De no haber sido que se trataba de la única película disponible en la última tanda del cine, jamás la hubiese visto. Dicho esto, para mi sorpresa, The Purge:anarchy (Dir. James DeMonaco, EE.UU, 2014) es una interesante sorpresa. Secuela de una primera parte (The Purge, Dir. James DeMonaco, EE.UU, 2013) cuya existencia fue reconocida por muchos. The Purge, sea la parte uno o la parte dos, representa el sueño americano. La primera parte era una película de muy bajo presupuesto, $3 millones de dólares. No obstante, ésta produjojo $90 millones de dólares de ganancia, lo cual sin lugar a dudas forzó una secuela inmediata. Cuando terminó la película, a la medianoche, y prendieron las luces de la sala, descubrí que la misma estaba llena a capacidad. Entonces comprendí el valor de The Purge: Anarchy.
La historia de The Purge: Anarchy, es consistente con la primera. Los nuevos padres (y nunca madres) fundadores de los EE.UU, han decidido que durante los días 21 al 22 de marzo por 12 horas, y como parte de la cultura de la sanación, la gente podrá salir a la calle para matar a seres humanos. Todo acto de violencia está sancionado como legítimo por esas 12 horas. No obstante el gobierno, cierto tipo de funcionario, como a su vez cierto tipo de armas, no pueden ser utilizadas esa noche.
La historia entonces se cuenta por tres partes: Sargent (Frank Grillo) quien participa en la purga, pues desea ajusticiar a la persona que mató a su hijo; Eva (Carmen Ejogo) y su hija Calie (Zoe Soul), quienes sin saber porque, sólo por ser latinas y pobres, entraron en la purga al intentar secuestrarlas para asesinarlas; y finalmente están Shane (Zane Gilford) y Liz (Kiele Sánchez), quienes son un matrimonio al punto de divorciarse y a quienes se les daña el carro en medio de la carretera y de forma involuntaria se hacen parte de la purga.
Entre estos tres grupos de personajes, quienes acaban siendo “salvados” por Sargent, es que se desarrolla la trama del filme. El filme maneja dos niveles bastante interesantes: por un lado el manejo de excedentes poblacionales; y por otro lado la lucha de clases del futuro. Se entremezclan factores como el estado, la clase alta quien también mataba a los pobres por placer, y la resistencia de los pobres quienes organizaron una respuesta popular para ajusticiar a los ricos y al estado.
De momentos la película se desarrolla como una crítica o defensa de la Asociación Nacional de Rifles (National Rifle Association por sus siglas en inglés). Es compleja, pues uno nunca sabe si estamos a favor o en contra. El problema con los discursos postmodernistas, será siempre su ambigüedad. A manera de ejemplo, la película ocurre en la madrugada del 22 de marzo. ¿Se acuerdan, día de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico? Nada, cosas del destino, pero la película versa sobre manejo de excedentes poblacionales. La esclavitud, para el amo, en la vida post-esclavista, trajo el manejo de un excedente: el y la personas esclavizada convertida en vagabunda.
Lo interesante de la película, bajo el género de la ciencia ficción y películas de acción, es que la misma no pasa tan distante a nosotros. Todo ocurre en el 2023. Ahí, en menos de una década. Esto, para el referente histórico de 1982 (versión director 1992) de Blade Runner (Dir. Rigdly Scott, EE.UU, 1982) todos y todas se acordaran que la película comenzaba en un año muy distante: 2019. Para bien o mal, ese año está a la vuelta de la esquina. Por algo, lo interesante en The Purge: anarchy, que el inicio sea un futuro inmediato para las generaciones actuales. Es decir, este futuro si lo podríamos ver todos y todas.
La película, esta segunda versión, me pareció sumamente interesante. El planteamiento es novel, tanto en ésta como en la primera parte. No obstante, es un filme muy violento, y salvo que usted tenga el gusto aprendió del cine violento, no valdría la pena irla a ver.
Si le gusta la ciencia ficción, con un poco de violencia, esta es posiblemente la mejor película del verano que puede ver. La recomiendo, tomando en cuenta la salvedad que he hecho.