En cambio, fue seleccionado para representar a Haití en la celebración del centenario de Simón Bolívar en 1883. Al año siguiente (1884) llegó a Francia como diplomático y es invitado a pertenecer a la Sociedad Antropológica de París.

En la Sociedad Antropológica de París, Firmin vivió de cerca el racismo que predomina en la comunidad científica y antropológica. De hecho, las actas de la Sociedad Antropológica evidencian que en solo dos ocasiones tuvo la oportunidad de exponer argumentos en contra del racismo. No obstante, utilizó las letras para expresar sus ideas y de allí surge una voluminosa obra que es titulada De l'Égalité des Races Humaines (De la igualdad de las Razas Humanas). En ella se establece que las razas humanas están en igualdad de condiciones y que es un mito la existencia de superioridad de alguna sobre las otras. La obra contenía sobre 660 páginas y presenta de manera empírica y con información histórica los argumentos de Firmin. De l'Égalité des Races Humaines fue recibido por la Sociedad Antropológica, aunque nunca hubo una reacción sobre ella. Firmin continuó participando en las reuniones de la Sociedad y realizando sus labores diplomáticas hasta que en el 1888 regresó a Haití.

En los siguientes años, Firmin ocupó varias posiciones en el gobierno de Haití, entre 1889 a 1891 fue ministro de agricultura y de relaciones exteriores. El papel que desempeño en el sonado caso de Môle Saint Nicolas (1891) y su defensa a la soberanía haitiana sobre los intereses estadounidense son bien reconocidos en su país. Entre 1896 a 1897, nuevamente, ocupó el puesto de ministro de relaciones exteriores, finanzas y comercio.

Es importante reconocer que Firmin era partidario a la confederación antillana. También fue uno de los propulsores del Primer Congreso Panafricano celebrado en Londres del 23 al 25 de julio de 1900.

En 1902 intentó obtener el puesto de presidente de Haití, pero no lo logra. De allí sale exiliado hacia San Tomás (Islas Vírgenes), donde muere en 1911.

La figura de Anténor Firmin es reconocida en Haití, sin embargo, algunos de sus escritos quedaron en el olvido. En el caso de la obra De l'Égalité des Races Humainesesta quedó básicamente engavetada y fueron pocas las copias que se preservaron. Carolyn Fluehr Lobban nos indica que, en 1988, mientras daba una clase sobre raza y racismo en Rhode Island College un estudiante haitiano, Jacques Raphael Georges, le preguntó si conocía la figura de Anténor Firmin. Su contestación fue en negativa, pero le llamó la atención la información recibida por el estudiante. Años luego, en 1994, Fluehr Lobban conoció a Asselin Charles, un académico haitiano que, aunque conocía a Firmin, no había visto el libro en referencia.

Con la curiosidad académica que pudiera caracterizarlos, ambos se dispusieron a tratar de encontrar una copia de la obra. Charles fue el afortunado, dado a que encontró un ejemplar en los archivos del Instituto Smithsonian. La magnitud de la obra llevó a que ambos académicos se aliaran y le hicieran conocer al mundo angloparlante las ideas avanzadas y revolucionarias de Firmin. Contrario a lo que Charles y Fluehr Lobban pensaban, la obra había sido publicada en Haití en 1968 por la editorial Panorama y en 1985 salió otra edición con Fardin, aunque ambas en francés.

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El pasado 24 de abril se conmemoró el 59 Aniversario de la Revolución Constitucionalista en la hermana República Dominicana.  Cuatro días más adelante a dicha fecha, el 28 de abril, el pueblo dominicano tambiénconmemora el inicio de la resistencia que transformó el levantamiento armado contra el triunvirato golpista impuesto al país tras el derrocamiento del gobierno constitucional del presidente Juan Bosch, en un proceso revolucionario antiimperialista. Entonces, el pueblo en armas se lanzó a las calles de Santo Domingo defendiendo la soberanía nacional y enfrentando una vez más, por segunda ocasión en su historia patria, a las hordas invasoras estadounidenses.

 

La Revolución Constitucionalista como también se le llamó, se prolongó por varios meses extendiéndose parcialmente a algunas otras localidades fuera de la Capital. Finalmente, el 31 de agosto de 1965, fue suscrita el Acta Institucional. Con ella concluyó la insurrección cívico militar librada por el pueblo dominicano dirigida en su origen a restablecer el orden constitucional usurpado por las Fuerzas Armadas tras el golpe dado al presidente Juan Bosch.

 

Los antecedentes al golpe militar, sin embargo, tenemos que trazarlo, sin perder las perspectivas sobre las circunstancias que vivió la República Dominicana a partir del año 1930. En ese año Rafael Leónidas Trujillo Molina asumió el poder político en el país concluida la intervención militar estadounidense, que se prolongó entre los años 1916 a 1924.

 

Con Trujillo dio inicio una de las más cruentas dictaduras en la historia de este país y ciertamente de América Latina. Ésta se prolongó por poco más de tres décadas hasta su muerte el 30 de mayo de 1961. Durante esos años, en medio de una orgía de sangre y muerte que costó la vida de más de 50 mil personas, Trujillo se apropió de la vida, de las instituciones de gobierno y de la economía del país, estableciendo un monopolio total sobre la República Dominicana del cual los únicos beneficiarios eran él, su familia y sus colaboradores más cercanos.

 

La represión de la Dictadura contra toda voz disidente fue tal, que miles de dominicanos y dominicanas fueron torturados, asesinados o forzados a abandonar el país en aras de proteger sus vidas y esperanzas. Su gobierno, sostenido y legitimado por Estados Unidos, instauró una política racista, particularmente contra el pueblo haitiano, con el cual la República Dominicana comparte la isla de la Española. Como parte de las medidas adoptadas contra los haitianos residentes en la frontera entre los dos países, las Fuerzas Armadas dominicanas, entre el 28 de septiembre y 8 de octubre de 1937, llevaron a cabo el genocidio de entre 15 mil a 20 mil haitianos en lo que se conoce como la Masacre del Perejil.

 

La Dictadura de Trujillo comenzó a desmoronarse finalmente, luego de languidecer por varios años, a raíz del ajusticiamiento contra el dictador llevado a cabo por dominicanos mientras éste se desplazaba en su vehículo desde la capital hacia la ciudad de San Cristóbal.

 

Fueron muchos y diversos los esfuerzos de patriotas dominicanos para el derrocamiento de la Dictadura, como también fue pródiga la solidaridad internacional brindada a los patriotas dominicanos.

 

Durante décadas nuestro territorio nacional, al igual que el de nuestra hermana Cuba, recibieron cientos de exiliados dominicanos, muchos de los cuales hicieron toda una vida, ya fuera en suelo puertorriqueño como cubano. Desde el exilio, muchos de ellos se integraron a las luchas anti trujillistas que desde el exterior contribuían a sostener la resistencia interna a la Dictadura. Aquí en Puerto Rico personas como César Romero, Ángel Miolán, Germán Ornes, Leovigildo Cuello Hernández y su esposa Carolina Mainardi y el Dr. Emiliano Nina, por solo mencionar algunos entre tantos otros, dejaron impresa su huella como exiliados, como patriotas y como luchadores que nunca renunciaron ni claudicaron en sus principios.

 

Las huellas de ese exilio dominicano en Puerto Rico, dentro de sus complejidades y contradicciones inevitables, las narra en su libro Exilio y Memoria en la era de Trujillo, el Dr. Walter R. Bonilla. Se trata de la interpretación del valioso testimonio legado por escrito por estos luchadores de sus realidades existenciales y materiales, como también de sus vicisitudes y esperanzas. El Dr. Bonilla nos ofrece también en otros libros igualmente interesantes y abarcadores del periodo post trujillista, importantes datos sobre la insurrección constitucionalista de abril de 1965 y el papel jugado por Puerto Rico en esos tiempos como parte de la política que orientaba el Partido Popular Democrático, Luis Muñoz Marín y el Departamento de Estado de los Estados Unidos. El primero de estos otros libros se titula La Revolución de Abril y Puerto Rico; y el segundo, La Revolución Dominicana de 1965 y la participación de Puerto Rico. Se trata de textos imprescindibles para el entendimiento de este período.

 

Otro texto sin publicar aún, pero no por ello menos interesante, resulta ser el trabajo ensayístico preparado por el amigo Orville Miller, titulado Los dominicanos y Albizu Campos. Se trata de un relato familiar donde el autor recoge sus vivencias en torno a la persona del Dr. Leovigildo Cuello Hernández y su esposa, doña Carolina Mainardi de Cuello. Sobre este matrimonio gira también el capítulo cuatro del primer libro citado del Dr. Bonilla donde, además, a través de esta familia, nos inserta en la experiencia del grupo expedicionario que desembarcara en 1947 en Cayo Confites para el desarrollo de la lucha armada contra la dictadura trujillista.

 

Por su parte, Félix Ojeda Reyes, en su obra El libro de los Héroes, 1959, Boricuas contra Trujillo (2020), narra la historia de aquellos 125 combatientes revolucionarios que llevarían la lucha armada contra Trujillo en el vuelo que aterrizara como parte de las expediciones, en la zona de Constanza el 14 de junio de 1959; y en el desembarco por las playas de Maimón y Estero Hondo el 20 de junio de 1959. Es significativo señalar que 84 de estos combatientes, luego de sus capturas, fueron fusilados en el Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), ubicado en la Base de la Fuerza Aérea en San Isidro, localizado en las afueras de la capital dominicana.

 

Entre aquellos combatientes muertos en este intento de derrocamiento de la Dictadura Trujillista se encontraban los puertorriqueños residentes en la diáspora David ChervonyPreciado, Moisés Rubén Agosto Concepción, Luis Ramos Reyes, Luis Álvarez, Gaspar Antonio Rodríguez Bou y Miguel Ángel Vallejo, este último hijo de padre puertorriqueño y madre dominicana.

 

Como indicamos, el ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo se produjo el 30 de mayo de 1961. Luego de un período con varias iniciativas políticas en la transición a la llamada democracia, caracterizadas por huelgas generales de la población, intentos de golpes y auto golpes entre los sectores sobrevivientes de la Dictadura; se produjeron las elecciones de 20 de diciembre de 1962. En ellas, Juan Bosch, como candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), derrota a Viriato Fiallo, el candidato de la Unión Cívica Nacional (UCN). En el triunfo de Bosch jugaría un papel importante el uso de la radio como vehículo principal de comunicación con los sectores populares.

 

A la toma de posesión de Juan Bosch asistieron, como símbolo del nuevo periodo que se iniciaba, los representantes de la llamada izquierda democrática latinoamericana, los presidentes Rómulo Betancourt de Venezuela, José Figueres de Costa Rica y el gobernador Luis Muñoz Marín de Puerto Rico.

 

En el corto tiempo que duró el gobierno encabezado por Bosch, se produjeron dos acontecimientos importantes: la aprobación el 29 de abril de la Constitución de la República Dominicana, y la Reforma Agraria de 16 de mayo, ambos de 1963.

 

La joven democracia representativa en República Dominicana fue tronchada por un nuevo Golpe de Estado militar el cual instaura un Triunvirato. Desde el interior del país surge una fuerte resistencia popular, movilizaciones y acciones guerrilleras; mientras desde el exilio, en Puerto Rico, los presidentes del PRD y del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), firman el 30 de enero de 1965 el Pacto de Río Piedras, donde se establece el compromiso de impulsar el regreso inmediato a la constitucionalidad.

 

El 24 de abril de 1965, estando Juan Bosch refugiado en Puerto Rico bajo la protección de Luis Muñoz Marín, José Francisco Peña Gómez, dirigente del PRD en la República Dominicana, hizo un llamado en la radio a que elpueblo a tomara las calles proclamando el fin del Triunvirato. La negativa de sus integrantes a abandonar el poder y el reconocimiento de que, en dos importantes destacamentos militares, los soldados, proclamando el regreso a la Constitución de 1963 se habían alzado, lanza a las calles a la población en armas contra el Triunvirato.

 

El 26 de abril tropas del Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas (CEFA) ubicadas en la Base Aérea de San Isidro cercana a la capital, atacan por aire el Palacio Nacional y desplazan unidades blindadas por tierra en dirección al Puente Duarte, que cruza el Río Ozama. Allí la población se había agrupado para impedir el acceso por tierra de los militares a la ciudad. Varios oficiales constitucionalistas bajo la dirección de un coronel de nombre Francisco Alberto Caamaño Deño, se dirigieron a organizar al pueblo para la defensa del Puente Duarte. Ese coronel, que en aquel momento se convirtió en símbolo de la defensa de la soberanía nacional del país y en portaestandarte del respeto a la Constitución derogada por los golpistas, será varios días después juramentado como Presidente Constitucional provisional en momentos en que la capital dominicana era objeto de una invasión por mar y tierra por parte de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

 

La resistencia de los militares constitucionalistas y del pueblo en armas frente a la invasión norteamericana y los militares golpistas, como indicamos antes, se extendió hasta el 31 de agosto, fecha en que las partes beligerantes suscriben el Acta Institucional que puso fin a la guerra.Se estima en miles las vidas que cobró la lucha y resistencia.

 

El 3 de septiembre el Coronel Caamaño Deñórenunciaría a su cargo como presidente provisional, asumiendo la dirección del país con la encomienda de reconstruir el Estado disuelto tras el Acta y organizar el regreso a un Gobierno Civil electo por el pueblo, Héctor García Godoy

 

En su mensaje al país, con el mayor decoro y con el reconocimiento por parte de decenas de miles de dominicanos que se reunieron para escuchar su último mensaje como presidente, Caamaño Deñó fue enfático al señalar que, si bien en el esfuerzo heroico del pueblo dominicano por restaurar el orden constitucional y la soberanía nacional de la patria dominicana las fuerzas constitucionalistas no habían podido vencer; tampoco el pueblo dominicano había sido vencido. La agenda de la Revolución gloriosa de abril de 1965 estaría aún incompleta.

 

Muchas fueron las intrigas y conspiraciones que se fueron anudando por parte del gobierno de los Estados Unidos, de países de la región y de su Ministerio de Colonias, en el mejor decir del Canciller de la Dignidad, el cubano, Raúl Roa, por la Organización de Estados Americanos. Fue precisamente dicho organismo internacional aquel bajo cuyo manto se llevó a cabo la intervención militar de los Estados Unidos en la República Dominicana.

 

El 16 de julio de 1966 Joaquín Balaguer, ex vicepresidente del país bajo la Dictadura de Trujillo y presidente del Partido Reformista Social Cristiano, enelecciones amañadas y realizadas con la intervención directa del Departamento de Estado de Estados los Unidos,donde el Gobierno de Puerto Rico fungió como instrumento útil y testaferro de los intereses de Estados Unidos, derrotaría a Juan Bosch.

 

En los doce años durante los cuales se prorrogaría la presidencia de Joaquín Balaguer, este siniestro personaje,sobreviviente de la dictadura trujillista, aseguraría para losEstados Unidos la protección de sus intereses e inversiones; y claro está, asumiría la represión contra las fuerzas de la izquierda dominicana. Durante sus mandatos presidencialesel gobierno encabezado por Joaquín Balaguer cobraría la vida de múltiples luchadores constitucionalistas que sobrevivieron la Guerra de Abril junto a una nueva camada jóvenes luchadores. A ello se suman cientos de luchadores encarcelados, torturados, desaparecidos y exiliados.

 

La República Dominicana, como lo es también la República de Cuba, son para nosotros los puertorriqueños, países hermanos que desde hace mucho más de dos siglos vienen compartiendo entre sí su historia, sus dificultades, sus anhelos de mejoramiento colectivo y sus ansias de libertad. Por eso, fechas como las que representa la gesta gloriosa de la Revolución de Abril de 1965, no puede desaparecer de la memoria colectiva de nuestros pueblos.

 

Hace ya más de tres décadas, conversando con un campesino dominicano del entonces Movimiento Campesino Independiente, comparaba ante él la fortaleza y voluntad de su pueblo en la resistencia y lucha contra la opresión por parte de la oligarquía dominicana y el imperialismo estadounidense. La respuesta recibida de la voz de aquel campesino fue breve. Tras una pausa me dijo: “Ah compadre, lo que sucede es que a ustedes los puertorriqueños, los yanquis lo que le han dado son cuartos;a nosotros lo que nos han dado es plomo.”

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Durante los pasados días se ha anunciado que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió referir nuevamente a un comité encargado de examinar toda solicitud de ingreso de nuevos miembros a dicho organismo internacional el examen de la solicitud presentada por Palestina en el 2011. Palestina, que goza actualmente del estatus de “Estado Observador No Miembro”, ha reiterado el reclamo de ser admitida como miembro pleno del organismo internacional. La Embajadora de Malta ante la ONU, Vanessa Frazier, quien preside el Consejo de Seguridad, ha indicado que las deliberaciones deben llevarse a cabo durante el mes de abril. Se ha mencionado como fecha probable el 18 de abril.

De acuerdo con la página electrónica de las Naciones Unidas (Noticia ONU) de 8 de abril de 2023, se señala que la embajadora de Malta expresó:

“El Comité (de Admisiones) tiene que deliberar dentro del mes de abril y todos reconocemos que cualquier miembro del Consejo puede decidir presentar una resolución de adhesión para que se vote en cualquier momento, como es el procedimiento del Consejo.”

El comité lo conforman representantes de todos los países integrantes del Consejo de Seguridad, quince en total, de los cuales sólo tienen poder de veto Estados Unidos, Francia, Reino Unido de la Gran Bretaña, República Popular China y la Federación Rusa. El poder de veto supone que su mero ejercicio por parte uno de estos países con tal prerrogativa, derrota cualquier propuesta aprobada por la mayoría requerida del Consejo de Seguridad o por el resto de los países en el seno de la Asamblea General. Francia, el Reino Unido de la Gran Bretaña y España han manifestado apertura a considerar la propuesta aunque en el caso de los primeros dos, no han comprometido su posición en favor del voto por el ingreso de Palestina al organismo mundial.

Continúa indicando la página noticiosa de la ONU lo siguiente:

“Si el Comité emite una recomendación unánime se produciría una votación que requiere al menos nueve votos a favor y que no haya ningún veto de los cinco miembros permanente con derecho a veto…

Sólo si se superara esa fase, se enviaría la recomendación de reconocimiento de Palestina a la Asamblea General donde se requiere una mayoría de dos tercios de los 193 países miembros.

La petición de Palestina la gestionó su embajador ante la ONU, Riyad Mansour. Llega en el momento en que la ofensiva israelí sobre Gaza entra en su séptimo mes.

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Texas, uno de los estados de mayor importancia en la Unión estadounidense (segundo en población, en territorio y en poder económico), fue en un momento dado una república independiente. Este acontecimiento ocurrió entre el 2 de marzo de 1836 y el 29 de diciembre de 1845.

El territorio texano fue reclamado y colonizado por la Corona española desde que Alvar Núñez Cabeza de Vaca, uno de los conquistadores y aventureros castellanos, arribó a sus costas en 1528. En lo que restó del siglo XVI se realizaron otras expediciones, pero ninguna terminó estableciendo una colonia formal. Se debe indicar que hasta los franceses intentaron ocupar el territorio. Luego, bajo el gobierno del Virreinato de Nueva España (también perteneciente a la Corona española), comenzado el siglo XVIII se realizó el proceso de colonización de los territorios texanos. Con la independencia de México, Texas pasa a ser parte de esta nueva entidad soberana hispanoamericana. 

Dado a que el territorio texano era uno amplio y de poca densidad poblacional, luego de establecido México como país independiente, se comienza un proceso migratorio que llevó a miles de colonos estadounidenses a comprar tierras y establecerse dentro del territorio mexicano al norte del Río Bravo. Los planes y coordinaciones de este movimiento poblacional ya se estaban gestando durante los últimos años del Virreinato. Se estima que de 3,200-3,800 habitantes en 1825 la población subió a casi 40,000 habitantes en 1835, siendo casi el 67% ciudadanos de origen estadounidense, quienes a su vez tenían una población esclava que representaba casi el 13% de la población total. Recordemos que las poblaciones indígenas no eran contadas en estos censos y hasta cierto punto, bajo la mirada de las élites mexicanas y de la población angloamericana ni siquiera eran considerados como seres humanos.

Las tensiones entre angloamericanos y las autoridades mexicanas fueron aumentando desde un principio dadas las condiciones que se les daba a los nuevos pobladores para establecerse en el Texas mexicano: convertirse al catolicismo, demostrar tener capacidad moral, castellanizar los nombres anglos y contar con recursos económicos. Los nuevos migrantes recibieron la ciudadanía mexicana.

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El primer europeo en pisar de manera oficial, luego de comenzado la llamada empresa colombina en 1492, territorio continental del actual Estados Unidos, fue Juan Ponce de León, quien salió de las costas de San Germán, en Puerto Rico, un 13 de marzo de 1513, en busca, según la leyenda, de una fuente de la juventud. Ponce de León llegó a la península de la Florida en 1513. Aunque el mito nos habla de la fuente de la juventud, la realidad es que Ponce de León, en 1512, recibió una cédula real para ir a explorar y colonizar las islas de Bimini (actual zona occidental de Bahamas). Recordemos, que al igual que los demás conquistadores del momento, Ponce de León tenía el mandato de seguir explorando y colonizando nuevas tierras. Esta cédula nos demuestra la confianza que la Corona tuvo en la figura de Ponce de León, ya que anterior a ser considerado,Bartolomé Colón había solicitado esta empresa. Las diferencias de la familia Colón con Fernando de Aragón y la postura de Ponce de León a favor del monarca, dieron a este último una ventaja.

Antes de continuar, se debe señalar que, según Garcilaso de la Vega, un esclavista, cazador de nativos, Diego de Miruelo, por accidente había llegado a la península de la Florida, aproximadamente entre 1510 a 1511, mientras se encontraba en una de sus correrías por las Bahamas. Esto reforzó la idea de emprender una expedición a la zona.

Regresando a la expedición de Ponce de León, esta consistió entres embarcaciones y unos 65 hombres (algunas fuentes hablan de 200). El 2 de abril de 1513 avistan las costas continentalesatlánticas y al día siguiente desembarca en un lugar que desconocemos, pero que algunos localizan al norte del actual Daytona Beach. Los exploradores continuaron su exploración hacia el sur de la península y luego bordearon parte de la costa occidental, ya en el actual Golfo de México. Ponce de León regresa a Puerto Rico y decide ir a Castilla para asegurar sus derechos sobre las nuevas tierras.

En el ir y venir de los acontecimientos, no es hasta el 1521 que Ponce de León tiene la oportunidad de zarpar nuevamente hacia la Florida. Se debe mencionar que, en el tiempo transcurrido entre el primer viaje y el segundo, la península de Florida fue visitada por cazadores de nativos con el motivo de esclavizarlos, dado a la necesidad de mano de obra para el funcionamiento del sistema económico colonial y a la justificación de que el nativo salvaje era caníbal.

Este segundo viaje fue todo un desastre para el conquistador de Boriquén. Ponce de León zarpa el 20 de febrero de 1521 con dos embarcaciones y unos 200 acompañantes. Tan pronto llegan a la Florida comienzan el proceso de establecer un asentamiento, pero los nativos, cansados de las continuas correrías de los cazadores castellanos, la embisten contra el nuevo grupo de invasores. En uno de los enfrentamientos, Ponce de León es herido con una flecha. Dentro del mito se habla de que esta estaba envenenada como si una flecha regular no pudiera ser la causa de una infección que lleve a la muerte al herido, tal como pasó con el primer gobernador de San Juan Bautista (hoy Puerto Rico). Los conquistadores tuvieron que regresar a Cuba y en julio del mismo año Ponce de León muere.

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