Digan lo que digan, llegaron los síndicos

Economia Solidaria

No es noticia que la Autoridad de Energia Eléctrica de Puerto Rico (AEE) está en serios aprietos financieros. Lo incomprensible es que esta corporación pública es un monopolio gubernamental. En Puerto Rico ya comenzó sus labores en la AEE Lisa J. Donahue, una representante de una compañía que se dedica a reestructurar y, por ende, “rescatar” corporaciones que están en crisis. La junta rectora de la AEE rechaza vehementemente que la designación de Donahue equivalga a poner la corporación pública bajo sindicatura. Dadas las responsabilidades de supervisión que tendría esta señora, me parece que esto es meramente un asunto de semántica.

Un comunicado de la corporación pública dice que Donahue ocupa el puesto de Chief Restructuring Officer de la AEE (principal directora de reestructuración). Ella es socia y directora gerencial de la North American Turnaround & Reestructuring Services, una filial de Alix Partners LLC. De acuerdo a la AEE, la compañía fue escogida por la junta rectora tras alrededor de un mes de entrevistas a varias compañías que se dedican a recapacitar a negocios en crisis. Donahue tiene sobre 23 años de experiencia en el negocio de reestructuración y un resumé impresionante. Su firma también tiene un resumé impresionante; entre sus intervenciones está el rescate de General Motors durante la quiebra de ese gigante automotriz hace seis años.

¿Venderá la AEE algunas o todas sus partes? Si esto ocurre, no nos debe sorprender. No es un misterio que una de las funciones principales de este tipo de compañía, dedicada al negocio de reestructuración, es vender partes que no tengan rentabilidad de la corporación intervenida.

Sabemos que una reestruturación operacional traería varios cambios a una corporación, incluyendo cambios administrativos y hasta cambios en el organigrama gerencial. Donahue tendría el poder de eliminar y crear posiciones y tomar acciones dirigidas a hacer de la corporación pública una costoefectiva. 

La AEE depende casi totalmente del petróleo, a pesar de su precio volátil, para generar energía. Otro problema que tiene la autoridad es de infraestructura vieja y desgastada. También, tiene una burocracia abultada gracias al juego político de crear trabajos para los seguidores del partido oficial de turno.

Otros asuntos controversiales son el de los varios subisidios que otorga la corporación, las incontables tarifas especiales y el alto grado de morosidad. Los primeros que no pagan lo que deben de energía eléctrica son las agencias del Gobierno. Se cae de la mata que controlar o diversificar las fuentes de energía eléctrica va a ser parte de la encomienda de Donahue.

La AEE argumenta que Donahue no va a ser una síndico, ya que tendría que responderle a la junta rectora de la agencia. Uno de los problemas de la AEE es su deuda con los bonistas, que ha llegado a tal punto que peligra su capacidad para tomar nuevos préstamos. Ha habido acusaciones de que el nombramiento de Donahue responde a los llamados de estos bonistas (la deuda con estos suma $671 millones) y que ella no va a tener en mente el bien público en el desempeño de sus funciones.

Otra incógnita es si subirá las tarifa de electricidad. Si responde a alguien que no sea la junta rectora, no lo sé, pero su compañía se dedica a reestructurar corporaciones para hacerlas rentables de nuevo. Hay que tener en mente que ella ni su firma son servidores públicos; son expertos en administración de negocios. No me soprendería si muchas de sus decisiones no sean del agrado ni de los usuarios, los burócratas ni a las uniones de la AEE. Donahue no está en Puerto Rico para hacer amigos sino para cumplir una tarea de dólares y centavos, y ciertamente no es parte de su negocio postularse para puestos públicos. Señoras y señores, lo que importa aquí es el bottom line.

 

Crédito foto: Luz Adriana Villa, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)