Lucy, o el regreso a un cine metafísico en la búsqueda del creador

Cine caribe

Lucy es una de las grandes revelaciones de verano. Es una película difícil de olvidar. Dirigida por el genio del cine francés Luc Besson (Francia, 1959), quien se ha destacado por producir y dirigir películas extraordinarias como La femme Nikita (Francia, 1990), y The Fifth Element (Francia-EE.UU., 1997). Ahora Besson nos produce, dirige y escribe una película extraordinaria, dentro del género de la ciencia ficción, y cuya génesis es posiblemente un clásico de su tiempo: 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick, EE.UU., 1968).

¿Por qué la vinculación con 2001: A Space Odyssey? Realmente hablando Lucy hace un interesante planteamiento, como lo hiciera en su momento la película de Kubrick. En particular porque ambas películas buscan contestar una pregunta fundamental: ¿Qué es lo humano? Y para poder explorar esta pregunta, se exponen a un asunto de trascendencia monumental ¿Quién es el creador, y cuales son sus atributos?

La computadora Hal en la película de Kubrick planteó en su momento, un asunto de suma importancia e interés. ¿Puede la computadora determinar nuestro destino? ¿Se convierte la computadora en el creador? Ahora en Lucy, 46 años luego, nos plantea desde la lógica Nietzscheana si ¿puede ser un humano, sujeto de los atributos del creador, y de paso, convertirse en éste? Esto no lo habíamos contemplado, desde la ciencia ficción, de forma seria y filosófica. Es esto lo que logra realizar Luc Besson en este extraordinario filme: explorar un tema metafísico en torno al creador y la creación, a partir de una historia sencilla: ¿qué pasa cuando el ser humano logra perfeccionar el uso de sus neuronas, y las utiliza al 100 por ciento? Pues según la película se convierte en el sujeto humano se convierte en el creador, y se comporta como éste – está en todas partes a la vez y se convierte en materia.

La película sostiene dos historias a la vez, muy en la lógica de Besson. Por un lado la película corre la historia de unos narcotraficantes que trafican una droga sintética de nueva generación llamada CPH4. Según Besson en entrevista concedida en Craveonline.com, éste indicó que la molécula que se desarrolla en el vientre de la madre durante la gestación, es una real. No se llama como él la nombra, pero sin lugar a dudas sí existe. Los coreanos son los que manufacturan dicha droga son dirigidos por el tirano de Jang (Min-sik Choi), quien le imparte a la película una trama de acción.

De otra parte está el profesor Norman (Morgan Freeman), quien es un neurólogo que identifica como el cerebro y sus neuronas funcionan, y explora cómo podría ser si los humanos se desarrollan al 100 por ciento de sus capacidades. Ahí, como bien señala el profesor Norman, “no sé qué pasaría”. La contestación se la da Lucy (Scarlett Johansson) quien le impone al filme una estética de la seducción y la fuerza como lo hiciera en su momento Anne Parillaud cuando interpretó a Nikita (Luc Besson, Francia, 1990). En esta medida, para los que hemos seguido el cine de Besson, hay un tema consistente en sus filmes más importantes, que se repite: la mujer salvadora de la civilización humana. Esto en The Fifth Element (Francia-EE.UU., 1997) está presente, donde Leeloo (Mila Jovovich) es el objeto deseado con el cual, a partir del amor, se resuelven los problemas de la humanidad.

Para los que siguen las últimas tendencias del cine del género de ciencia ficción, Lucy es una película que nos lleva un paso adicional de lo discutido en Her (Spike Jonze, EE.UU., 2013), donde se explora el mundo post-humano desde las nanotecnologías (un servidor de tecnología de voz que se comporta como humano). Por otro lado Lucy es un planteamiento de los post-humano desde la perspectiva de repensar quién es el creador. Ambas películas son extraordinarias, por lo cual se hace necesario seguir examinando como este tema se ha hecho relevante en tiempos recientes en el cine.

Recomiendo ir a ver a Lucy sin reparo ni restricciones. Es un filme profundo, filosófico, el cual nos permite explorar temas que desde 2001: A Space Odyssey se ha planteado en el cine de ciencia ficción. No obstante, Lucy tiene una gracia a partir de la estética de Luc Besson, que la convierte en una extraordinaria película.

Vayan a verla, con palomitas de maíz, refrescos y abrigos. Luego me cuentan. No se van a arrepentir.