He leído las controversiales declaraciones que el intérprete de reggaetón conocido como Arcángel hizo acerca del estatus político de Puerto Rico. Me resultaron muy interesantes y reveladoras las afirmaciones del cantante de la cultura urbana caribeña; las cuales expresó, fiel a su estilo, frontalmente y sin reparos. Considero que es de aplaudir lo que hizo el individuo en cuestión pues, como los niños y borrachos, dijo lo que piensa y cree tal cual.
De otra parte, me llamó la atención, incoherencias al margen, la manera en que hilvanó sus comentarios por cuanto dejó entrever que es una persona con ciertos conocimientos sobre el tema, lo cual de por sí, en virtud del mundo al cual pertenece, donde la educación formal escasea en el mejor de los casos, es una auténtica sorpresa. Me parece, en ese sentido, que Arcángel, quien se autoproclama “la Maravilla”, goza de un nivel de inteligencia más que aceptable, superior incluso al de muchos artistas “progres” de esa pseudoizquierda, “revolucionarios” de urbanización cerrada, que se piensa culta e inteligente –cuando no es, la mayoría, ni lo uno ni lo otro. Por otra parte, haciendo una suerte de concesión con la lamentable sociedad del espectáculo imperante, doy la bienvenida a todas esas figuras de los medios cuando, a su manera y con los recursos culturales, educativos e intelectuales de que disponen, participan de las discusiones públicas diciendo sus pareceres y verdades.
Finalmente, los invito a que pongan atención a las últimas palabras del reguetonero en la entrevista. Cuando habló sobre el Estado Libre Asociado (ELA) y la situación colonial de Puerto Rico. Pregunto, en ese orden de cosas, ¿dijo alguna mentira Arcángel?, ¿no es lo mismo que Calle 13, suerte de efigie sagrada de la progresía local, lleva diciendo desde que ha hecho cierta fama por ahí? Entonces aquel, clásico chamaco de barrio humilde de la zona metro, es un anormal y por lo mismo está desaforado para decir sus cosas sobre política, y este último, que tiene pinta de chamaquito de urbanización bocón e intranquilo, sí puede… Esto no es un asunto baladí.