En 1995, cuando regresé a vivir a Puerto Rico, comencé mi colección de arte puertorriqueño al adquirir tres platos de estampas del ponceño Wichie Torres. Poco a poco, la colección fue creciendo y se añadieron nombres como: Alfonso Arana, Domingo García, José Alicea, Arnaldo Roche, Eddie Ferraioli, Martín García, Heriberto Nieves, Moisés Castillo, Alfredo Bauzá, Iván Collazo, Wichie Torres- Wale, Carlos Santiago, Rafy Colón entre otros. En enero, celebrando la llegada de un nuevo año, compré varias esculturas de Lucas Castillo.
Luquitas, como le dicen sus familiares y amigos, estudió la carrera de Tecnología Civil, para la cual tuvo que coger cursos de dibujo arquitectónico y mecánico. Precisamente, fue en el diseño mecánico, en el que más se especializó trabajando en compañías en Puerto Rico y Estados Unidos. Aunque en el campo artístico es autodidacta, porque no cuenta con una formación dirigida a las Bellas Artes, académicamente el dibujo le sirvió para sus pinturas y esculturas. Los que lo conocemos sabemos, que creció rodeado de los hermosos trabajos en madera que hacía su padre don Samuel (Chame) Castillo Mercado, quien lo influyó artísticamente. Todavía conserva las herramientas que él usaba y comenta: “Me enseñó cómo usar correctamente las herramientas de su época de acuerdo con las fibras.”