Tanto en las relaciones profesionales de los médicos, abogados y sacerdote se honra la confidencialidad que expresa el paciente, el cliente o el feligrés a sus respectivos profesionales. La información que el paciente le provee a su médico se maneja con un gran sentido de profesionalismo y no se puede divulgar sin la autorización del paciente. Igualmente, la relación cliente-abogado está revestida del más alto grado de confidencialidad. De igual manera, la información que el feligrés le confiere a su sacerdote en el confesionario también es información privilegiada y no puede ser divulgada excepto por una orden judicial y en muy raras ocasiones se recurre al tribunal para obtener secretos divulgados en el confesionario.
Los países con gobiernos supuestamente democráticos están plagados de actos de corrupción en los que los actos de avaricia y la ganancia de riqueza fácil predominan. La democracia se originó en la Grecia Antigua en los Siglos VII y IV antes de Cristo. Democracia se compone de dos raíces griegas—demos (pueblo) y cracia (gobierno). Democracia significa gobierno del pueblo. Los ciudadanos se reunían en la plaza pública de Atenas para discutir y resolver los problemas que los aquejaban. Eso se conocía como el ágora y equivale al jurado en las cortes de los países con gobiernos democráticos. Cuando las ciudades-estados como Atenas y Esparta aumentaron en complejidad se recurrió a la invención de gobierno representativo y la creación de partidos políticos. Esos representantes del pueblo para ser electos en competencias políticas libres comenzaron a solicitar aportaciones económicas a los ciudadanos que representaban. Y ese fue el comienzo de la corrupción política en todos los países con gobiernos representativos. Al presente, ningún país está exento de la corrupción-- existe en todos los países del mundo. Hay hasta sistemas para evaluar el nivel de corrupción en cada país del planeta.
Nadie puede cuestionar la confidencialidad de la información que le provee el cliente a su abogado en lo que respecta a su defensa. Lo que es cuestionable es la ocultación o secretismo en los honorarios del abogado. Esa ocultación de los honorarios que paga el cliente a su abogado no está en el Código de Ética de los abogados que es el documento que rige su comportamiento moral y ético. El Canon 34 que trata sobre honorarios de abogados, no establece que debe haber confidencialidad en la cuantía ni en el origen del dinero para el pago. En nuestro país al igual que en Estados Unidos los abogados defienden tanto a políticos como a delincuentes comunes por actos de corrupción o de narcotráfico, etc. En muchas ocasiones los acusados escogen bufetes de abogados de gran reputación y que obviamente exigen cantidades de dinero muy altas para la defensa de los mismos. Sin embargo, nunca se divulga el origen del dinero que el acusado utiliza para su defensa. Es lógico pensar que el dinero proviene del pillaje a fondos gubernamentales o del trasiego de drogas. Los abogados se amparan en la confidencialidad de la relación abogado-cliente para no divulgar la cantidad ni el origen del dinero que se paga como honorarios. Contrasten eso con los pagos que se les hace a los médicos por sus servicios profesionales. Todo el mundo sabe lo que los planes médicos locales o de Estados Unidos le pagan a los médicos por el tratamiento que les brindan a sus pacientes. Hasta el pago de los deducibles deben ser informados por el médico ya que se exponen a penalidades si en las investigaciones del Departamento de Hacienda se descubre que escondieron alguna cantidad de sus ingresos.
Los abogados se supone que informen la cantidad que reciben como pago por sus honorarios. Esos pagos siempre son en efectivo o por cheque, ya que no hay planes de servicios legales como los planes de servicios médicos. El gobierno depende de la honestidad de todos los profesionales incluyendo a los abogados para que informen la totalidad de sus ingresos. El mantener en secreto los honorarios de los abogado/as puede promover la corrupción social o profesional. No hay una razón evidente para continuar con ese secretismo. Sólo el cliente puede divulgar los honorarios que le pagó a su abogado. Pero; ¿en cuántas ocasiones ha ocurrido ese fenómeno?--posiblemente nunca. El corrupto ni el narco-traficante querrán divulgar la cantidad ni el origen de ese dinero. Ambos, el abogado y su cliente, son cómplices del origen profesional de la corrupción.
Sería extraño solicitarle a algún profesional que asuma la corrección y votos de honestidad y devoción de los sacerdotes. Además, es conocido que la economía subterránea es tan grande o mayor que la economía normal. Una economía subterránea grande es típica en países subdesarrollados. En los países del primer orden como los europeos, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia la economía subterránea prácticamente no existe. El pueblo de Puerto Rico tiene dinero, el gobierno es el que está en quiebra. Si no lo cree, vea el lleno a capacidad de los espectáculos artísticos en el Coliseo y otros lugares como el Centro Bellas Artes de Santurce, Bellas Artes de Caguas y otros. A Puerto Rico vienen artistas de todo el mundo a ofrecer sus espectáculos artísticos y todos se llevan una gran cantidad de dinero.
Pero, ¿a qué político le interesa regular la economía subterránea? No les interesa porque no les conviene controlarla. Ellos contribuyen a la misma. Eso es algo que también debemos cambiar si vamos a tener una sociedad más justa y equitativa. Recuerden que la mayoría de los legisladores son abogados, pero existe el poder de las asambleas de pueblo-- los legisladores, gobernantes y aún los jueces son empleados del pueblo. El poder del pueblo se demostró en el verano del 2019.
El Colegio de Abogados y Abogadas (CAAPR) presentó una demanda ante la Corte de Distrito Federal para el Distrito de Puerto Rico que impugna la validez constitucional del “Reglamento para la Asignación de Abogados y Abogadas de Oficio”, aprobado por el Tribunal Supremo. 
Durante mis años de adolescente cuando vivía en un campo de Guayanilla conocí a varios boliteros. Eran personas pobres que se dedicaban a vender boletos, generalmente de tres dígitos. En múltiples ocasiones no tenían los números en papeles sino en su memoria. Si eran sorprendidos por la policía, no eran acusados pues no había evidencia de delito. Era asombrosa la retentiva de los boliteros para recordar a quién le vendían cuál número de bolita para ser confrontado con los números de la Lotería de Puerto Rico la semana siguiente. La necesidad es la madre de toda inventiva. En prácticamente todos los pueblos de la isla existían bancas de bolita. Los dueños de las bancas de bolita obtenían grandes ganancias. 
El efecto aureola o Halo Effect fue acuñado por Edward L. Thorndike, psicólogo, en su artículo, “Error Constante en la calificación psicológica”. Ese efecto se observa en el sistema educativo, en procesos judiciales y en otras áreas del saber. Se refiere a un sesgo o error en la percepción de un rasgo que es afectado por una secuencia de interpretaciones prejuiciadas. Thorndike descubrió que el efecto aureola era un fenómeno constante y erróneo en la evaluación de las personas.
CONVOCATORIA
En épocas remotas cuando alguien te causaba daño, el agraviado tomaba la justicia en sus manos y resolvía de forma agresiva y restablecía su dignidad y la de su familia. Gradualmente con el pasar del tiempo y luego del establecimiento de los gobiernos en lugar de pelear recurrimos a demandar.
[Nota editorial: el pasado viernes 15 de marzo el licenciado Carlos del Valle Cruz compareció ante una delegación especial del Congreso federal, representativa del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes. 
El uso de drogas es una realidad que tiene que ser aceptada por la humanidad. No ha existido, no existe, ni existirá una sociedad libre de drogas. La mayoría de las personas usan una u otra substancia adictiva. Los programas de tratamiento cuyo objetivo sea el tener una sociedad libre de drogas están destinados a fracasar por ser utópica esa pretensión. El Congreso norteamericano en el 1988 aprobó la ley en Contra del Uso de Drogas. Se opusieron a la legalización de las drogas prohibidas y declararon que la política de ese Congreso iba dirigida a hacer a los Estados Unidos un país libre de drogas para el año 1995. ¿Eran ingenuos o eran meramente políticos los que así votaron? Esa fecha pasó inadvertida para todos los norteamericanos. La realidad es que el esfuerzo masivo que realiza el gobierno norteamericano no ha tenido impacto en la reducción de la entrada de drogas a los Estados Unidos. Mientras haya la demanda por drogas en los Estados Unidos y Puerto Rico, los países productores continuarán exportando las mismas.