Tanto nadar para morir en la orilla

Voces Emergentes

Desde los primeros días de 1959 y en algunos pasajes de la lucha en la Sierra, los principales dirigentes del grupo guerrillero, que capitalizó el triunfo popular contra la dictadura de Batista, mostraron sus posiciones antiimperialistas y especialmente antinorteamericanas.

Dos hechos previos. En una carta a Celia Sánchez el 5 de junio de 1958, Fidel escribía: “Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero”.

Por su parte, el Comandante Raúl Castro, jefe del II Frente Frank País, emitió la Orden No. 30 el 22 de junio de 1958, dando inicio a la “Operación Antiaérea”, la cual consistió en la detención de 50 ciudadanos norteamericanos, en protesta por la ayuda de la Base Militar norteamericana en Guantánamo a los bombardeos de la aviación batistiana contra las posiciones rebeldes.

El enfrentamiento entre el gobierno de los hermanos Castro y los diferentes gobiernos norteamericanos, en este medio siglo es asunto que amerita una extensa obra de varios capítulos y tomos. Mencionemos momentos tan álgidos como la invasión de Girón; el apoyo de EE.UU. a la insurrección en el Escambray; la suspensión de la cuota azucarera por EE.UU. y las intervenciones de las compañías norteamericanas en Cuba; los múltiples atentados contra los dirigentes cubanos con participación de las Inteligencias de EE.UU.; el bloqueo/embargo económico que se extiende hasta nuestros días; la Crisis de Octubre que puso al mundo al borde del holocausto nuclear por la presencia de cohetes atómicos en Cuba; la cooperación de la CIA y demás órganos de inteligencia norteamericanos en el enfrentamiento a los grupos guerrilleros latinoamericanos apoyados desde Cuba, especialmente a la guerrilla de El Che en Bolivia; el conflicto en el Cono Sur Africano; la invasión norteamericana a Granada y la llamada crisis de los balseros en 1994.

Es difícil encontrar en la historia conocida un enfrentamiento multilateral tan intenso y extenso, entre una gran potencia y un pequeño país vecino. Con toda esa leyenda, casi mitológica ¿quién podría dudar del antimperialismo y el anti anexionismo de los dirigentes cubanos?

Desde el fin del campo socialista, los gobernantes criollos no solo ha cambiado su política exterior de “crear dos, tres muchos Vietnams” y combatir al imperialismo con las armas en la mano en todas partes del mundo, sino que se han visto obligados a introducir una serie de “contramarchas” económicas, para tratar de evitar el hundimiento total de su economía, ampliadas desde la llegada de Raúl Castro a la Presidencia.

Hoy, el gobierno cubano no ha podido encontrar un sustituto estable que suministre la ayuda militar, política y económica que proporcionaban la desaparecida Unión Soviética y el Campo Socialista y con su economía en caída libre, ha tenido que inventarse como conseguir que EE.UU. eche a un lado todo ese enfrentamiento y su condicionante de que se respeten los Derechos Humanos del pueblo cubano, para consentir que los dineros de sus turistas e inversionistas vengan al rescate del “socialismo cubano”.

Dos “operaciones estratégicas” de envergadura y no pocos peligros y oscuras consecuencias están desarrollando los militares raulistas para hacer cambiar la postura del gobierno norteamericano hacia Cuba y desestabilizar el bloque/embargo persistente: La Zona Especial de Desarrollo del Mariel y la nueva Ley de Inversiones Extranjeras. Con El Mariel se aspira a facilitar un corredor seguro, barato y eficiente para el amplio trasiego de mercancías, en doble dirección, entre los puertos del Sur de EE.UU. y el resto del mundo. Con la nueva Ley de Inversiones Extranjeras se está ofreciendo al capital norteamericano la oportunidad de recuperar sus posiciones históricas en la economía cubana, con muchos beneficios y pocos riesgos.


Tanto antiimperialismo, tanto anti anexionismo, tantos muertos y sacrificios (no niego que sangro por la herida), para medio siglo después de “construcción socialista”, abrir de par en par las...puertas al capital norteamericano. Un refrán popular me viene a la mente: “Tanto nadar…para morir en la orilla”. Viva Cuba Libre. Socialismo por la vida.