The hundred-foot journey o un plato de curry a la francesa

Cine caribe

Es una película suavecita de cierre de verano. The hundred-foot journey (Dir. Lasse Halstron, EE. UU., 2014) es un proyecto de Dreamworks Pictures, donde el genio del cine commercial Steven Spielberg, fue uno de los productores ejecutivos. Las otras fueron Oprah Winfrey y Juliet Blake. Sus productores, sin lugar a dudas, determinan la cosmovisión de la película.

La historia es sencillamente dulce, sobre todo si usted piensa que Europa y el mundo occidental es el eje de la vida. Así las cosas, la familia Kadam vivía en Mumbai, pero como de ordinario sucede en dichos países del “tercer mundo”, en unas elecciones, le quemaron el restaurante que tenía y tuvo que migrar a Europa. Migran como refugiados políticos, toda vez que la madre pereció en el atentado. Llegan hasta Inglaterra, pero no se ajustan y se mueven a Europa, donde por esas coincidencias de la vida acaban en un poblado donde establecen su restaurante nuevamente.

En el poblado, el restaurante indio coexiste frente a un restaurante de alta cocina francés. El resto es la imaginación de Spielberg. Es decir, cómo las dos cocinas empiezan encontradas y, paulatinamente, se van encontrando. La película transita por grandes actrices y actores, que nos ayudan a entender este diálogo culinario. De una parte, la familia Kadam, compuesta por Papa (Om Puri) y Hassan, su hijo cocinero (Manish Dayal), quienes luchan por desarrollar un buen restaurante hindú en un ambiente hostil. No obstante, Hassan es develado como un gran cocinero internacional y como tal es aceptado en los círculos de poder de la alta cocina francesa.

De otra parte y literalmente frente a frente, se encuentra el restaurante francés del pueblo, el cual es atendido por su dueña, Madame Mallory (Hellen Miren). Esta tiene un grupo de empleados muy destacados, donde hay que resaltar la figura de Marguerite (Charlotte Le Bon). De forma simpática y un tanto silvestre, tanto Madame Mallory como Marguerite, acaban enamorándose de Papa y Hassan, y el resto es ver la película.

La película es una idea bonita. No obstante, en sus 122 minutos, la misma va de extremo a extremo en ideas y estímulos. La película se torna en un proyecto visual de saborear un rico plato de comida india. Curry con especies al detal.

Vaya a verla si le gusta la comida india. Es una producción a la Steven Spielberg cogido de la mano con Oprah Winfrey. Pero no es la mejor opción dentro del género de comedia-culinaria. Se deja ver. La ve a su discreción. Un yogur con muesli le vendría bien antes de verla.