Historia
La opción soberana de la independencia
(Ponencia presentada en el evento auspiciado por el Movimiento Unión Soberanista sobre las opciones de estatus político futuro para Puerto Rico de 16 de noviembre de 2014)
Colonias y dictaduras culturales
Imaginar que se vive en una colonia dentro de otra colonia resultaría ser una imagen surrealista, desempolvada de un manifiesto dadaísta cualquiera. La realidad es que tal imagen es dibujada todos los días en esta isla desde la mayoría de las instituciones de interés cultural que reciben algún socorro económico gubernamental. Algo muy peculiar sucede cuando el macro de nuestra condición colonial se esquematiza en la microadministración de nuestras instituciones culturales. Vistas como empresas de interés privado/personal, muchos de sus directores asumen un dominio intelectual siniestro, convirtiendo sus diplomas académicos en decretos feudales.
“Masa odiada”
Las relaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos: encuentros y desencuentros a través de terceros
El arresto del Alcalde de Iguala y su esposa: ¿dónde están los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa?
La masacre de Río Piedras
La masacre de Río Piedras, para ser entendida, tiene que ubicarse históricamente, de manera que pueda ser aquilatada en su justa perspectiva y no como un elemento casual de la lucha por la independencia. La represión del Estado en contra de los que han cuestionado y enfrentado al sistema existente no es un fenómeno nuevo en la historia de lucha de nuestro pueblo, donde la violación de los derechos humanos individuales y colectivos ha estado íntimamente relacionada a nuestra condición colonial; primero bajo el dominio español; más tarde, en el 1898, cuando fuimos invadidos por otro poder imperialista, los Estados Unidos de Norteamérica. Para que un pueblo pueda disfrutar de la plena efectividad de sus derechos, es requisito indispensable el disfrute del derecho a la libre determinación e independencia. En ambas instancias, bajo el poder de España y el de los Estados Unidos, se nos ha coartado ese derecho a decidir nuestras propias formas de gobierno y a perseguir un desarrollo económico, social y cultural libremente, sin injerencias externas. En nuestro país, la lucha del pueblo y del proletariado por autogobernarse ha sido respondida siempre con la violencia política del Estado, a fin de detener ese proceso.