The Equalizaer o el buen hombre de la buena comunidad

Cine caribe

La última película del actor de cine afro-americano Denzel Washington, The Equalizer (Dir. Antoine Fuqua, EE.UU., 2014), es una película de acción, llena de recuerdos de otras películas también de acción. La diferencia es que en esta, actúa Washington, quien a lo largo de más de 30 años de carrera artística, ha sabido imprimirle un sabor, un sentimiento una devoción particular a sus personajes, los cuales en muchas ocasiones lograr mejorar la calidad de la película. Es decir. Denzel Washington convierte una pobre película en una gran película.

Algo de esto tiene The equalizer (traducida como El justiciero). Basada en la serie de televisión del mismo nombre, la diferencia es que el personaje central se convierte ahora en un ex –oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en ingles), quien se convierte literalmente en un hombre común, y que es asumido por un personaje afro-americano. Pese a que la película es también dirigida por otro afro-americano, Antoine Fuqua, no hay indicio alguno que este tema, las relaciones raciales, tengan alguna relevancia. Realmente hablando se invisibilizan. Ante esto, nos parece pertinente pensar que si la selección de un hombre negro como primer actor en un mundo y en una película de todos actores y actrices blancos, donde no se mencione el tema, es parte de otro tipo de racismo por inacción. Es decir, donde el sujeto racial se auto-invisibiliza.

Dicho lo anterior, la película transita a través de la mirada de Robert McCall (Washington), quien trabaja en una ferretería, y de noche no puede dormir. No obstante lee libros exóticos, entre otros a Ernest Hemingway en El viejo y el mar. Durante las noches de insomnio y lectura profunda, conoce en la cafetería de su barrio a Teri (Chloë Grace Moretz), quien es una prostituta dentro de un cartel de mujeres esclavizadas de la mafia rusa. Así las cosas, se inicia la primera película dentro de la película. Para los que conocieron de cerca el cine de Martin Scorsese, una de sus películas cumbres, Taxi Driver (EE.UU., 1976) es más que un referido entendible. Hasta aquí la película dialoga con Taxi Driver.

No obstante, la saga de ir a liberar a Teri de los mafiosos Rusos, nos transforma la película en una obra monumental aunque poco conocida del director canadiense, David Cronenberg, A history of violence (Canadá, 2005). Entonces la película toma otro giro, interesantísimo que una saga de la mafia rusa, todita, contra McCall. Pues bien, aquí entramos en el mundo del vigilantísimo, y ya, volvemos a los clásicos en Dirty Harry y toda su secuela (Dir. Don Siegel, EE.UU., 1971).

Al final debe ya saberlo: entre 38 a 45 personas son asesinadas por Robert McCall, y éste sale fundamentalmente ileso de todos esos encuentros, sumamente violentos con la mafia rusa. Aquí la película genuinamente hablando se le fue un poco al director. Pero que hacer: esto es Hollywood.

A fin de cuentas, como indiqué al principio, lo que vale la pena de esta película es ver la actuación impecable de Denzel Washington. Luego, es la historia de Scherezade: la historia dentro de la historia, dentro de la historia. Y lo mejor es que usted siente que nunca termina.

Recomiendo a The Equalizer, sin reparo alguno por la actuación de Denzel Washington. Por el resto, guardo una recomendación reservada. No obstante, es la película de la temporada. Con una botellita de agua con limón, se pasa bien.