Mis estudiantes en el curso de Problemas de Ciencias Sociales II, en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, fueron a ver la película Interstellar (Dir. Christopher Nolan, EE. UU., 2014). Salieron maravillados, aunque no la entendieron. Así las cosas nos sentamos a analizarla en el último día de clases, y bajo la premisa de lo poco que sé sobre el tema, inicié un diálogo en torno a la teoría de la relatividad especial desarrollada por Albert Einstein en el 1905. Con la cara llena de maravilla y sorpresa, los estudiantes no podían hacer la conexión, de forma inicial, entre el filósofo físico suizo/alemán y la película.
Luego de la explicación, sus caras seguían llenas de asombro e incredulidad. No obstante, terminó la clase y uno de ellos me acompañó a mi oficina y me dijo: “profe no entiendo nada, pero deseo aprender”. De esa forma, nos sentamos a investigar las fuentes bibliográficas en la Internet, y acabé yo dando una ponencia sobre Einstein, la teoría de la relatividad especial y la general de 1915. Pero de física, con los malos recuerdos que me provoca de mi clase de octavo grado, no deseo hablar. Sí deseo hablar del homenaje que los hermanos Nolan (Christopher, guionista y director, y Johnny, guionista) le dedican al genio de Einstein.
En ciencia fue Einstein, y tal vez debo decir, que este es el primer homenaje que el más reciente filme de Christopher Nolan, hace. Pero el segundo homenaje es aún más impresionante. Los hermanos Nolan y, en particular el director Christopher, llevaron el candente tema del futuro, según la ciencia ficción a un nivel superior. De esta forma, y reconociendo la gran diversidad de películas existentes, hay tres trabajos que me parece que Interstellar recoge y supera. Son estos Space Odissey 2001 (Dir. Stanley Kubrick, EE. UU., 1968) Blade Runner (Dir. Ridley Scott, EE. UU., 1982) y Lucy (Dir. Luc Beson, España).
El cine de ciencia ficción ha tenido múltiples precursores, pero Kubrick en el 1968, planteó de forma original la evolución humana sin humanos. La lucha por la sobrevivencia sería a partir de la computadora Hal. De otra parte, Scott logró transformar ese paradigma al interpretar a Phillip K. Dick en el 1982 (primera versión) y decir algo genuinamente novel: que el futuro puede ser en la relación entre los humanos y los no humanos, en el junte con los Replicants. Pero, recientemente Beson planteó que lo humano puede ser el punto constitutivo de la creación, al convertirse en el propio creador. Aunque parecen inconexas estas tres películas, las mismas desafían un tema fundamental de la ciencia ficción: el tiempo.
De esta forma Chistopher y Johnny Nolan, sobre todo bajo la dirección magistral del primero, plantean de forma armónica superar todo el cine de ciencia ficción, al incluirlo de una forma u otra en su narrativa. En Interstellar, el planteamiento va en dirección, de que lo humano no solo puede constituirse en el creador y sustituirlo, pero que al hacerlo, logra romper con todos los paradigmas del tiempo. Lo humano en esta película supera toda barrera del tiempo y el espacio, y de esta forma se convierte en inmortal.
Interstellar simplemente no es contable. Usted tiene que verla, pensarla y entonces volver a vivir. Ojo, que no dije, volver a nacer, sino volver a vivir.
¿Por qué Einstein? Porque los Nolan se plantean en esta película resolver lo que nadie ha logrado: cómo superar el paradigma entre el espacio, el tiempo y la materia.
Interstellar es la película obligada de esta temporada. Es una película, como la vida misma, eterna.