A Million Ways to Die in the Wild West o la comedia de lo absurdo

Cine caribe

Seth MacFarlane se presenta en esta comedia, a lo spaghetti Western, en una película titulada the thousand forms to Die in the Wild West (Dir. Seth MacFarlane, EE.UU. 2014). La misma gira en torno a un joven ganadero quien en la década de 1880 intenta ser bueno y pacifista. El joven quien tiene un pequeño rancho donde cría ovejas. Sin mucha aspiración de vida, en todos los manejos de la violencia, hasta el final de la película, cuando finalmente se hace “bueno” luego de haber utilizado la violencia para ejecutar a su oponente.

La película, es como un bricolaje de información sobre la historia del cine-género western. Este tipo de cine, ha tenido múltiples versiones en la historia del cine estadounidense. La película de MacFarlane, es simplemente una versión más, la cual por momentos puede ser muy cómica.

El cuento de la película es sencillo: el joven ovejero pierde el amor de su mujer amada con quien se iba a casar, y de repente se le entrecruza una mujer forajida, la esposa del temible Clinch (Lian Neelson). Entonces, la mujer del forajido, lo ayuda al ovejero a rehabilitar su estima y luchar por la mujer que lo despecho. Como toda buena película de amor, aunque sea un western, el joven ovejero y la mujer forajida, se enamoran, y éste desafía la autoridad de su marido, quien lo invita a un duelo, y a quien al final de la película y luego de un encuentro chamístico con los indios locales, el joven ovejero lo hiere de un balazo. Como curiosidad de la película, la bala que apenas le rasgó el brazo, había sido impregnada del veneno de una serpiente Cobra, lo cual le produjo la muerte al villano. Todo esto en el recuento y refrito d........................................

Pero ojo que hay que ser cuidadoso con lo que se pretende decir: la película maneja todos los estereotipos del imaginario del salvaje mundo del occidente, en el desarrollo una cultura que es fundacional en la identidad de los EE.UU. Se trata de la cultura de la violencia, cuando el estado era pobre, limitado, y las ansias del capital y la acumulación eran extraordinarias.

Estos estereotipos nos invitan a reír a pesar de lo terrible que pueden ser. En particular, porque cada personaje está montando no en el estereotipo histórico de nuestros prejuicios; por el contrario, los prejuicios están construidos a partir de nuestros entendidos contemporáneos de los mismos.

Por ejemplo, la película construye una relación no típica entre dos cristianos: un buen hombre trabajador, y su mujer, una buena persona, también trabajadora. Como buenos cristianos, él se dedicaba a ser zapatero; ella se dedicaba a ser prostituta. Esta parte, sin lugar a dudas ocurrente, nos plantea la incondicionalidad del amor de él por ella, y la normalización de la vida sexual de su pareja. Pero son cristianos, y como tal no pueden hacer el amor hasta que se casen, lo cual van a hacer. Por decir lo mínimo, es trabajar un estereotipo (lo conservador de los cristianos) y no rehabilitarlo para transformarlo en la película.

Así las cosas, película tiene un final, que sí fue digno de sí mismo, y por el cual valió la pena quedarse hasta el último minuto. Resulta que en la feria en el pueblo, había un juego de tiro al blanco, con objetos en movimiento que representaban a un negro cimarrón en movimiento. Era una fila de muñequitos en movimiento mecánico. Así las cosas, una persona, a quien sólo se le ven los pies, solicita dispararle a los muñequitos. Una vez autorizado por el dependiente del juego, el hombre que desea disparar, en lugar de apuntar a los muñequitos, apunta al manejador de la máquina y lo mata. Al verle el rostro se trata de Django (Jamie Foxx), en el personaje que lo inmortalizara en una de las más recientes películas de Quentin Tarantino (Django, EE.UU, 2013).

En fin, A million ways to die in the West, es entretenimiento ligero. Si no tiene más opciones, vaya a verla. A lo mejor la pasa bien. Lo más cómico de la película es el pacifismo del joven ovejero. Pero realmente hablando, ¿eso es suficiente para pagar por verla? Disfrute mejor correr bicicleta de noche, y se da una cervecita. Claro, sólo si bebe alcohol.