La urgencia de los derechos masculinos en Cuba

Voces Emergentes

La defensa de los derechos masculinos nace como respuesta a la fallida universalidad de los estudios de género. Era de esperar que la lucha por la igualdad de género no lograra superar la polarización y la autorreferencia, cuando quedaba en el camino una lectura compleja y profunda de las relaciones entre lo femenino y lo masculino, entre hombres y mujeres.

Cada vez es más común el revanchismo y las ansias de poder entre defensores del feminismo. De este modo la emancipación femenina va engendrando sus propios demonios: instauración de prejuicios inversos sobre lo masculino y el hombre, polarización antes que integración, poder sobre lo masculino en vez de poder hacer entre hombres y mujeres.

Los estudios de masculinidades funcionan a un mismo tiempo como reivindicación de los derechos masculinos y como contraparte del feminismo en la lucha por la igualdad de género en un contexto global y local donde aún triunfa la conflictividad y la lucha de intereses. Desconocer la anterior es otra manera de oportunismo solapado. La afirmación de minorías y grupos sociales en desventaja también deben tener un marco de vigilancia ética y sociopolítica.

En Cuba la cuestión adquiere mayores implicaciones al contar con un activismo feminista viciado de unanimismo y voluntarismo. La defensa de los derechos de la mujer en la isla ha constituido por más de 50 años un indicador fetichista de pertenencia revolucionaria y obediencia al régimen, lo cual acentúa la polarización y la caricaturización de la igualdad de género. Es un legado del autoritarismo que heredan las nuevas organizaciones pro feministas cubanas.

Hacemos referencia al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que, a pesar de incorporar un activismo sincero y comprometido que contrasta con la burocratizada Federación de Mujeres Cubanas, avanza contaminado de esa potestad infalible que adquieren las ONGs e instituciones cubanas cuando reciben apoyo del régimen para favorecer su imagen internacional.

Como resultado, vemos decenas de spots y programas televisivos que toleran y promueven la violencia femenina contra los hombres, así como la ridiculización de los personajes masculinos como herramienta didáctica en la concientización de los derechos femeninos, entre muchas otras discriminaciones.

Todo esto hace que un reclamo de los derechos masculinos en Cuba además de implicar una condena feminista, involucre ataques del régimen autoritario, que interpreta como disidencia política el cuestionamiento de su polarización en el tema de las relaciones de género.

De esta manera vemos cómo en Cuba los estudios de masculinidades han quedado fuera de la agenda social, siendo cooptados por las instituciones profeministas que, como el CENESEX, los utiliza como apéndice y complemento de la afirmación femenina, invisibilizando la cuestión de los derechos masculinos en el país.

Toma entonces mayor urgencia en la sociedad cubana actual reclamar la vindicación de la identidad masculina y sus valores legítimos, sumándonos a los reclamos internacionales de respeto y visibilización de los derechos masculinos:

1. Instituir globalmente el Día Mundial del Hombre.

2. Crear la Institución del Hospital del Hombre.

3. Erradicar las promociones y movimientos, así como las escenas y mensajes de misandria en todo el país.

4. Sancionar legalmente, y a través de campañas y programas, a las mujeres que ejercen violencia física y psicológica sobre los hombres.

5. Sancionar en forma legal, y a través de campañas promocionales y publicitarias, a las mujeres que violan la serenidad sexual de los hombres y los seducen, provocan y utilizan, aprovechándose de sus “encantos”.

6. Reformar las constituciones y leyes relativas a la figura jurídica de la Patria Potestad en favor de un fallo justo e igualitario hacia el Padre de los niños.

7. Instituir a nivel nacional un servicio médico o social obligatorio para las mujeres, a propósito de ponerlas en condiciones de igualdad con el género masculino, obligado a cumplir el servicio militar a cierta edad juvenil.

8. Crear Instituciones de Defensa y Promoción Masculina para enaltecer la Integridad, Protección, Dignidad e Imagen del Hombre, tan vapuleada por las propagandas e intereses feministas.