Martinica, Aime Césaire y el proyecto de integración Caribeña

Caribe Hoy

1. Introducción:

El Caribe es la región geopolítica con mayor cantidad de países que lo integran. Sin embargo a pesar de tener intereses políticos, económicos hacia un desarrollo común (como bloque organizado en lucha por su propio bienestar y futuro), las colonias y  neocolonias del area caribeña se mantienen aisladas en detrimento de su propio desarrollo.

Las razones históricas corresponden a la etapa mercantilista del desarrollo del capitalismo europeo que conquistaron  las tierras americanas y establecieron en ellas colonias dirigidas a su explotación capitalista, situación que como consecuencia, hasta el presente, se mantiene. En palabras de Edgardo Rodríguez Julia  en su obra “Caribeños” citando a Elías Canetti (pag.270) expresa: “..Nuestros pueblos caribeños nacieron de la codicia, el expolio, la confusión, la equivocación que convirtió el Paraíso en Infierno.”

Durante la pasada década en el Caribe que nos une se viene discutiendo sobre la necesidad de unificar el Caribe en un objetivo común. Mucho se ha expresado al respecto. Sin embargo, no se ha llevado a la acción nada de lo hablado ni resuelto. La ACCION es una tarea impostergable. Reconociendo la diversidad geopolítica y cultural del archipiélago (“herencia de Babel”) y las limitaciones existentes, presentamos unos objetivos cuyo alcance  nos permitirá una primera experiencia de integración caribeña.

El objetivo inicial es comenzar a vernos, estudiarnos y entendernos entre nosotros mismos como Islas de nuestro Archipiélago Caribeño enfocando nuestra acción social y cultural hacia la problemática y bienestar común del área del Caribe en lugar de dirigirlas hacia nuestras metrópolis respectivas, las cuales históricamente nos han mantenido aislados. Aclarándose que aquellas relaciones existentes con nuestras metrópolis que resulten beneficiosas desde una base de respeto e igualdad deberán conservarse, mantenerse y promoverse.

En Las Antillas, ante una localización geográfica y un desarrollo histórico común; ante una misma coyuntura histórica, se convierte en un imperativo la unidad de todas las Antillas para la construcción de su futuro.

La construcción de la nueva realidad antillana tendrá como sostén las columnas de la Libertad, como precepto individual y colectivo que rechaza toda modalidad de opresión; la Igualdad, como principio de justicia social y el derecho al progreso de los pueblos y la Fraternidad, como aspiración humana vinculada a la necesidad de la solidaridad para el Archipiélago Antillano, Latinoamérica y el Mundo.

Como resultado de este esfuerzo derivaremos, la percepción plena de lo que somos; el potencial de realización que poseemos y la certeza de lo que aspiramos; la construcción de una sociedad firmemente organizada donde cada ser humano reciba lo que merece y todas sus obligaciones sean debidamente cumplidas; la grandeza y la fuerza de un espíritu antillano noble e invencible y el orden y la moderación en todo lo que realicemos. Garantizando así la dignidad individual y el respeto a los derechos humanos consignados en la Carta Universal de los Derechos del Hombre. 2/

En palabras del Prócer Ramón Emeterio Betances: “LAS ANTILLAS PARA LOS ANTILLANOS”

 

  1. Martinica en la postguerra:

En el Caribe a partir de la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial y la crisis mundial capitalista se perfilan dos tendencias. Una, La lucha de las colonias a nivel internacional por su libre determinación e independencia y la otra, la expansión, dominio irrestricto y hegemonía de los Estados Unidos como única potencia capitalista hegemónica.

Recordemos que la Segunda Guerra destruyó las fuerzas productivas y las economías europeas, no así la norteamericana. La hegemonía de esta última se fundamentó en el extraordinario desarrollo registrado por Estados Unidos durante la guerra, ya que a diferencia de las otras naciones beligerantes, pudo beneficiarse de la contienda y acumular enormes beneficios. No es de extrañar que la guerra sea la actual política del premio nobel de la paz, Barack Obama.

En el período postbélico El Caribe se convierte en una avanzada del imperio norteamericano, entonces en la fase óptima de su desarrollo. No es por casualidad que la ideología del “fatalismo geográfico” domine la filosofía de las relaciones internacionales marcada por la supeditación mas completa al país del Norte”. 3_/ Dicha ideología es harto conocida en Puerto Rico como instrumento colonizador de la metrópoli.

La hegemonía del imperio comienza a cuestionarse a principios de la quinta década. Por los cambios internacionales, la correlación de fuerzas empieza a cambiar a favor de los países en lucha por su liberación. Aunque las primeras tentativas no llegan a consolidarse,( Jacobo Arbenz en Guatemala y Cheddi Jagan en la Guayana Británica) las mismas expresan la voluntad de los pueblos en contra de la dependencia y de las terribles condiciones de subdesarrollo, para  adquirir un orden económico- social más justo. 4_/

En los Estados Formalmente Independientes tales como Cuba, Republica Dominicana, Haití, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y la mayor parte de los países de Latino América, los Estados Unidos desarrolló la política de apoyar regímenes corruptos, golpes de estado militares, intromisión de las embajadas y compañías norteamericanas en la vida institucional de los diferentes países, y reforzamiento de la penetración militar y del control del movimiento obrero de la región. Impone dictadores de derecha y convierte sus ejércitos nacionales en ejércitos de ocupación al servicio del imperio. Ej. Trujillo, Batista, Duvalier, Pérez Jiménez, Somoza, Stroessner, Pinochet y tantos otros.

Las metrópolis europeas, en especial Gran Bretaña y Francia comienzan a reformular sus relaciones coloniales como resultado de las luchas de liberación expresadas y ante la presión e influencia internacional.. En el caso británico, Londres establece “La Federación de las Indias Occidentales” que intentaba consolidar aún más  el esquema institucional colonial e integrar las colonias inglesas para aliviar y controlar las reinvindicaciones en pro de una mayor autonomía.

En los territorios integrados al sistema colonial francés, expresa Gerard Pierre- Charles 5_/

“ Ya desde ka crisis mundial del capitalismo, con sus efectos catastróficos en Francia, la economía de Martinica y Guadalupe se venía deteriorando, dando lugar a un período de crisis y agitación social, con la lucha organizada del proletariado, la integración en 1935 de la Federación Comunista de la Martinica como filial del Partido Comunista Francés y la formación en 1937 de la Unión de Sindicatos de la Martinica. Este movimiento reinvindicativo se vió estimulado durante el período por el Frente Popular en Francia llegando a conquistar ciertas ventajas (en la leyes) laborales.

Al ocurrir la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana en la metrópolis entre 1940 y 1943, las Antillas Francesas fueron asimiladas al régimen del mariscal Petain, haciéndose sentir en ellas, la dureza del régimen nazi de Vichy. Los terratenientes, conocidos como los Békes, vieron incrementado su poder en virtud de la ayuda que se les acordó (concedió) a través del Fondo de Solidaridad Colonial creado por el gobierno de Petain en 1940.La comunidad de intereses entre estos grandes propietarios y la administración metropolitana nazista dio lugar a una política altamente represiva.

Estas islas (Martinica y Guadalupe) no tardaron en sumarse a la Resistencia; los ideales progresistas cobraron mayor impulso, en gran medida  como respuesta a los sucesos de la metrópoli, en estrecha relación con el robustecimiento de la resistencia (en Francia).

Al ocurrir la derrota del fascismo se experimentó el ascenso, en el escenario político social, de las fuerzas populares encabezadas por la clase obrera y el partido comunista. En las elecciones posteriores a la liberación, de un total de 36 escaños en el Consejo General de Martinica (el parlamento local), los comunistas conquistaron 14 y los socialistas 12 (26). Sobre el período Frantz Fanon expresa:”en el que en Martinica se sistematizó la conciencia política” Cuatro  diputados comunistas fueron elegidos por esos territorios a la Asamblea Nacional Francesa; entre ellos Aimé Césaire, Secretario General del Partido Comunista, quién ganó también la alcaldía Fort-De-France. “ (paréntesis y énfasis nuestro)

 

  1. La departamentalización

 

La reformulación de las relaciones coloniales en las entidades  dominadas por Francia se llevó a cabo mediante la ley del 19 de marzo de 1946, promulgada por el primer gobierno de liberación, que convertía a Martinica y Guadalupe en “Departamentos Franceses de Ultramar”. La formulación hoy parece burda (y contrario al proceso de liberación  de los pueblos). Cualquier observador (progresista) llega sin dificultad a darse cuenta de que con ella se trató de encubrir una vinculación típicamente colonial.. Sin embargo, en su momento, parecía constituir una definición progresista de las relaciones de Francia y sus territorios antillanos.6_/. Veamos.

La misma vanguardia ( La Izquierda compuesta por el Partido Comunista y el Partido Socialista) que había abanderado la lucha de clases en la región estimulando el despertar de la conciencia social y racial, aprobó  con entusiasmo esta fórmula (estatuto legal) que ponía un término al estatuto colonial clásico. Lo cual se consideró una victoria de los partidos de izquierda. Este hecho resultaba muy explicable si se tiene en cuenta que durante la guerra la gran burguesía había sido favorecida por el estatuto colonial (nazi), desencadenando con ello una reacción que cristalizó en la propuesta departamental. Aimé Césaire, diputado martiniqués, por el Partido Comunista a la Asamblea Nacional (Francesa), y abanderado de la causa, declaró entonces: “Asimilar la Antillas y sus hermanas a los departamentos de Francia, no significa solamente introducir mayor justicia en la sociedad de ultramar, sino también tomar la iniciativa de una política a corto plazo que saneará la economía de sus territorios, arrancándola a los auténticos monopolios privados de las industrias de la cual depende toda la vida de estas colonias.”(énfasis nuestro).

En el contexto histórico de entonces, a los antillanos más avanzados les pareció que la salvación vendría del gobierno metropolitano. Esa ilusión nació de la participación creciente en el poder del Partido Comunista (francés) íntimamente relacionado con el movimiento reinvindicativo antillano.  Esa participación parecía susceptible de desembocar en una eventual toma del poder por un “Frente Popular”, ya que entonces los comunistas y los socialistas metropolitanos ocupaban la mayoría  de los asientos en la Constituyente,……., situación que influyó favorablemente en la votación de la ley departamental. Además la “departamentalización” al mantener estos territorios ligados a Francia  parecía garantizarles cierta protección contra el dominio norteamericano. “El único - según decía Césaire- del cual no se puede uno librar”.

La aplicación del nuevo estatuto entró en vigor en 1948; el gobernador fue sustituído por un  Prefecto secundado por dos Secretarios Generales y un Consejo General cuyos miembros serían electos por sufragio universal.

Tal y como se interpretó en aquel entonces, éste reordenamiento terminaría con el estatuto colonial y su cortejo de discriminación, desigualdad e injusticia.  La medida introdujo en las islas ciertas leyes sociales metropolitanas, una reforma de la hacienda pública para acabar con la casi inmunidad fiscal de la plantocracia (gobierno de los grandes terratenientes, dueños de las plantaciones del azúcar) y una revalorización de los salarios  y sueldo de los funcionarios. Promovió, asimismo, el espejismo de la igualdad jurídica entre los “franceses de ultramar” y los de la metrópolis.

El verdadero significado de esa paridad formal no tardó en aparecer: Estos nuevos departamentos no tenían una condición semejante a los metropolitanos. Con la acentuación de la guerra fría  los comunistas franceses fueron alejados del gobierno, y cuando la burguesía volvió a tomar el control absoluto del mismo, se evidenció hasta que punto era ésa una fórmula precaria y engañosa. La condición colonial seguía vigente, los tratos discriminatorios no habían  desaparecido y la legislación empezó a identificarse con una política de asimilación de la personalidad cultural y nacional antillana.  Eran, como señala Darcy Riveiro: “Departamento de carácter bastardo, carentes de toda perspectiva de equiparación entre su ciudadanía y la francesa en lo relativo a los derechos políticos, sobretodo a los sociales”. 7_/

De hecho, la visión política de los derechos más avanzados de las Antillas y la conciencia social global de la región, no habían alcanzado la reivindicación autonomista o independentista que habría podido movilizar al pueblo y empujarlo a conquistas más auténticas, cómo se vió años después en  Indochina bajo la dirección de Ho Chi Min y los comunistas, y en Argelia bajo la bandera del nacionalismo. Aquí, el proceso había  sido diferente tanto en el grado de desarrollo histórico de las fuerzas productivas como respecto al nivel de conciencia de la vanguardia que resultaba aún encadenada por las ideas y la conciencia de las clases dominantes.

En el plano histórico, y pese a la coyuntura anticolonialista, creciente en Asia y África, la burguesía metropolitana llevaba la iniciativa. “La departamentalización ”mantenía intacto el viejo pacto colonial, reservaba a la metrópoli la exclusividad de proveer de artículos manufacturados a sus posesiones de ultramar y abastecerse allí de materias primas y bienes agrícolas.  La medida pretendía diluir la toma  de conciencia racial ofreciendo a los cuadros elitistas autóctonos el privilegio de ser representados en la Asamblea Nacional (francesa), sentirse franceses, y obtener puestos de confianza en la administración civil y militar metropolitana. Era una maniobra táctica en la estrategia general del imperialismo francés  en ese momento de crisis de su viejo imperio colonial.  Mediante esa maniobra mantenía intacta la esencia de su dominación y postergaba el estallido del descontento popular y los impulsos nacionalistas que en su desarrollo podrían llegar a cuestionar la esencia misma del estatuto colonial. 8_/

La fórmula colonial francesa  en el Caribe, o sea, en Martinica y Guadalupe, experimenta desde hace cinco décadas un proceso de consolidación y maduración del orden colonial instaurado en la postguerra. Este período coincide, sobretodo en Martinica con los inicios de la crisis de la economía de plantación tradicional, exportadora de azúcar y ron, la cual resulta incapaz por su mismo carácter colonial de transferir capitales hacia la esfera productiva industrial.

Frente a tal situación, reveladora de la impotencia de los grupos económicos y del poder público metropolitano para sostener el funcionamiento clásico del modelo colonial, se imponía una política de gastos públicos.  Esta se implementó hasta hipertrofiar al sector terciario (empresarismo privado industrial) constituyendo a la vez una inyección de poder de compra a la población y un subsidio indirecto a las compañías exportadoras francesas que abastecen a estas entidades satélites.

La nueva estructuración no estimulaba en absoluto las fuerzas productivas en el espacio colonial. Más bien garantizaba la supervivencia del estatuto subalterno y de la institución colonial y hacía más difícil para las fuerzas sociopolíticas susceptibles de cuestionar el orden, proyectar algún esquema nacional viable por la misma inexistencia  de bases productivas de sustento en que pudiera fundamentarse.

A fines de la década de los sesenta, la agricultura se encontraba en franca decadencia. Por otra parte, y a diferencia de lo que sucedía en Puerto Rico, las actividades industriales ocupaban un lugar insignificante ya que estaban reducidas a fábricas azucareras, destilerías de ron y unas cuantas plantas menores de conservas y refrescos, de productos químicos y de cartón. La decadencia de la agricultura y la falta de dinamismo del sector industrial, han ido a las par con la hipertrofia del sector servicio lo que se manifiesta a nivel del empleo y del ingreso, evidenciando el carácter tradicional y aún más atrasado del colonialismo francés, ya que estas actividades no son directamente productivas y  son financiadas por la metrópolis. Las islas pasaron a depender exclusivamente del capital metropolitano para su subsistencia. Más que nunca, su economía se volvió totalmente artificial queando íntimamente vinculada a su matriz colonial mediante el flujo de capital externo.

En efecto, se ha ido multiplicando en forma desmedida el número de empleados administrativos,en los servicios públicos, domésticos, transportes, comercios, bancos, seguros y otros, sumando a éstos los funcionarios encargados del aparato político administrativo. El aumento de los gastos públicos se tradujo en el desarrollo acelerado de la urbanización, el incremento de la construcción y del sector de los servicios.

Pese a ello, el problema de desempleo se agrava dada la limitada capacidad del sector terciario para generar empleo y el hecho de que las actividades auténticamente productivas tendían a disminuir. De ahí  la promoción sistemática de los servicios públicos que desempeñan el papel de avanzada del colonialismo moderno en cuanto a la incorporación de éstas entidades a la metrópoli. Se infunde poder de compra al grueso de la población, para compensar el deterioro de la agricultura y el subdesarrollo industrial creando empleos, distribuyendo ingreso, estimulando la integración financiera.

Se pone de relieve la fragilidad del aparato productivo industrial y agrícola, así como la naturaleza orgánica de los lazos de dependencia existentes entre la metrópoli y estos satélites. El mismo carácter de esta relación colonial impide el surgimiento de una base económica y social susceptible de constituir el asiento objetivo de un proyecto nacional.

Se dá una sistemática empresa de absorción de la sociedad isleña por el imperialismo francés. En efecto, a partir del pujante desarrollo que ha tenido Francia en la postguerra, así como de la necesidad de satisfacer o prevenir ciertas reivindicaciones populares para evitar o neutralizar el cuestionamiento del sistema, se ha promovido una sostenida política  de crecimiento y modernización. Los efectos de la misma se evidencian a través del aumento constante del ingreso tanto a nivel global como en términos de ingreso percápita. Asimismo resultan manifiestos los logros en lo que se refiere a la construcción de carreteras, edificación de escuelas y centros de salud y en general de las condiciones de vida. Es obvio que estas entidades satélites (colonias) participan en cierta medida  de los adelantos derivados del nivel de desarrollo y estándares de vida franceses.

El panorama de las Antillas Francesas correspondiente a partir de la década de los sesenta y los setenta hace resaltar los siguientes elementos fundamentales. 1) La vigencia y eficacia de un aparato político y administrativo que constituye una prolongación de las instituciones metropolitanas actuando siempre con vistas al mantenimiento de la dominación. 2) La existencia de ciertos partidos políticos de arraigo popular, estructurados y con fuerza electoral que apoyan o cuestionan a las instituciones vigentes pero quedan sometidos siempre al juego impuesto por ellas. 3) La existencia de un poderoso movimiento obrero heredero de las luchas antiesclavistas y populares del siglo 19 que se ha mantenido por las contradicciones inherentes a la economía capitalista de plantación y experimenta la influencia ideológica del movimiento obrero y comunista francés. 4) el surgimiento de numerosos conflictos de carácter social, étnicos o nacional instrumentados por diversos sectores de la población los cuáles cuestionan en grado diverso al estatuto social e institucional vigente nutriéndose de una ideología nacionalista. 9_/

 

Por lo expresado podemos concluir que Martinica y Puerto Rico tienen en su historia más similitudes que diferencias. A través de una historia paralela sin contacto y relación significativa ambos Pueblos hemos protagonizado una experiencia similar con nuestras respectivas metrópolis o imperios Veamos.

  1. En los dos Pueblos la economía se desarrolló hasta las décadas 1940-1950 mediante la explotación de ka agricultura basada en el azúcar bajo grandes latifundios, el monocultivo y la miseria de las grandes masas campesinas.
  2. Ambas metrópolis, aproximadamente para la misma fecha se vieron obligadas, producto de la lucha  de los Partidos Comunista y Socialista en Martinica y del Nacionalismo (Partido Nacionalista dirigido por Don Pedro Albizu Campos) y el Independentismo en Puerto Rico a reestructurar su colonialismo clásico mediante nuevos estatutos coloniales. La “Departamentalización” en Martinica y el ELA en Puerto Rico.
  3. Los imperios respectivos no han permitido el desarrollo de las fuerzas productivas (producción-capital nacional –local) de sus respectivas colonias que permita un proyecto nacional viable  con su propio fundamento económico.
  4. Como consecuencia ambos Pueblos  no ven la Independencia como posible, ante el miedo que produce la incertidumbre de su futuro.

Expresa Edgardo Rodríguez Julia en “Caribeños” 10_/

“El discurso político martiniqueño se parece al puertorriqueño, a pesar de las anteriores diferencias históricas, políticas, geográficas y demográficas; las obsesiones y temores son casi idénticos: ¿Ha logrado Martinica un sistema político de dignidad respecto de Francia? ¿Prevalece una relación neo-colonial? ¿Debemos lograr mayores poderes autonómicos o debemos integrarnos cada vez más al centralizado departamental francés?

La temida independencia logra un consenso visible y generalizado. Muy pocos martiniqueños de la clase dirigente la ven como viable, el pueblo le teme como le teme el diablo a la cruz. Se ha convertido como en Puerto Rico, en” una especie de fósil político solo resuscitable cual Frankestein, por la potencial inmisericordia o arbitrariedad política del país metropolitano”.

En Martinica existe una ansiedad parecida a la nuestra: ¿Cuál sería la viabilidad económica de Martinica si Francia la independizara.

La incertidumbre respecto del porvenir es una obsesión que Martinica comparte con Puerto Rico.”

 

e.           Coexisten movimientos combativos por mayor autonomía pero sin salir de laatadura colonial. En Puerto Rico, un independentismo con mucha influencia a niveles intelectuales aunque débil electoralmente en proceso de lograr

avances en cuanto a organización social comunitaria y cultural.

 

4.    La libertad inconclusa:

“El estado de derecho francés es aplicable en su totalidad a Martinica, ésta se convierte en parte integral de Francia. Bajo la integración de 1946 se logró cambiar el poder del gobernador colonial por el de un prefecto con poderes limitados. Se consiguieron los procesos sociales obtenidos en Francia; la seguridad social vino acompañada de la democracia.

Césaire nos indica que las desventajas del sistema se originan en la excesiva centralización del sistema francés. Otra gran desventaja es la precariedad económica, la dependencia económica. Al preguntársele sobre el fundamento económico de la Martinica: el patriarca nos habla de la búsqueda de una mayor autonomía política dentro del marco de una mayor dependencia económica; asegura con una visible amargura que Martinica se ha quedado sin fundamento económico. La caída de los precios del azúcar y el banano han hecho desaparecer el fundamento de la economía martiniqueña. La única salida económica que se vislumbra para Martinica es el turismo.

Según Césaire otro problema de la integración ha sido la progresiva tendencia a la asimilación, 12_/ la inclinación de los franceses a querer desarraigar, a hacer desaparecer la personalidad martiniqueña. Los martiniqueños querían ser franceses dentro de un estado de derecho; pero jamás desearon que desapareciera la identidad martiniqueña, porque el partido progresista de Martinica (dirigido por Césaire) se fundo en 1958 justo para eso, para defender la identidad martiniqueña y administrar de manera autonómica resolviendo los martiniqueños sus propios problemas. Esa idea de la autonomía no ha sido aceptada por Francia. Los franceses tienen la idea de una república única e indivisible.

Césaire habla de cómo la dificultad de la relación consiste en definir ellos mismos una relación con su propia martiniqueñidad a la vez que permanecen dentro del estado de derecho francés que les garantiza seguridad y libertad. Se logró la seguridad social y el derecho de reclamar, para los martiniqueños los mismos derechos acordados para todos los ciudadanos franceses.

Cuando se le pregunta sobre la posibilidad de una independencia impuesta vuelve a repetir que Martinica no tiene fundamento económico alguno. Imposible competir con África y América Central en la venta del azúcar y el banano… Además, los martiniqueños le tienen miedo a la independencia… Repite la palabra miedo (“peur”) con una insistencia rayana en la angustia… y le tienen miedo, añade, porque los martiniqueños viven muy por encima de sus posibilidades económicas, de sus medios reales. En este momento la economía martiniqueña está pasando por una crisis…

Le pregunto si la ideología de la “negritud” no está en bancarrota, sobre todo en África, donde casi todos los países son más pobres que Haití. Contesta: “La negritud es una ética, no es un criterio político”.  Asegura que la identidad del hombre negro sigue siendo un problema; la “negritud” fue la reformulación de una identidad para el hombre negro.

Le pregunto si el Caribe no es un experimento humano fracasado. Para Césaire existe una concepción trágica de lo antillano porque nacimos de “la violencia histórica, del racismo, de la esclavitud”… Se podría hablar, sin embargo, de cierto reencuentro con la esperanza, a pesar de esa angustia existencial antillana…

Nos miramos en el desconsuelo de reconocernos como hijos de las mismas ilusiones, de los mismos fracasos. Césaire ha dicho estas palabras con la certera solemnidad del poeta. Su candor, lo mismo que su amargura, nos conmueve.”

 

  1. Martinica en Puerto Rico hoy:

 

Con el objetivo del proyecto de integración caribeña al principio expresado y considerando el que los países del Caribe comencemos a vernos, conocernos y estudiarnos  en búsqueda de nuestras similitudes y particularidades hacia un objetivo de desarrollo común, en la Logia Francmasónica Luz del Caribe (Logia miembro de la Obediencia Masónica Regular, Gran Oriente Nacional de Puerto Rico) presentamos el documental “ Una Voz Para La Historia” preparado por Eushan Palcy quién junto Annick Thébia-Melsan recoge en las propias palabras de Césaire , un relato de su propia vida: las memorias de su niñez y juventud, sus luchas políticas y sus amigos.  Es un tributo a uno de los mas grandes poetas contemporáneos. Este documental fue un regalo de

en ocasión de una visita que le hiciéramos en enero de 2013 como parte de una reunión 13_/ del Primer Ejecutivo (oficial de mas  alta jerarquía electo de Martinica, equivalente al gobernador del ELA) con los dignatarios del Gran Oriente de Francia al que fui invitado.

 

DOCUMENTAL “UNA VOZ PARA LA HISTORIA”

El documental se compone de tres partes en  tres videos (DVD’s) que se describen como sigue:

 

A. PRIMERA PARTE: LA ISLA VIGILANTE

B. SEGUNDA PARTE: UNA CITA CON LA

CONQUISTA

C. TERCERA PARTE: LA FUERZA DE

ENFRENTAR  EL MAÑANA

A. La primera parte o “Isla Vigilante”  cubre la vida del poeta, su obra intelectual y su acción política. Aimé Césaire  lleva la audiencia en un viaje (“tour”) por su amada Martinica. (55 min.)

B. La segunda parte o “Una Cita o Encuentro con la Conquista” . Trata de La Ética, La Teoría y La Filosofía de La Negritud en sus comienzos. Césaire discute los diferentes encuentros como estudiante en Paris con los pensadores e intelectuales de su tiempo así como su encuentro con Africa por medio de Léopold Sédar Senghor. (57 min.)

C. La tercera parte o “La Fuerza para Enfrentar el Mañana”. Discute: como podemos “encontrar la fuerza para enfrentar el mañana” después de las decepciones, desilusiones y desengaños de la descolonización, los fracasos del Tercermundismo, los “males del desarrollo”..”ante la crisis planetaria”. (52 min.)

 

Esta singular obra nos permite conocer, analizar, debatir a un personaje que influyó en gran parte de la historia moderna de Martinica y su paralelo con Puerto Rico. Veremos si cumplimos nuestro objetivo. Tengo la certeza que será así.

 

 

Bibliografía

  1. Charles, Gerard Pierre. “El Caribe Contemporáneo”, Editorial Siglo XXI.
  2. Rodríguez Julia, Edgardo, “Caribeños”, Editorial Instituto de Cultura.
  3. Documental “Una Voz Para La Historia”

 

Notas al Calce

1_/  Masón; Miembro de la Logia Francmasónica Luz del Caribe (Rito Francés) adscrita al Gran Oriente Nacional de Puerto Rico, Obediencia Regular de la Corriente Liberal Adogmática de la Masonería Universal;  Gran Venerable del Gran Capítulo General (Altos Grados) del Rito Francés de Puerto Rico; Pasado Gran Maestro del Gran Oriente Nacional de Puerto Rico; Cofundador y Primer Venerable Maestro de la Logia Francmasónica Luz del Caribe, Número 16,(primera logia del Rito Francés en el Puerto Rico moderno); abogado.

2_/Sayas Núñez, Erasto. Presentación ante el Coloquio de San Martín,       2012.

3_/ Charles, Gerard Pierre:”El Caribe Contemporáneo.”, Editorial Siglo XXI,pag. 25.

4_/ Ibid, pag.26.

5_/ Ibid, pp.29-33.

6_/ Ibid.

7_/ Ibid.

8_/ Ibid, pp. 48-50.

9_/ Ibid.

10_/Rodríguez Julia, Edgardo, “Caribeños”, Editorial Instituto de Cultura    Puertorriqueña, pág. 278.

11_/ Ibid, pp. 275-290.

12_/ Junto al poeta Leopold Senghor, Aimé Césaire creó el término- concepto de la “NEGRITUD” como rechazo a la asimilación cultural francesa; este movimiento se propuso una búsqueda de las raíces africanas, aunque alertaba de no caer en el regionalismo o el “color local”. Elena Oliva en su artículo “La figura de Aimé Césaire: Trayectoria y Pensamiento Anticolonial en el Poeta de la Negritud.” Expresa:

“ Es en este período,(años 1962-1965) que Césaire vincula con mayor claridad la negritud con la crítica al colonialismo. Si bien es cierto que desde un comienzo la negritud fue para este autor una trinchera de lucha contra la asimilación cultural de las Antillas, consecuencia de la colonización, es en estos trabajos donde mas expresamente los relaciona y propone la negritud como una respuesta a la desventura de todo un pueblo producida por el sistema colonial…”

13_/ En enero de 2013 estuvimos en Fort de France, capital de Martinica en ocasión de un encuentro de los Grandes Capítulos Generales del Rito Francés (Grados de Sabiduría-Altos Grados) de la Masonería. En el referido Encuentro participaron el Gran Capítulo General de Francia y aquellos de Las Antillas Francesas (Martinica, Guadalupe, Guyana) así como Grandes Capítulos de África, Europa, Republica Dominicana y Puerto Rico. El Gran Venerable del Capítulo General del Gran Oriente de Francia y el delegado por la Antillas Francesas fueron invitados a una reunión –encuentro con el Primer Ejecutivo de Martinica. Éste en días recientes a la reunión asistió a la toma de posesión del Gobernador de Puerto Rico en enero de 2013 y como resultado de la hospitalidad recibida en nuestro país le dio particular atención a mi presencia en la reunión, desarrollando un diálogo en relación a Puerto Rico y su grado de autonomía en comparación a la de Martinica. Al final de la reunión nos regaló el referido documental.