Duermo. Otra vez experimento esa pesadilla terrible. El caballo de madera gigante subrepticiamente entra cargado de seres infestados con viejos dogmas y dolamas. Peste moderna. Son fantasmas. Mi corazón acelera. Sudo. Los veo. Acechan la humanidad en clandestinaje.
Caribe imaginado
30 de octubre y la Segunda Declaración de la República
EL HIJO DEL LOCO
Para Ruth López Zambrana y Carlos López Dzur, en la vida y la palabra.
A veces me siento dichoso pensando que puedo salir a la calle sin riesgo de cruzarme repentinamente con alguien que insista en reconocerme.
El coctel de la masacre social
Somos, en principio, lo que ingerimos, lo que vemos y lo que escuchamos; una reacción a los ingredientes sociales a los que estamos expuestos; pero podemos cambiar nuestros actos, lo que hacemos, con un simple ejercicio de humanidad.
Hoy no
Hacia tiempo no la veía, ni la sentía.ÂÂ Hoy al alba la sentí cerca.ÂÂ Muy cerquita. No le hice caso.ÂÂ Andaba tirada en la cama. Deseando disfrutar con ese amante el amanecer de dos cuerpos entre sabanas floridas.ÂÂ
¿Por qué?
¿Por qué existe el poder de veto?
¿Los privilegios no son prácticas de discrimen?
El regreso de Enoc y sus recuerdos del futuro
[…]Soy lo que me enseño mi padre,
el que no quiere a su patria no quiere a su madre.
Soy América latina,
un pueblo sin piernas pero que camina[…]
Rene Pérez
Después de haber vagado durante una década por la ciudad de San Juan en Puerto Rico, Enoc decidió regresar a su país de origen, Guatemala. Desde la noche anterior a su viaje las despedidas fueron entrelazadas con amor, y alcohol entre vidas conocidas y amistades recientemente encontradas.
Instrucciones para el retrato de un poeta puertorriqueño
Entrada la noche. Reina de las Flores, el umbral. Che Melendes sostiene la corteza de un papiro eucalipto que despliega su hojaldre. Al fondo, Río Piedras. Laberinto de calles tiesas cancelando edificios.