Aún recordamos la obra del escritor estadounidense, Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway. En particular su obra de 1940, en torno a la Guerra Civil Española, titulada: Por quién doblan las campanas. El valor de esta obra yace en explicar la complejidad de la vida que cada uno de nosotros tiene que vivir. Vivimos múltiples vidas a la vez, y no sin contradicciones, intentamos alcanzar la felicidad.
Hace poco más de una semana que terminó el juicio entre Doral Bank, demandado, y el Gobierno de Puerto Rico, demandante. Dicho pleito es presidido por la jueza Laureano Pérez Pérez, quien desde el lunes pasado y luego de reservarse el fallo, lleva unos días preparando la sentencia de este caso. Aún no ha decidido.
No obstante, han pasado dos eventos que nos provocan en esta reflexión. Por un lado, Doral Bank no ha dejado de ser noticia nacional. No solo el Banco de la Reserva Federal acaba de notificar que dicho banco se encuentra subcapitalizado, es decir no tiene suficiente liquidez; sino que los abogados del banco recurrieron a destiempo y, sobre todo, luego de finalizado el juicio ante Pérez Pérez, han vuelto al Tribunal Supremo para que este emita una orden, la cual ya había declarado no ha lugar. Sin embargo, Doral Bank ha vuelto a pedir el mismo remedio.
Esto pasa en paralelo al hecho de que existe un rumor por el cual se alega que el gobernador, Alejandro García Padilla, tiene mucha presión de legisladores y alcaldes para remover de su puesto como secretaria del Departamento de Hacienda a Melba Acosta. Luego de todo lo que uno ha visto por parte de Doral Bank, en particular en el entramado de hacer todo lo que sea necesario para cobrar su dinero, uno podría pensar que el banco también ha cabildeado en la legislatura local para remover a la Secretaria. Decimos que es curioso, pues ella ha demostrado ser un gran talento a nivel profesional, como también una apasionada del sentimiento de responsabilidad en el manejo de los fondos públicos.
En fin, que las campanas suenan por algo. El pleito de Doral Bank contra el Gobierno de Puerto Rico aún no ha terminado. Tampoco creemos que se termine pronto. Lo que sí nos preocupa es el interés de remover a la señora Acosta. Esperamos que no sea por ella por quién doblan las campanas.
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