La película A night in the museum 3 (Dir. Shawn Levy, EE. UU., 2014) es la tercera parte de las películas que bajo el mismo director y reparto iniciaron en el año 2006. Hoy, casi nueve años después, esta película ha probado ser una formula ganadora, la cual para sus estrenos, en particular de Navidad, representa un éxito total. Según el director Levy, esto resulta ser así por el actor estelar que lidera la película: Ben Stiller, quien interpreta al guardia de seguridad nocturno, Larry Daley. A partir de la inclusión estelar de Stiller, el resto de los actores y las actrices se unen de forma entusiasmada a participar en las tres producciones.
La historia base de la película sigue siendo la misma. El Museo de Historia Natural de Nueva York está bajo una reestructuración laboral y despiden a tres guardias de seguridad y solo contratan a uno (Ben Stiller en la versión inicial de 2006). Luego, Ben Stiller descubre que los objetos y los animales cobran vida en la película durante las noches. La trama continúa en la segunda parte y la tercera que hoy reseñamos bajo la premisa similar. No obstante, en la tercera parte, subtitulada “el secreto de la tumba”, se explora los poderes mágicos de la tableta de una de las tumbas de los faraones de Egipto.
La tercera parte, no obstante, hace un planteamiento interesante al mover a los actores y las actrices que son parte del museo a investigar en el Museo Británico la contraparte de la historia. En dicho museo, yacen los faraones originales, los cuales fueron sustraídos de Egipto y divididos entre dicho museo y el de Nueva York. Como todo en Hollywood y, sobre todo, en la temporada de Navidad, la película culmina con un final sumamente feliz y lleno de nostalgia.
Los faraones de Londres se reúnen con su hijo Ahkmenrah (Rami Malek) y todos los demás objetos y personajes del museo de Nueva York prefieren perder su “vida” y reincorporarse como imagen sin movimiento, con tal de hacer feliz al joven faraón. En fin, Hollywood y la Navidad: todo sea por una familia unida.
La película tiene múltiples aciertos. Grande actores, incluyendo al fenecido Robin Williams. Por otro lado, la película trabaja desde una multiculturalidad gustosa. No obstante, tiene varios desaciertos que Hollywood no ha de discutir. Por ejemplo, ¿por qué yacen en Nueva York y Londres los tesoros de los faraones de Egipto? El robo de arte, tan común durante el siglo XIX, en particular por el Imperio Británico, se ve legitimado en este filme sin aparente cuestionamiento. Por otro lado, y luego de haber visto las tres partes de la serie, me pregunto genuinamente y, sobre todo, a partir del final de esta tercera película, si Larry Daley (Ben Stiller) no sufre de algún tipo de esquizofrenia que le hace tener alucinaciones. Vean la película y a partir de su final, piensen si esto no es una posibilidad: que toda la película sea una creación de su imaginación.
Dicho lo anterior sugiero que vayan en estas navidades a ver A night in the musuem 3. Es una buena comedia, bien hecha, con buenos actores y actrices y un guion bien pensado. Lleve a sus niños y niñas, a sus nietos y nietas, y a sus adultos mayores. No ha de fallar. Todos y todas contentos al final de la película.