Este semestre se perfila interesante en la literatura puertorriqueña con las nuevas publicaciones de los escritores Gilberto Hernández y Stefan Antonmattei. Ambos autores se han caracterizado por su disciplinada constancia en el oficio. No han tenido prisa alguna por publicar estos títulos. Lo que, a mi modo de ver, muestra conciencia plena de lo medular e inherente a esta vocación. Con ninguna estridencia, sin prisa pero sin pausa, Hernández y Antonmattei se han labrado, con el transcurso de los años, un lugar propio en el panorama; desde esa artesanía constante de crear y recrear lo escrito.
Crítica literaria
En las letras, desde Puerto Rico (Serie Conversaciones fragmentadas) Antonio Aguado Charneco comenta su novela Medio mundo
En las letras, desde Puerto Rico: el prestigio crítico de Luis Felipe Díaz
Soledades, música, paciencia literaria y otras obsesiones del escritor
“Este vicio por amasar palabras e inventar historias”
“Los personajes nos escogen a nosotros los escritores para que contemos sus historias y no lo contrario. En una ocasión le llegó a una puertorriqueña residente de Brasil mi novela Cinco Marías y un Ángel. Quiso conocerme cuando vino de visita a Puerto Rico. La invité a nuestra casa para conocerla y luego de cenar me hizo dos preguntas: ¿De dónde saqué el apellido de Miss Rossie (Decheneaux) y de dónde saqué el personaje de nombre Manuel Antonio López? Le conté que cuando necesito nombres, voy a los cementerios. Y en Buxeda encontré una tumba de Matilde Decheneaux y tomé el apellido francés que necesitaba. De hecho, su nombre completo era Matilde Clotilde Anatilde. Y Manuel Antonio López es de la historia cañera, fue el primero que compró los fundos que luego se convertirían en la Hacienda San Vicente de Vega Baja. Ante el asombro de ambas, me contó que Matilde Decheneaux era su abuela paterna y que Manuel Antonio López su abuelo materno. ¿Los escogí a ellos, o ellos me escogieron a mí? Siempre que voy a Buxeda le rezo a Matilde y le pregunto por qué me escogió, pero todavía no me contesta.” (T. Casanova)
DESDE LA NOCHE
Dedicado a escritores gays reconocidos como Manuel Ramos Otero, Carlos Vázquez Cruz, Roberto Echavarren y Dionisio Cañas, entre otros, El maricón o los señores de la noche del poeta y filósofo boricua Yván Silén (Sileno en el texto) es un hueso duro de roer. Primero, por la polémica que desató en Facebook poco después de su publicación y segundo, por el boicot que ha vetado el ensayo en diversos círculos, etiquetando a Silén de abiertamente homofóbico. Son muchos los rumores que corren sobre la lectura de un poema en público donde el poeta insultó a intelectuales gays boricuas, pero ninguna de las versiones comentadas en Facebook parece satisfacer el anhelo de poder para silenciar las palabras del filósofo. Es cierto que la lectura requiere de un conocimiento amplio de la obra sileniana, pues, en la primera nota al pie de página, el escritor aclara que este ensayo, El maricón o los señores de la noche “acontece entre La poesía piensa o la alegoría del nihilismo y El pensamiento canta o la jerga de la pasión”. Intuyo que sin haber leído estos escritos no se tiene un contexto claro y amplio de los planteamientos que presenta Yván Silén en el controvertido ensayo que aquí comentamos.
“La palabra la siento viva, desafiante, intrigante, tan excitante como temible”
Entrevista con el poeta puertorriqueño Ángel L. Matos
“Cuando me acerco a la palabra, lo hago como un niño pequeño que se aventura a descubrir algo nuevo y con esa adrenalina hacia la posibilidad de hacer alguna maldad con ellas. Para mí las palabras son cuerpos en los cuales sonido y silencios se conjugan en un conjuro que le toca a cada ser descifrar desde su propia realidad y desde la postura que asuman de atreverse o temer a lo que le puedan sugerir y hacer sentir.” Comienza el poeta Ángel L. Matos esta tertulia en la cafetería santurcina donde nos conocimos en el 2001. Ordenamos una orden de tostones, unas frías y seguimos brindando por la verdadera cofradía de la amistad y la poesía.Respeto al prójimo y la naturaleza: El amor hasta las últimas consecuencias
Con la consigna de llevar la misión amorosa hasta las últimas consecuencias, el poeta Eric Landrón inicia una nueva fase en su etapa artística y de acción social que vincula el respeto a la naturaleza y la creación poética.