Recomendaciones “soberanas” de un exgobernador estadolibrista

Crítica literaria
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El exgobernador Aníbal Acevedo Vilá es una persona brillante. Eso no se lo quita nadie. Pero el libro que recientemente ha publicado vía Amazon.com levanta más dudas de las que contesta.

Lo que más sobresale después de una antesala relativamente extensa es que el Gobierno de los Estados Unidos debe de asumir la deuda externa de su territorio de Puerto Rico. Esta asciende a sobre $73 mil millones. Las ventajas del gobierno federal en asumir la deuda son más que obvias para Puerto Rico, y Acevedo Vilá explica que por su tamaño y la profundidad de sus bolsillos, los Estados Unidos podría negociar mejores términos para el servicio de la deuda, entiéndase una tasa de intereses más baja.

Puerto Rico, un territorio norteamericano desde 1898, ha tenido cierta medida de gobierno propio por varias décadas (esto es debatible para sectores de la oposición política) y ha logrado mediante unos empréstitos crear una deuda extraordinaria, especialmente en las últimas décadas. Esta deuda la agrava una economía de baja producción y una dependencia cada vez más creciente en el Gobierno de los Estados Unidos. Los varios bonos de Puerto Rico, ya sean las Obligaciones Generales o los instrumentos emitidos por sus monopolísticas corporaciones públicas están en muy mal estado.

El nivel de degradación en la clasificación de estos bonos de parte de las casas crediticias ha causado mucha alarma tanto en los mercados como en el Gobierno de Puerto Rico. Sencillamente, es evidente que no hay manera de manejar esa deuda. Este pronóstico, ya obvio para tantos observadores, es lo que propulsa su libro Hacia la Refundación de la economía de Puerto Rico y del Estado Libre Asociado. Básicamente, Acevedo Vilá, ante la encrucijada que está pasando Puerto Rico, recomienda que se establezcan otras condiciones junto con la cesión de la deuda externa a los Estados Unidos. Para comenzar, Puerto Rico se comprometería a limitar sus beneficios. Bajo su versión del Nuevo Estado Libre Asociado (ELA), los salarios mínimos y las reglamentaciones ambientales quedarían como están en el momento de un nuevo pacto. De ahí en adelante, Puerto Rico tendría el poder de reglamentar estos renglones. También, Puerto Rico quedaría exento de las leyes de cabotaje de los Estados Unidos que ordenan que la mercancía, comestibles o materia prima, se traiga a la Isla en embarcaciones de bandera norteamericana. La marina mercante norteamericana de los Estados Unidos es la más cara del mundo, y en Puerto Rico parece haber un consenso que su uso encarece el precio de los productos que se venden en la Isla.

Acevedo Vilá argumenta que hay que educar al Gobierno de los Estados Unidos en cuanto a lo que necesita Puerto Rico, que él mismo admite se ha convertido en un problema para el gobierno central de Washington. De acuerdo al ex-gobernador, el problema de Puerto Rico en su relación con los Estados Unidos es esencialmente económico. Un cambio en los parámetros de la relación sería económicamente beneficioso para ambos, y ese argumento hay que llevarlo a Washington.

Acevedo Vilá establece 10 puntos de antesala que sirven de premisas para su nuevo pacto con los Estados Unidos. En especial salta a la vista la imposibilidad de pago de la deuda externa de Puerto Rico, y por consiguiente, el problema que esto ha causado para los mercados. También apunta hacia la dependencia puertorriqueña en las transferencias federales tales como los cupones de alimentos y otros subsidios. Su propuesta parte de la premisa de que la economía de Puerto Rico está sujeta a varias variables que la Isla no controla. Bajo esta, Puerto Rico retendría unos poderes para desarrollar su economía, mientras que otros beneficios como el de Seguro Social permanecería bajo control del Gobierno Central de Washington. Otros atributos de la relación ELA-Estados Unidos como la común ciudadanía y la común moneda y defensa permanecerían.

Acevedo Vilá llama a este arreglo ELA Soberano, una fórmula que no del todo coincide con las definiciones de otros líderes dentro de su propio Partido Popular Democrático (PPD). Bajo el derecho internacional el arreglo de asociación libre entre dos naciones tiene que negociarse por dos países que tienen soberanía, lo cual, a mi parecer, Puerto Rico no tiene. No hay mucha diferencia entre lo que él propone y lo que proponen el Gobernador Alejando García Padilla y los ideólogos de derecha del PPD tales como el exgobernador Rafael Hernández Colón y José Alfredo Hernández Mayoral.

Pero Acevedo Vilá trata de establecer que bajo sus cambios, Puerto Rico quedaría fuera de la cláusula territorial de la Constitución de los Estados Unidos, la cual le otorga al Congreso norteamericano la jurisdicción sobre Puerto Rico. No establece primero como se establecería la soberanía de Puerto Rico para de allí en adelante negociar de tú a tú con los Estados Unidos. Me parece que esta soberanía solo podría establecerse mediante una declaración de independencia antes de entrar en cualquier acuerdo de asociación con otra nación. De contrario, estos propuestos cambios serían solo quimeras dentro de una relación de súbdito-metrópolis Esta es la gran falla del libro.

Como es de esperarse ataca a la fórmula de estadidad como una que aumentaría la dependencia y los tributos en Puerto Rico, observando que los líderes estadistas han tratado de vender su fórmula como una especie de socialismo federado cuyo atractivo principal serían las dádivas del Gobierno Central, lo cual no contribuiría a desarrollar la economía.