Blended, o la licuadora africana que no es la pentecostal

Cine caribe

Yanira Benavides, se hizo famosa con un video que subió se fue viral, y luego desapareció en las redes sociales, llamado la “licuadora pentecostés”. Nunca lo llegué a ver, pero sí he visto la versión protesta que se le hizo por vía de la “licuadora pentecostal la protesta”. La versión original como la protesta, todas en las redes sociales, versan sobre sincretismos complejos entre lo religioso, la moral, los valores dominantes, y otras formas de ser, que no son dominantes, pero que incluyen la joda, el vacilón, el ron y la botella, y más que nada pasarlo bien. Esa es la mezcla que solo una licuadora, potente o débil, puede lograr.

Algo de lo anterior yace en la película Blended (Frank Coraci, EE.UU., 2014), en la cual los actores Adam Sandler y Drew Barrymore, entre otros, se destacan en esta comedia en torno a los sorprendente de la vida familiar luego del primer amor, y el primer divorcio. En este sentido se trata de una comedia ocurrente, como todas las comedias, que intenta ridiculizar la vida cotidiana. No obstante, esta película tiene un truco que la hace interesante. Veamos.

La película cuenta como Jim (Saddler) y Lauren (Barrymore) intentan tener una noche romántica, la cual termina como el rosario de la aurora. Así las cosas no se vuelven a ver, pero su vida se vincula a través de dos personajes secundarios que provocan otra tipo de risa. Se trata de la ayudante del negocio de Lauren, Jean (Wendi Mclendon-Covey) y Doug (Shaquille O´Neal). Estos logran de forma extraña, que los no relacionables románticamente junto a sus respectivos hijos e hijas, acepten participar en un viaje a África. África la grande, pero sin lugar a dudas, un acto de relaciones públicas, muy bien pensado, al hotel Salt River en el Kruger National Park de África del Sur. En dicho parque nacional, las dos familias, la de Lauren y sus dos hijos, y la de Jim y sus tres hijas, inicien un diálogo disfuncional de familias, el cual termina, como es de esperarse en un filme de este tipo, convocado a la recreación de la familia post-primer divorcio.

La película tiene ocurrencias, a lo tipo Jerry Lewis, quien nos hizo reir a expensas de ridiculizarnos. En este sentido, se trata de la mala vida, convertida en un acto de humillación, que nos lleva a reírnos de nosotros mismos. Hoy le llamarían a esto bullying. En fin, que la película al final, logra que todos se reconcilien y creen una mejor familia de siete miembros. Familia post-moderna y sumamente extendida.

La parte que se desarrolla en África del Sur, en uno de los hoteles de mayor lujo, Salt River, es por momentos humillantes y ridiculizadora de las formas y saberes del hombre y la mujer negros y africanos. Pero usted se ríe y le parece ocurrente.

En fin, vayan a verla si les parece, pues es una de las principales comedias del verano. De mi parte, la evito. Hay mejores películas, más humanas y sensibles a la diversidad cultural que nuestros tiempo requieren. Si aún tiene dudas, tómese una batida de papaya y a dormir.