soy las espinas
aferradas a la flor
solemne y marchita
sin resquebrajarse
soy las espinas
aferradas a la flor
solemne y marchita
sin resquebrajarse
El Tirano entra a su habitación, da un beso frío a su amante y pistola en mano comienza a buscar por todos lados.
Amante- ¿Qué te pasa? ¿Por qué esa inquietud?
Tirano-Tengo mis razones.
Amante- Te sobra protección.
Tirano- No digas pendejadas.
Amante- No te vendría mal un buen vaso de tu coñac y otro de despreocupación.
Tirano-(Como si no la escuchara.) Hace varias noches que solo duermo unas pocas horas.
Amante- (Mientras busca el vaso de coñac.) Recuerda que la suspicacia es madre de la inseguridad.
¿Qué sería del mundo
sin los poderosos,
seductores movedores de masas,
solidarios de sí mismos
y de sus creencias,
qué sería del mundo
sin los fanáticos,
seguidores de los seductores
y movedores de masas?
Twitter, Facebook, Hola, ni People
tendrían razón de ser.
Mientras desayuno, me asaltan pensamientos relacionados a todo lo que ha sido mi proceso de recuperación post Covid-19 y me doy cuenta que, ante la agenda corta vidas de ese agente demoniaco, luché y sigo luchando. Respiro profundamente. Agradezco inmensamente a las personas que oraron por mí (familia, amigos y conocidos) y a mi médico de familia que me conoce desde mi temprana adolescencia, por su apoyo incondicional, por las recetas para poder respirar bien y por la alimentación suplementada que llevo.
“Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.”
Antonio Machado
Recorro con mis ojos en completo silencio la topografía que me rodea. Observo las montañas de la Cordillera Central y sus laderas sembradas de café, guineos, plátanos y chinas. Respiro aire puro y limpio, matizado por los olores del campo. Pululan por mis fosas nasales aromas florales refrescantes que se combinan acordemente con el penetrante cítrico de las mandarinas. Aunque doy vueltas en círculo por el mismo lugar, mi percepción cambia a cada paso. Joan Manuel Serrat susurra en mi oído el poema de Machado. Me sorprendo y siento que los dos, uno a la derecha y otro a la izquierda, me acompañan en este arduo caminar.
Con nostalgia recuerdo, que cuando era adolescente, me aumentaba la edad porque quería ser grande. Ahora que soy grande, descubrí que llegué a esa edad, donde las citas dejaron de ser amorosas para convertirse en médicas.
Asegurarse de que las gomas estén llenas, que tengamos suficiente gasolina, que los aceites estén limpios y en su nivel óptimo, son cosas que siempre hacemos con el auto, pero también nos debemos preparar nosotros antes de tomar el control del volante y pensar que lo que tenemos en las manos es también la vida y seguridad de los demás.
Nulo y desafiante tu constante
repetir la misma cosa
como si nunca recordaras lo aprendido
mariposa de papel en la metrópolis cielo.
Tu hilo mente, mamá,
revolotea.